A principios de los 90, la Legión de Superhéroes realmente destacaba como un oasis de calidad. Gran parte de la programación convencional de Marvel y DC se volvía más estúpida cada mes, sin embargo, hubo ciertas series o miniseries que sí destacaron por su calidad de las cuales analizas algunas a día de hoy y destacan por ser profundamente conmovedoras. Por eso no es bueno, ni real, generalizar. En el mar aún hay peces comestibles…
En el centro de esta iniciativa estaba el recientemente fallecido Keith Giffen, quien trazó y escribió a lápiz, muy buenos títulos y colaboró con Tom y Mary Bierbaum, como coautores y guionistas (quienes a veces lo excluían de escribir uno o dos números a la vez). El entintador de Giffen en esos primeros días fue Al Gordon, quien comenzó a recibir crédito por ayudar con las tramas. Al Gordon tuvo entonces la oportunidad de escribir en solitario para Legión de Superhéroes en The Great Darkness, la clásica historia de Legion vs. Darkseid. Y fue a partir de ese arco argumental que Gordon ideó una miniserie spin-off con uno de mis legionarios favoritos, Timber Wolf, conocido por estos lares como Lobo Gris.
Los años de Giffen fueron duros para Brin Lodo, el prota de esta serie que nació en Zuun y obtuvo habilidades lupinas gracias a un experimento científico. Giffen lo convirtió en una gran criatura humanoide, pero de vez en cuando volvía a su forma original, más o menos humana. Incluso provocó que Darkseid hiciera que Brin volviera a la normalidad, pero eso fue más bondad que maldición, ya que estaba atormentado por el dolor y parecía estar muriendo. Todo esto fue un efecto secundario de la droga, o un elemento llamado Zuunium, que le dio sus poderes definitivamente. Al Gordon aquí nos lleva a otros temas. El número comienza con un pequeño resumen de la escena de Legion of Super-Heroes Annual #3 (extracto que trae este genial tomito que ECC Ediciones ha publicado). Entramos en vereda viendo como Lobo Gris y Aria aparecen de pronto en el siglo XX e interrumpen el tráfico. Faost, el tipo que dirige cualquier organización policial, está viendo imágenes de videocámaras y hablando consigo mismo sobre la suerte que tiene de haber adquirido la cámara antes de que salieran las imágenes. Recibe una llamada que le alerta sobre un suceso de “todo el mundo dándose de ostias en la calle”, la misma pelea entre Brin y Thrust, el tipo amarillo vestido como un mensajero en bicicleta al que llamó el tipo policía llamado Jesse. Y es que Jesse no quiere que Thrust pelee con Brin, pero las cosas salen mal, en gran parte porque Brin no puede controlar su ira. Recordemos que un verdadero hombre-lobo siempre anda desatado…
Voy a lo de antes. Son los años 90, una época donde muchos cómics o cabeceras se quedaban en un quiero y no puedo. Pero Legion of Super-Heroes era otro cantar. Y como buena serie lo que partió de ella también mola. ¿Es Lobo Gris un título que vale la pena leer hoy en día? Cuando lo cogí pensaba que debía haber algo para que tuviera algún sentido leerlo. No lo había, pero decidí empezar y ver qué ofrecía. Y ofrece lo que de toda la vida se le ha pedido a un cómic: acción, trama no muy profunda y entretenimiento. Y todos estos ingredientes los vais a encontrar seguro. Incluso puede que os pase como a mí que os entren muchísimas ganas de volver a leer las aventuras de Legión de Superhéroes.
¿Qué crítica se le puede hacer a esta miniserie? Aparte de que lo ideal es entrar en ella sabiendo de donde viene todo, nunca se obtiene una explicación seria de por qué Brin tiene problemas para controlar sus emociones o nunca se muestra cuáles realmente son los poderes de Aria, los que la convierte en un puente entre dios y el hombre, o lo que sea. No obstante, hay cosas por las que no se necesitan explicación y molan. Al Gordon hizo un buen trabajo con la historia de Quiet Darkness y hace un buen trabajo aquí. Me gustó el arte de Joe Phillips. Especialmente, la forma en que dibujó a Brin; tiene un buen control de los tamaños, las formas de los personajes, un control que en los 90 a varios dibujantes parece que se les fue de las manos. Creo que desde entonces en Bellas Artes se insiste a los alumnos en que un bíceps no es la parte más grande del cuerpo humano…