El hype, el ansia… si os tuviera que decir ahora mismo una serie de cómics por la que siento una infinitesimal ansia o hype de que se publiquen más obras o en su defecto un arco largo y extenso, sería sin duda, sobre estos geniales personajes que son el profesor Meinhardt, el Sr. Knox y la señorita Van Sloan. Sintiendo el amor que siento por el Terror, por los mundos o universos de horror que Mike Mignola ha sabido crear con sus diferentes obritas fuera de su famoso Hellboy: dioses, si espero con ansia cada tomito de estos que publica Norma Editorial en nuestro país. Porque Falconspeare, como bien dice la sinopsis, no es el primer cómic en el que estos geniales personajes se enfrentan a lo oculto y los horrores que este nuestro mundo esconde…, sobre todo, en los países del Este jajaj.
Y es que tras disfrutar de joyitas como El Sr. Higgins vuelve a casa (https://www.normaeditorial.com/ficha/comic-americano/hellboy-2/el-sr-higgins-vuelve-a-casa) y Nuestros encuentros con el mal (https://www.cronicasliterarias.es/?p=2507), casi babeaba por empezar, devorar, leer este Falconspeare, sabiendo de su contenido. Deberíais saber si os va este rollo o disfrutáis con casi cualquier fantasía oscura victoriana, que estos one-shots escritos por Mike Mignola y escritos y dibujados por Warwick Johnson-Cadwell, son una jodida maravilla. Y aunque debo decir que el estilo artístico crudo de Caldwell no está a la altura del aspecto característico de Mignola, tiene un toque diferente y genial muy fílmico moderno que mola. Eso sin contar el maravilloso ambiente gótico sobrenatural de las historias de Meinhardt & Knox que se adaptan perfectamente al Mignolaverso. ¿Y de qué va? James Falconspeare, cazador de monstruos, ha desaparecido y tras investigar las pistas, saber en “lo que estaba” y contra quién iba justo antes de enviar correspondencia críptica, su trío de amigos se temen lo peor. Su universidad no ha tenido noticias suyas. Y como os decía, el equipo de Meinhardt, Knox y Van Sloan, están recibiendo una misteriosa correspondencia con las iniciales “BK” escritas a mano por el mismísimo Falconspeare. Se puede reconocer su letra.
¿Van a buscarlo? Por supuesto. Pero lo chungo es que fue visto por última vez dirigiéndose al puerto de Betivuka, cuando tenía por misión acabar con una depredadora llamada “La Mordedora”. Una supuesta chupasangre que James Falconspeare había decidido investigar y mandar al otro barrio. Pero lo mejor es cuando detectan que Falconspeare intentó una táctica única para destruir a dicho sobrenatural enemigo…
Ya os digo, tercer tomito de esta colaboración Mignola/Cadwell que me parece maravillosa y que en cuanto haya material, merece un integralazo de los que se marca Norma sí o sí. Una buena historia, aunque bastante corta como todas y que obviamente deja con ganas de más. Mas, lo que veo fetén en estos cómics es, que la narración no tiene nada de diferente y es realmente la tarifa vampírica que solemos pagar de forma habitual. No obstante, lo que hacen realmente buenas a estas historias es los pequeños detalles que se proponen al principio de cada intriga: un mensaje garabateado sobre la mesa por temor a que alguien escuchara en secreto, un ama de llaves bávara empuñando una espada, un nosferatu reventado con una bengala… No sólo como fan, como escritor de Terror, pienso que estamos ante una serie de historias de vampiros que inspiran y devuelven la esperanza en poder volver a encontrar buenas tramas de horror con chupasangres clásicos.
Realmente pienso si existe algo que Mike Mignola haga, que no me guste.