Reseña: Mitos y Leyendas Inuit, de Knud Rasmussen

Los mitos y leyendas de cada país me encantan. Sus cuentos, sus creencias, así como su bestiario. Este último en especial. Si uno los analiza psicológicamente detecta fácilmente a un ser humano que según su ubicación, no es muy diferente de los demás. Mitos, leyendas, cuentos y creencias, la mayoría llegan a ser muy parecidas con tan solo modificarles el clima, entorno y ciertos sentimientos. No obstante, en los detalles está el demonio, como dicen las abuelas. Y de esos detalles originales nos gusta nutrirnos a los autores, a la gente inquieta y a los curiosos. Es por eso que uno siempre tiene puesto el ojo en Ediciones Siruela, una editorial donde poder encontrar en sus colecciones de relatos de los diferentes lugares del planeta, una gran variedad de «detalles». Como no iba a disfrutar yo entonces de una obra tan diferente y fresca como Mitos y Leyendas Inuit. ¿Qué nos puede ser más desconocido a los de la zona calurosa de la Tierra, todo lo contrario, esa parte lejana del mundo civilizado como es Groenlandia?

«Un lugar, un país es enigmático y maravilloso, solo las personas que entienden los temas ocultos pueden entrar allí».

Con edición, prólogo y traducción del danés de Blanca Ortíz Ostalé, nos topamos con un volumen recopilatorio de leyendas recogidas por Knud Rasmussen (1878-1933), un científico polar danés-groenlandés, nacido en Illulissat, anteriormente llamado Jacobshavn, que vivió en Groenlandia durante los primeros doce años de su vida antes de ser enviado a un internado en Dinamarca. De adulto, regresó a Groenlandia y realizó siete expediciones más por el Polo Norte. Knud Rasmussen fue un emprendedor investigador que no dudó en documentar sus experiencias, llevando un diario para recopilar material, para escribir libros una vez regresaba a Dinamarca. Debido a su educación, Knud Rasmussen sabía bastante de la tradición groenlandesa. Amante de las canciones y la narración de cuentos del lugar, dedicó gran parte de su vida a estudiar dicha cultura visitando a oriundos de aquel mar blanco, así como sus aldeas.

«Érase una vez, hace mucho tiempo, una época en la que todos los humanos vivían en el cielo y eran inmortales. Pero entonces un hombre se salió del sendero y engendró una hija con la tierra. Sus descendientes fueron muy fértiles y pronto desbordaron el paraíso en el que vivían. Un poderoso terremoto dividió la tierra en enormes grietas y mucha gente desapareció. Se originaron otras especies. Y se originó el hombre subterráneo poblador del mundo interior. Los apaga fuegos…».

Mucho se ha hablado y especulado sobre la forma de vida de los habitantes de las zonas más frías del globo. Pero casi siempre se reduce a una visión sesgada y llena de estereotipos…, comenta la sinopsis editorial y no puedo estar más de acuerdo. Nadie mejor que alguien que ha vivido aquello de primera mano para trasladarnos sensaciones, historias y visiones de gente que transita el día a día en uno de los lugares más inhóspitos del mundo. Mitos y Leyendas Inuit, se vuelve un volumen único y revelador que nos invita a conocer de primera mano la cosmovisión y creencias de un pueblo ancestrar, enigmático y poco conocido.

«Cuentan también de un hombre y de una mujer; pero… ¿cómo? Es misterioso. ¿Cuándo estuvieron juntos? ¿Cuándo crecieron? No lo sé. El caso es que la mujer cosió ropa de niño y echó a andar. Encontró a los pequeños, los vistió y los llevó a su casa. Así fue como hubo muchos seres humanos. Cuando fueron numerosos, quisieron perros. Un hombre salió con una correa de perro en la mano y empezó a patear la tierra al grito de ¡Hoc!¡Hoc, hoc! En ese instante, empezaron a salir perros de montículos de tierra y…».

Knud Rasmussen sabía que este lugar era su vida. Se convirtió en un expedicionario que viajó a otras partes del mundo. Se rodeó de etnógrafos, arqueólogos, prisioneros groenlandeses y mujeres groenlandesas, cada uno con una importante tarea para sus aventuras. Hacerle ver al mundo estos lugares tan inaccesibles fue cumplir el sueño de su vida. Mitos y leyendas en zonas así, era la principal evidencia de ese antiguo parentesco pasado entre seres humanos. Promulgó una especial familiaridad entre esquimales canadienses y los de Groenlandia. Evidencias de antiguos viajes cruzando el Gran Azul para bienes comunes.

Knud Rasmussen fue nombrado Caballero y también recibió el Signo de Honor de la Orden Dannebrog.

