Uno siempre está preparado y acude encantado a las historias que cree que le van a gustar. En especial, si sabes o supones que la historia que te propones degustar parece sacada de un episodio de la serie Love, Dead & Robots. Porque Love Love Love es eso. Una historia de amor pero también una trama con el racismo de fondo en un escenario futurista.
Elle conoce por casualidad a Karel, un mecha pero también un cherish bot, es decir, un androide dotado de empatía que necesita amor para recargar sus baterías. Entonces, ¿todos los de este tipo necesitan ser amados para recargar sus baterías? Elle accede y es así como termina enamorándose de Karel mientras les rodea una tremenda lucha que llevan a cabo los robots por sus derechos civiles. Transposición total del devenir de la lucha de los negros contra la segregación racial en USA a principios del siglo XX. Aquí los robots, explotados, son mantenidos por humanos bajo el yugo de la obsolescencia programada que pretende destruirlos, impidiendo toda actualización. La guerra parece inevitable. Pero el amor no avisa y entre Elle y Karel es amor a primera vista.
Una historia bastante entretenida que tiene su cosilla. El ritmo es bueno y los protagonistas entrañables, aunque la eterna mirada de perro apaleado de Karel, en ocasiones, pone el vello de punta. Los gráficos de Andrés Garrido sorprenden. Inmediatamente me hizo pensar en el trazo de Hiroyuki Ooshima, el mangaka que probé hace no mucho con una versión manga de Spirou y Fantasio, el mismo que produjo Crime School y Toys of War. Garrido muestra una línea muy suelta, muy dinámica y a la vez encantadora y sostenida por colores ligeramente pastel pero más agradables que pesados. Me gusta la personalidad de este diseño.
Tened en cuenta que la influencia del manga también se encuentra en el rostro del androide Karel. Recuerda a Astro Boy, lo que seguramente está hecho a propósito ya que Tezuka también abordó el tema de la relación entre humanos y robots con empatía y lucha por sus derechos. Pero insisto, trabajazo de Andrés Garrido a los lápices. Me encanta este tipo de dibujo en una historia que recuerda muy mucho a un peliculón como es Her. Con sus diferencias, pero muy al alza con el tema ese de que en la terrible soledad del ser humano, más de uno o una, terminará emparejándose con una máquina. Especialmente, cuando lleguemos a esa época en la que las IAs sean totalmente aptas para, no solo escuchar, si no también darnos amor (en todos los sentidos) a la que se supone es, la raza dominante en el planeta Tierra.
Recomendable historia. Toca la fibra.