Pintaza que tenía y no me ha defraudado. Aunque creo que rara vez pasará porque mis gustos lectores de la BD van muy acorde con lo que Nuevo Nueve Editores publica. Y más aún cuando lo hace en unas ediciones curiosetas, en tapa dura y con relieves que nunca vienen mal al tacto. Y tomos que además incluyen todos los álbumes de una obra como es el caso, un tríptico que te llevas en solo volumen, un buen cómic que te metes entre pecho y espalda casi de un tirón.
El guion de Belladona está basado en el personaje de Marie, una espía al servicio de un tal Charles de Batz, más conocido como D’Artagnan. Sí, ese de nombre único que a todos nos suena, en un cómic que toma prestados muchos elementos de las películas de Capa y Espada de los años 60 que este que está aquí solía disfrutar bastantes años después (con Jean Marais) al igual que los romances de época al estilo de la serie Angélique, Marquise des Anges, que también nos llevaba a la famosa Corte de los Milagros en tiempos de Luis XIV.
Un cómic que desde el principio te sumerge en conspiraciones, en el sugerente y ambicioso mundo de los venenos y en toda una época convulsa llena de sucesos entre los que destacó la revocación del Edicto de Nantes…. Llevándolo todo a un formato cómic que, al menos, con la Historia es honesta. El primer álbum es fluido y animado pero en el segundo se da un giro complejo a una trama a la que hay que estar muy atentos para no perderse mezclando cantidad de personajes. El segundo volumen se ancla en la revuelta que surge en las provincias contra el poder real, y todo a través de la misión de Marie ordenada por un vizconde que dará mucho que hablar en páginas sucesivas. Y cierra el integral un tercer álbum con un final que duele en el corazón. No sabemos qué será de la misteriosa Marie y si bien, alguien me dice que volveré a ver este personaje en futuras aventuras no hay problema… Pero si no. Mmmm… puedo trinchar a alguien. Pues el coitus-interruptus ha sido de órdago.
Un escenario que toma un giro clásico poniéndonos en la mesa a una heroína que se encuentra sola contra todos, incluidos sus propios amigos. Y los Reyes siendo cabrones como solo ellos han sabido ser en la historia de la Vieja Europa. Y no voy a irme sin mencionar el precioso dibujo de Alary: vivaz, sorprendente, dinámico y con unas escenas de acción y duelo muy bien plasmadas que proporcionan muchísimo movimiento. Pero, sin duda, lo potente aquí es el uso de una heroína que además de ser simpática y llena de encanto, es de esas que todo el mundo quiere, una heroína de raza moderna, que es una mezcla entre ninja, acróbata y una especie de agente secreto a lo Carmen MacCallum. No me molesta la espectacularidad, hemos venido a eso, ¿no? Pero esto hay que cuidarlo con ojo, que no se traspase la línea de la reiteración en las patadas voladoras a lo John Wick, aunque eso no ocurre aquí. El mundo de los superhéroes debe ser otra acera.
Me gustó Marie con su nombre en clave Belladona. Me enamoré de ella, una nueva heroína de mirada a este siglo XVII en el que nos sumergimos y que demuestra una supuesta renovación del tan gastado género de Capa y Espada. Con un buen anzuelo y punto de partida como es el intento de asesinato de Luis XIV, un cómic contenedor de un potente escenario así como de un bellísimo personaje principal.