Reseña: La Gota de Sangre, de Emilia Pardo Bazán

Ediciones Siruela, la mejor editorial ahora mismo en nuestro país en la que buscar una buena novela detectivesca o de género negro clásico, vuelve a poner en el candelero una nueva edición de La gota de sangre de nuestra querida escritora y maestra Emilia Pardo Bazán. La considerada primera novela de detectives española, una novelette o cuento largo más bien ya que no llega a las cien páginas, con un antihéroe curioso que le propone a un juez resolver un crimen que podría achacársele a él.

Me gusta mucho de este relato que la investigación se desarrolla muy diferente a las grandes deducciones de Poirot o Holmes, y es en parte porque a la autora no le hacía gracia los métodos extra-experimentales de los famosos detectives ingleses y recurre, en cambio, a acertadas intuiciones para detectar las pistas. Más realista, si cabe, porque la mayoría de las cosas en las investigaciones llegan por el azar. De buena mano lo sé. Y debo decir que La gota de sangre encaja bastante bien con lo que uno podría esperar cómo primera historia policíaca publicada en nuestro país, aunque solo sea por tener un detective aficionado que intenta limpiar su nombre tras un crimen pendiente de resolver, aunque sin mucha investigación que digamos. Una historia que me descubre de nuevo a Doña Emilia, con un lenguaje fino, matizado por los personajes, y que me hacen recordar a esa mujer culta que descubrí en Los pazos de Ulloa.

Ha sido una delicia y un placer leerla de nuevo ahora en esta faceta a lo Ágatha Christie, que me mantuvo a la expectativa de si cierto personaje era el asesino o no. Eso sí que se consigue. Aunque lejos de ser una historia redonda, tiene su mérito como la escribió y, sobre todo, cuando lo hizo. Aunque todo se resuelva demasiado rápido, eso no quita que sea historia que todo aficionado al género debiera disfrutar, al menos, una vez en la vida. Pues insisto, aunque todo ocurre demasiado rápido, se disfruta cada línea.

Un cuento negro con detalles muy buenos. Bien por Doña Emilia. El personaje de Julia Fernandina alias «la chulita” es divino: una mujer de alcurnia dedicada al oficio más viejo y que la Bazán satiriza de lo lindo.

Prueben.

Reseña: Las Aventuras de Robin Hood, de Roger Lancelyn Green

Preciosas las ediciones que Siruela está sacando de ciertos clásicos de novelas de aventuras indispensables de leer, al menos, una vez en la vida. Y con unas portadas geniales que rememoran las ilustraciones pro-medievales o “dibujitos” que ciertas historias debieron tener para con la época en la que vieron la luz por primera vez. Y es que de Robin Hood nos ha quedado que fue un tío que robaba a los ricos para dárselo a los pobres, esa era la moraleja. Y sí, probablemente estuviera inspirado en un caso real, pero tras el libro de Roger Lancelyn Green vas a ver que hay/había mucho más. Por eso y solo por eso, aunque hayas visto pelis, pelis Disney y hayas leído con tus hijos cuentos súper resumidos de la historia, sólo uno se queda a gusto y bien instruido cuando va a la esencia, a la novela original y a los ramales fidedignos que pudieron surgir.

Las leyendas de Robin Hood han estado circulando desde el siglo XIV. Los estudiosos debaten si las primeras baladas e historias se basaron en una persona real o no. Os lo decía antes. Pero en sus primeras versiones, Robin era solo un ladrón, con mal genio y eso cuenta actualmente la Wikipedia. Uff… Que si no robó a los pobres pero tampoco les dio un mísero pico de pan; algunos de los aspectos que conocemos de Hood sobrevivieron desde las primeras historias y otros fueron agregados o adaptados a lo largo de los años. Como todos-todos-todos los cuentos clásicos que conocemos que han cambiado y fueron suavizados alejándose de la historia original. La primera versión escrita específicamente para niños de Las aventuras de Robin Hood la hizo Howard Pyle en 1883. Esta fue la versión en la que se basan muchas películas y aspectos posteriores de la historia. Pero si indagas en la fuente de la verdad, encuentras que Robin Hood era un terrateniente, una especie de clase media entre campesino y aristócrata (otras versiones presentan a Robin como un noble) y se convierte en forajido disparando una flecha a alguien que le disparó primero, y asesinando a alguien en teoría inocente pero de gran repercusión social. Un tipo relacionado con el Sheriff de Nottingham, quien a partir de entonces se convirtió en enemigo de Robin hasta el fin de sus días.

