Muchos tuvimos claro, y muy pronto, que el mejor personaje de Watchmen era Rorschach. Los que leyeron el cómic y, por supuesto, los que vieron la película. Por eso tuve muy claro desde el principio que este tomo que recopila los doce números del spin-off que hicieron Tom King y Jorge Fornés del personaje era indispensable para mí. Una historia apasionante que retoma el legado de Watchmen de la mano de dos grandes maestros del cómic contemporáneos sobre uno de los personajes más emblemáticos de un cómic que lo cambió todo.
En esta secuela moderna del trabajo de Alan Moore y Dave Gibbons y el Watchmen de John Higgins, donde aquel Rorschach seguía a un investigador anónimo en un viaje extraño y en constante cambio que revelaba corrupción política, lo ponía cara a cara con el famoso dibujante Frank Miller y subrayaba el legado perdurable y complejo del justiciero Rorschach. Ahora, el escritor Tom King y el artista Jorge Fornés llevan la investigación a un final apropiado para la colección DC Black Label, con una conclusión inquietante, eso os lo adelanto ya. Rorschach gira en torno al intento de asesinato del gobernador Turley, candidato a las elecciones presidenciales de 2020 con la esperanza de iniciar una «revolución conservadora». Uno de los posibles asesinos, un excéntrico caricaturista llamado Wil Myerson, lleva una máscara de Rorschach que, junto con una extraña grabación en cinta, incita al investigador anónimo contratado por la campaña de Turley a seguir la teoría de que el justiciero aún puede estar vivo o que su espíritu puede vivir en otras personas. Después de seguir todas las pistas, “el investigador” decide compartir sus hallazgos con el político Turley y… ya sabes, fíate tú de alguien tan falso como un político. Más falsos que los actores son.
Una colección de doce numeritos recogidos en este genial integral publicado por ECC Ediciones, donde a lo largo de toda la serie, King llena páginas y páginas con pistas falsas y sorpresas para mantener al lector inquieto en su asiento. Intentando adivinar lo que está pasando. Porque Rorschach está ambientada en la actualidad y eso le da un toque diferente. Es una historia reaccionaria en respuesta a los acontecimientos actuales en la política USA y al volátil panorama político del país. El tema de apertura de Tom King y Jorge Fornés para su propia maxiserie establece de inmediato que Rorschach se aparta del tono y el estilo que Moore y Gibbons crearon para su propia versión. Y hacen bien porque este arco argumental nos lleva a treinta y cinco años después del final de la historia clásica. Con un Rorschach abriendo la senda de las elecciones presidenciales, con la reaparición repentina y asesina del antihéroe enmascarado en un mitin de campaña en Los Ángeles. Con un número inicial en el que cada vez hay más muertos, intriga política al más alto nivel y misterios sin resolver que se remontan al pasado del Universo Watchmen. Un investigador se encuentra explorando la vida y la época de Walter Kovacs, por ejemplo, y el sangriento legado que evidentemente dejó para con el presente.
Gran parte del trabajo anterior de Tom King ha sido visiblemente influenciado e incluye referencias directas al trabajo de Alan Moore. Desde The Omega Men hasta su larga carrera en Batman. Y esa distinción la refuerza y eleva el trabajazo de nuestro paisano Jorge Fornés, acompañado para la ocasión del colorista Dave Stewart. Y es que Rorschach siempre fue en mi opinión un personaje pulp; casi imbatible, protagonista absoluto en la grandes escenas en las que participa. Los lectores que busquen una secuela directa o una continuación de la histórica historia de Alan Moore y Dave Gibbons no necesariamente la encontrarán aquí. Y aunque King también hace todo lo posible para incluir numerosas referencias al Watchmen original (sobre todo, en el último número), estamos ante un cómic, una serie, que se disfruta de todas-todas de forma independiente. Cómic satisfactorio y reflexivo.