La Sociedad por la Preservación de los Kaiju es la primera aventura autoconclusiva de John Scalzi tras el cierre de la trilogía best-seller del New York Times: El Fin del Imperio; de la que he leído solo la primera novela (La Vieja Guardia) y que me pareció maravillosa. Una trama dentro de la Ciencia Ficción tan original como inusual. Minotauro las ha publicado todas. Tenéis ahí para disfrutar un buen rato. Por otro lado, contar que John Scalzi es un prolífico columnista y escritor de ensayos. Su saga de aventuras espaciales denominada El Fin del Imperio se convirtió en un rotundo éxito de público y crítica porque el señor sabe escribir bien. Ha obtenido varias nominaciones a los Premios Hugo, el mayor galardón mundial que existe para un escritor de SiFi como dicen en mi tierra. Su blog The Whatever es uno de los más visitas de la red.
Creo que La Sociedad por la Preservación de los Kaiju es la primera historia que leo que trata la reciente pandemia por la que hemos pasado todos gracias al puto COVID-19. Cantidad de otras historias apocalípticas he leído, muchas se escribieron sin que hubiera pasado nada realmente parecido, pero se me hizo raro leer sobre una pandemia que realmente he vivido. También parece que con el paso del tiempo se harán libros, cómics y pelis que tratarán el tema. Pero agobios aparte, deciros que La Sociedad por la Preservación de los Kaiju es un libro simplemente divertido. Incluso si, o especialmente porque, gran parte del humor es humor negro. Y eso no quita que nos topemos en la historia con vidas vacías, carreras, esperanzas y sueños que mueren en el abandono. Abandono en esos años extraños e irreales que a muchos ya nos empiezan a parecer un mal sueño. Por lo tanto, es completamente apropiado que esta nueva historia de Scalzi sea una historia donde no sólo hay que darle por culo a la pandemia, sino a toda la Tierra en general. ¿La idea? Descender a un lugar que nadie imaginó que existiera.
Con o sin Godzilla. Porque eso es lo que es un kaiju para quién se lo pregunte. Un monstruo enorme mezcla de dinosaurio con aberración, un ser inconmensurable que ocasionalmente se cuela entre las grietas del multiverso para aterrorizar a nuestra versión o época en la Tierra. Pero Jamie Gray, quien es despedido de su trabajo bastante cómodo como ejecutivo de un servicio de entrega de comidas, parece que comienza a vivir JUSTO cuando la civilización se bloquea. Y mientras termina su trabajo de repartidor, tiene la suerte de atender a un último cliente que le ofrece un trabajo en el misterioso KPS. La persona que hacía el trabajo ya no está disponible. Y Jamie acepta. Ha estado deprimido durante seis meses, agotando sus ahorros, evitando que sus mejores amigos se queden sin hogar porque sus trabajos también se han ido o se están yendo a la mierda, y ese KPS, sea lo que sea, tiene que ser mejor que lo que está haciendo ahora. Y el sueldo siempre va a ser mejor que… nada.
Una experiencia que cambiará su vida.
La Sociedad por la Preservación de los Kaiju se lee como una novela vintage de CF al estilo de otros títulos del maestro californiano como Old Man’s War o Redshirts. El mensaje se acerca sigilosamente al lector, como lo hace en La Vieja Guardia, pero no es tan profundo. Mientras que el enganche o atracción de la trama así como la identificación para con el prota es muy del estilo a lo que ocurre en Redshirts (Minotauro la publicará en un par de meses). Además de que estamos ante una novela que tiene el efecto esponja para el friki que le da a todo al estilo de Ready Player One o un buen cuento de Ray Bradbury. Risas, guiños o chistes nerds y humor negro del bueno con los símiles posibles. Si bien la pandemia brinda la excusa perfecta para que Jamie Gray se inscriba en una gira de seis meses en esta empresa raruna que resulta llevarle a la Kaiju Earth donde vivirá experiencias una vez que atraviesa un portal remoto y frío hacia una jungla humeante y alternativa. Aquella Tierra donde uno de los grandes eventos de extinción simplemente no sucedió. Así que monstruos a cascoporro. El camino de regreso me pareció maravilloso.
Grande Scalzi.