Los Filibusteros es la nueva joyita que no debiera pasar desapercibida ahora que acaba de ser publicada por Dolmen Editorial. Y es que menuda chuladas de cómics están publicando las editoriales este verano. Por mi parte, no paro. Y no paro de quedar encantado con lo que leo porque ahora mismo es fácil elegir e ir a tiro hecho para no equivocarse. Muchas cosas buenas editadas en el noveno arte aunque es cierto que la situación social que estamos viviendo no ayuda. Pero bueno, olvidándonos un poco de los males del mundo (que es por lo que se debe leer, para abstraerse), las aventuras que uno puede vivir al leer The Freebooters es una muy buena elección.
Es obvio que Barry Windsor-Smith es un creador que sabe de lo que habla. O lo que hace. O que tiene un don al transmitir lo que pasa por su cerebro y brota de sus manos. Pocos creadores son capaces de crear un elenco de personajes tan interesantes y tan simpáticos de inmediato. Pero es que encima te los dibuja y con ellos van de forma directa a tu mente. Aquella telepatía inmediata de la que hablaba Stephen King. Pocos creadores son capaces de traer un elenco como los que aparecen en Los Filibusteros a este a un mundo de forma tan viva y además con una historia interesante que sería perfecta si no fuera por la parada abrupta que tenemos al final. No obstante, y en concepto, The Freebooters, de Barry Windsor-Smith, es único. De hecho, comienza con un artículo donde el autor vincula recuerdos e historias sobre varias piezas de su creación y nos lleva a ese lado-sentimiento de lo suyo con estos personajes.
La colección está estructurada primero para que el lector entienda cómo Windsor-Smith aborda la creación de cómics y en segundo, para que el lector obtenga una idea de los cómics más allá de las típicas ofertas de spandex llenas de acción de hoy en día. Y es que The Freebooters fue parte de una antología a mediados y finales de los 90 llamada Storytellers que intentaba oponerse a lo que la mayoría de los cómics habían llegado a representar y evitar las tendencias editoriales de finales de siglo XX. Y ahora tenemos la edición original de Los Filibusteros toda recopiladita en un solo tomo. Que comienza con una historia conceptual que no tiene color ya que nunca fue publicada. A los lectores se les presenta a los mismos personajes principales, Axus y Aran, pero ambos son algo diferentes en sus encarnaciones finales. Luego nos presentan a The Freebooters tal como se publicó en Storytellers, en color, la gozadita a tope para todo aquel que ame la fantasía heróica épica y medieval.
The Freebooters es un cómic maravilloso mientras dura. Se enfoca menos en la acción y más en desarrollar su gran elenco de personajes, cada uno bastante diferente del otro. Aran ha pasado de ser el joven guerrero errante en el primer número a un papel más de oráculo. Axus parece un poco más pasivo de lo que vimos originalmente. Es un héroe «retirado» que se ha instalado en su pequeño rincón del paraíso, pero añora las aventuras y sus días de gloria. Es el dueño de una taberna/resort en las afueras de la ciudad de Shahariza (Mmm… ¿inspiración-gorda para El Nombre del Viento, de Patrick Rothfuss? Toda la pinta, ¿no?). La interacción entre los personajes es el punto focal de cada capítulo, dado que cada personaje es tan distinto que a menudo hay un gran nivel de humor y profundidad en los diálogos. En los aproximadamente nueve números completos de Los Filibusteros obtenemos más información sobre estos personajes que en muchas otras obras en el doble de números. Los pocos temas incluidos en el volumen son tan divertidos que desearás que haya más. La trama se dirige hacia un enfrentamiento entre Axus y un monstruo al que mató en su mejor momento. Y es que, ¿quién no querría ver al «venido a menos» Axus intentar derrotar a ese poderoso ser?
Da pena que nunca obtengamos una resolución. Barry Windsor-Smith ha creado un elenco de personajes tan divertido y un mundo tan maravilloso aquí que no sé si el ansia de querer saber más les puede venir mal a algunos lectores fanáticos de las historias cerradas. Si que es verdad que en lugar de ver la resolución de la historia principal, se reimprimen una variedad de historias alternativas incluido el «final» de The Freebooters (una fiesta en la que una variedad de personajes de la colección Storytellers se encuentran y disfrutan de una velada nocturna veraniega muy apetecible). Hay que recordar que BWS decidió cerrar todas las series.
Y como no me gusta perder el tiempo en lo obvio, poco os hablaré sobre el dibujo. Barry Windsor-Smith es el tío que para mí dibujó al mejor Conan de la historia. Ahí lo dejo.
Para cerrar diría que esta colección pese a ser una historia inacabada sigue siendo una lectura definitiva para los dedicados a la profesión o aquellos que desean ingresar al negocio. El proceso creativo que se enseña entrelíneas es tremendo. Los lectores verán páginas sin terminar, piezas progresivas que muestran bocetos en bruto hasta piezas finales en color. También obtenemos una narrativa que nos guía a través de los pensamientos y decisiones que tomó BWS con sus series.
Por cierto, la comparación con el libro de Rothfuss viene al pelo, porque aquello tampoco parece que vaya a ser cerrado nunca. Y tantos años después, si se hace, rara vez esas cosas salen bien.