Jeff Lemire es uno de esos autores actuales de cómics que suele impactar con casi cada título que publica. Este canadiense (¡Qué tiene mi edad!) es ya un reconocido guionista de cómics, ilustrador y productor de televisión del país de la hojita caduca. Autor de títulos chulos como la trilogía de Terror Essex County o la tan de moda Sweet Tooth (https://www.ecccomics.com/comic/sweet-tooth-vol-1-de-2-segunda-edicion-7494.aspx), El Niño Ciervo, que ya ha visto incluso su traslado al formato serie TV. Pero es que el trabajo de Lemire incluye haber pasado por las grandes casas del cómic de superhñeroes con participación en titulos como All-New Hawkeye, Extraordinary X-Men, Moon Knight y el Old Man Logan de Marvel. Y para Dark Horse, Black Hammer y Mazebook, dos comicazos de mi más preciado y amado género como es el Terror.
Jeff Lemire ha hecho la transición de ser el favorito de la crítica en la escena independiente a uno de los principales escritores que lideran el grupo de Los New 52, de DC, por ejemplo. Muy pocos guionistas pueden hacer esa transición del cómic independiente a los superhéroes convencionales con facilidad. Pocos lo consiguen. Y eso se resume en genialidad y calidad con el producto que brota de sus manos. Lemire constantemente resulta ser un escritor de primer nivel. Animal Man y Justice League Dark, son dos de los mejores titulos que se han publicado en DC en los últimos años. Y eso es decir bastante. Pero a pesar de tener algunos de los mayores éxitos de su carrera en DC Comics, Lemire se ha mantenido comprometido con la producción de sus obras propias como creador. Y un ejemplo claro de que puede hacer varias cosas bien a la vez, es esta novela gráfica llamada El Soldador Submarino.
Con un titulo no muy atractivo (todo hay que decirlo), The Underwater Welder es quizás el mejor trabajo de Lemire hasta la fecha con un arte impresionante y una narración magistral. Así de claro. Huelo los premios viniendo hacia él. En esta historia seguimos a Jack, un soldador en alta mar que está a días del nacimiento de su primer hijo. Y es que Jack se ve abrumado por un maremoto de emociones con un nuevo hijo en camino y se ve obligado a enfrentarse a esos miedos que guarda en el armario. Miedos en el que suman la misteriosa desaparición de su padre, que no se volvió a casa la noche de Halloween cuando él apenas tenía diez años.
Jack lucha por aceptar la muerte de su padre y el resentimiento que siente por crecer sin uno. Y mientras lucha por confrontar su pasado, su propia familia comienza a desgarrarse mientras camina por la cuerda floja entre la felicidad y la repetición de errores de los que parece imposible desprenderse. Los mismos, que cometía su desaparecido padre. Y es que Jack, que trabaja en una plataforma petrolífera en la costa de Nueva Escocia, está habituado a la inmensa presión que supone trabajar en las profundidades del mar. Cuanto más hondo se sumerge, más se distancia de su joven esposa embarazada. Parece que cuanto más desciende, más se acerca al abismo de su vida… y del mundo. Pero una noche, Jack tendrá un encuentro sobrenatural que lo cambiará todo.
Lemire es excelente para escribir dolor real, trauma, pena y pérdida. Estas emociones inquietantes salen de la página de manera muy creíble y humanista. También le gusta jugar con la memoria y los saltos en el tiempo (vemos escenas del presente y el pasado de Jack cuando la línea entre los dos comienza a desdibujarse). Esta historia me recordó bastante a un episodio de The Twilight Zone, si os soy sincero; pero bueno, es que aquella serie de TV dio para mucho.
Además, el estilo blanco y negro aquí viene perfecto para someternos a la pena constante del prota y la oscuridad que parece estar abatiéndose sobre él. Jeff Lemire es un maestro en la transmisión de emociones y conflictos personales, y El Soldador Submarino es un ejemplo perfecto de sus habilidades.