Reseña: Caballero Luna. Camino a la Locura, de MacKay, Sabbatini y Cappuccio

Caballero Luna es aquel personaje o serie al que recurro cuando tengo ganas de tramas de superhéroes con toques de Terror. Moon Knight fue creado por Doug Moench y por el artista Don Perlin, y debutó en el cómic Werewolf by Night #32, en agosto de 1975). Una propuesta totalmente contraria a lo típico donde lo normal es que el monstruo en cuestión debute en la cabecera del superhéroe y no al revés.

Marc Spector fue un ex-boxeador, infante de marina, agente de la CIA y mercenario, junto a su amigo Jean-Paul «Frenchie» DuChamp. Durante un trabajo en Sudán, Spector se encontró al borde de la muerte después de ser traicionado por el cliente. Mientras agonizaba en aquel lugar exótico y tenía la muerte a un paso, el dios de la luna egipcio Khonshu se acercó a Spector, a quien le ofreció una segunda oportunidad en la vida a cambio de convertirse en su avatar en la Tierra. Como resultado, Spector resucitó y recibió habilidades sobrehumanas. A su regreso a los Estados Unidos, invirtió el dinero que había acumulado como mercenario para hacer una fortuna, y se convirtió en un luchador contra el crimen, con la ayuda de Frenchie y Marlene Alraune, quien se convierte en su amante y, finalmente, en la madre de su hija. Os aseguro que el cómic le da mil vueltas a la penosa serie de TV que la Marvel Cinematic Universe hizo en 2022 con Oscar Isaac como protagonista.

Camino a la locura corresponde al tercer tomo de estos geniales TPBs donde Panini Cómics está publicando en nuestro país el último volumen del personaje editado en USA. Las cicatrices del ataque de Zodiaco todavía no se han curado, pero eso no impide que el Caballero Luna decida implicarse en una nueva misión. El Puño de Khonshu declara la guerra contra los vampiros de La Estructura, con una batalla en dos frentes: en las calles y dentro de su propia mente. Eso dice la sinopsis pero es que a raíz de su enfrentamiento con Zodiaco, la nueva misión del Caballero Luna es, en realidad, salir del radar del enigmático líder vampiro conocido como El Tutor, el cual ya ha puesto sus dos ojos sobre él y todo lo que le rodea. Le está investigando, le hace seguimiento. Aunque se demostrará que ir tras “el de blanco” puede ser una mala idea.

MacKay hace una brillante transición de Marc de un arco a otro sin perder nada de la intensidad o humanidad de la historia anterior. Sigo amando la progresión y evolución de Marc como personaje y este arco hace un trabajo brillante al mostrar cuán peligroso e impredecible es Moon Knight al hacer que sus enemigos muestren un miedo real. Las luchas de Marc siguen siendo convincentes y sus interacciones con las personas en su vida hacen que esas luchas sean más atractivas. También me encanta ver al Caballero Luna siendo un enemigo aterrador del que no esperas por donde te va a salir. Aparte de que, como trasfondo, se está medio revelando que el personaje sufre de un trastorno de identidad disociativo, incorrectamente denominado como esquizofrenia en otras historias que he visto por ahí. Ya sabéis, el tema de los alters ego conocidos como Grant y Lockley que se manifestaron en su infancia o los que no asumen la identidad de Caballero Luna en su edad adulta como un astronauta que lucha contra hombres lobo. Este tema me interesa bastante. Pero tenemos superhéroes y villanos exóticos, místicos, vampiros y licántropos en nuestra amada Nueva York… ¿Qué puede salir mal?

El legado de Doug Moench bien llevado es todo lo que me estoy encontrando en estos nuevos números. Estoy encantado.