Un thriller la mar de curioso, así catalogaría Compañero de Viaje, la novedad que nos trae este mes la siempre interesante editorial Ponent Mon. Editorial donde debéis poner un ojo, si no dos, para encontrar historias curiosas publicadas dentro del maravilloso cómic europeo.
Compañero de Viaje nos lleva a Moscú y a su fría noche. Olga reconoce a Yuri Gagarin acostado en un banco en un llamativo callejón… El susodicho está vestido con un jersey verde con el escudo de la Agencia Espacial Europea. Él también tiene la cara hinchada y no se atreve a corregir a la vagabunda que lo mete en su viejo coche. Por otro lado está Ahn, que espera dentro de una comisaría, ahora a salvo dentro de unas instalaciones de seguridad. Es prostituta y desea registrar una denuncia contra uno de sus clientes habituales. Y sabe que es esfuerzo malgastado. Aunque en alguna ocasión recibe consejos: “De ti depende gestionar a tus clientes”. Al salir de la comisaría, la vendedora de amor compra un cuchillo. Puede que no sea una mala idea, lo que piensa hacer…
Compañero de Viaje equivale a un álbum debut dos jóvenes autores descubiertos por la editorial Sabarcane, que unió en su día, el don de estos chicos para un proyecto que tras leerlo deja muy buen sabor de boca. Una historia al estilo de esas pelis indies que uno puede ver en Festivales como Sundance y que son muy gustosas de ver pero que muy poca repercusión tienen por su bajo presupuesto. Junto a Tiger Balm, Lucie Quéméner abordó con modestia su búsqueda de identidad con estas ilustraciones. Contrapuso entonces su educación marcada por sus raíces chinas y la rebeldía de una adolescente integrada en un estereotipo de cómic occidental. Y además del trato mesurado, su estilo agarra el estilo boceto y, en mi opinión, queda tan raruno como acertado para la historia en ciernes.
Por otro lado, Tristan Fillaire firma un escenario que es una mini orquesta coral donde se lleva a personajes muy diferentes a una especia de road-movie. Una carrera enloquecida aunque no tenemos la típica cronología de hechos continuados. Lo que hace el autor es darnos un puñado de flashbacks para situarnos y reforzar las intenciones de unos personajes que se les lleva al límite al más puro estilo Thelma y Louise. Desde Olga hasta Ahn, los personajes se transforman con cada adelanto de la historia como en un poema. Y Nils representa la guinda del pastel. Sus problemas de salud son solo el comienzo de un descenso a los infiernos que también recuerda a Un día de furia, de Joel Schumacher. En cuanto a las ilustraciones, más rectas que curvas. Líneas que parecen hechas a mano alzada, a una buena distancia del margen de viñeta, creo que intencionadamente para obtener esa representación “trepidante” de lo que se muestra.
Me gustó que Compañero de Viaje, friends, usa la narración centrada pero no utiliza un subtexto abiertamente social, sino que convoca a personajes marginados que se vuelven entrañables al conocer como actúan y los atrapa en una alineación tan extravagante como real.
Porque el libre albedrío siempre es inesperado…
Tremenda sorpresa.