Ya tocaba meterme en vena un Mark Millar, ¿no? Encima, friends, me entero que Panini Cómics saca en un solo volumen la miniserie de El Rey de los Espías que aparentemente tiene todo los ingredientes para que me guste.
En primer lugar, siempre tengo debilidad por las historias de espionaje como buen cuarentón. Luego agrego a eso un anciano al borde de la muerte tratando de enmendar todo el mal que ha hecho y ya la sinopsis me tiene totalmente enamorado. Necesitando tener pronto y devorar el cómic del señor Millar, que en un porcentaje alto ya es sinónimo de calidad. Me encantaron casi todas las obras suyas que leí. Arte, violencia y sentido del humor: el beso del chef, como dicen mis paisanos. Estamos hablando de la que puede ser una de mis lecturas favoritas del año, Realmente épica, un personaje parecido a James Bond recibiendo un diagnóstico de cáncer y decidiendo eliminar a todas las personas malas de las que recibió órdenes y protegió a lo largo de los años. ¿Os cuento un secreto? La de veces que he pensado que yo esto, my god.
La venganza. Ya sabéis, ese rencor tan potente que tanto promueve el arte norteamericano. Concepto bastante simple pero que nos marca a muchos, y en este guion bien ejecutado por el señor Millar nos conduce a su típico thriller de espías de manera soberbia. Sin embargo, El Rey de los Espías destaca para mí de forma especial ya que tiene algunos giros y vueltas geniales. Y malutos hilarantemente exagerados que se unen para hacer un paquete que simplemente funciona.
Los dibujos de Matteo Scalera, que normalmente es muy áspero y no es del gusto de algunos lectores que conozco, personalmente me dio el nivel. Le queda genial, con escenas de acción cinéticas que funcionaban perfectamente para la historia que Millar cuenta.
Roland King, el súper espía descubre que le quedan unos meses de vida y tiene más de sesenta tacos. Por lo tanto, emprende una misión para deshacerse de esos monstruos (humanos) que el mundo ha creado y lo vamos a ver pisándole la cabeza a políticos corruptos, burócratas, dueños de empresas que no les pertenecen… y mucho más. Y de forma tan épica todo que se siente como una película de acción. Porque a su vez es perseguido por la inteligencia británica y su hijo Atticus, que acude en su búsqueda al ver que a su padre se le ha ido la pinza. Teniendo que recordar, por supuesto, que este señor perdió una hija hace tiempo… Y no cuento más.
No pretendo cambiar la opinión de nadie sobre Millar. He oído que a algunos ya les cansa y que a otros nos tiene enamorados. Mi reseña no debe cambiar tu opinión sobre Millar. Si a estas alturas no te agrada y/o crees que es un completo idiota que solo escribe cómics con la idea de coger la pasta por los derechos para que se hagan películas (lo que hace, siendo sinceros) pues haya cada uno con los prejuicios. Yo miro que escribe historias que entretienen, que son un pasote, sobre todo, en la acción que consigue con sus tramas. Y si le rebosan billets por las orejas, pues ole sus huevos. Pero pocos cómics vais a encontrar tan divertidos en un tomo que recoge tan solo cuatro numeritos. Eso también os lo digo.