Y mientras Robin se escondía en el bosque de Sherwood, muchos sabiendo de la injusticia pronto se unieron a él. Algunos eran pobres hambrientos que mataron por error al venado del rey y habían huido de la ley, a otros les habían confiscado sus bienes y no tenían donde ir… Para mantenerse, Robin y sus «hombres alegres» detenían en cruces de caminos y claros del bosque a incursiones de viajeros ricos y los «invitaban» a un festín en Sherwood, luego exigiendo un pago por sus cabezas. En este libro, publicado por primera vez en 1956, Lancelyn Green nos traslada a su país natal para recorrer de su mano los caminos de Sherwood y acompañar al arquero justiciero en sus aventuras. El autor vuelve a ejecutar su magia al reunir material de distintas épocas y tradiciones: viejos romances, baladas y obras de teatro, así como relatos de Noyes, Tennyson, Peacock, Scott y Greene. Tenemos entre manos un mosaico literario que se ha convertido en una de las obras fundamentales de la mejor literatura clásica y súper recomendable de leer a poco que te gusten las novelas clásicas de aventuras. Como bien dice Roger Lancelyn Green, es uno de esos Fairy Tales que se han de contar una y otra vez.

Este libro detalla muchas de las historias conocidas sobre Robin: su primera pelea con Little John, su altercado con Friar Tuck (alguien que no aparece en las primeras leyendas), el partido de tiro con arco en Nottingham donde Robin se disfrazó. Maid Marian se menciona pero nunca aparece. También se incluyeron otras historias de las que no había oído hablar y de la que solo contaré una para no spoilear: el cómo Robin conoció y ayudó a Allen-a-dale a liberar a su amada de un matrimonio de conveniencia. Robin Hood y las leyendas y cuentos que hay detrás es todo un mundo a descubrir. Investigar, indagar en “ese lado” es descubrir cosas nuevas, chulas y molonas. Por eso cada edición que sale en cuyo título va este señor, me atrae.

Muy interesante la colección de libros de este señor que Siruela Ediciones está publicando.

Reseña: La Primera Detective, de Andrew Forrester

El anuncio en Reino Unido fue: «El pasado miércoles la Biblioteca Británica volvió a publicar un libro que llevaba agotado más de ciento cincuenta años». Y por tanto, imposible de encontrar… The Female Detective, de Andrew Forrester, que se considera la primera novela de detectives de la historia protagonizada por una mujer, volvía a estar disponible para el público de a pie. Decir que el libro solo tuvo una pequeña tirada y que voló, es decir una obviedad. Además, algunas de las historias pudieron haber aparecido sueltas en algunas revistas de literarias de dicho país, por lo que tampoco era imposible saber qué trataban. Hablamos de un libro que se rumoreaba que era muy poco probable que Agatha Christie lo hubiese leído antes de crear a Miss Marple, aunque permítanme que lo dude y que no derive esto al cajón de «publicidad engañosa». Pero de lo que estamos seguros es que La Primera Detective es, sobre todo, un apunte histórico interesante como preludio de lo que vendría después, un libro súper interesante que acaba de publicar Siruela Ediciones y que, por supuesto, yo no me iba a perder. El amanecer de un nuevo género. Aun asi, ¿cómo se sostiene lo que en realidad es una antología de relatos, en lugar de una novela detectivesca de principio a fin?

Para dar una revisión sin spoilers como suelo hacer, algunas historias son muy buenas y otras un tanto normalitas. Pero a diferencia de otras muchas antologías, las tramas buenas compensan muy mucho a las demás. Tenerlas todas bien recopiladitas en esta genial edición en tapa dura que es la colección Clásicos Policíacos, de los que pretendo hacerme con todos, porque el encontrar delicia tras delicia es un no parar; mola cantidad. La detective en cuestión, Miss Gladden o «G», es un personaje interesante. Ella es efectivamente el equivalente a una cazarrecompensas trabajando independientemente para la policía que resuelve crímenes que ellos no pueden resolver. Pero con un código moral fuerte. Y el conflicto entre dinero, justicia y moralidad, la impulsa.

A pesar de lo que cabría esperar de un libro que se denomina originalmente The Female Detective, el tema del género, en realidad, no aparece tan a menudo. Excepto por algunas escenas en las que finge ser una chismosa amistosa para obtener información, podrías reemplazar su personaje por un hombre de la época victoriana y dudo que los lectores nos diéramos cuenta. Si eso es algo bueno o no, no lo sé. Depende de vuestra opinión. Y tengo que avisar también sobre el hecho de que estamos ante una novela que data de la famosa época victoriana, por lo que encontraréis ciertos párrafos algo difíciles de asimilar y debéis estar dispuestos a leer frases prolijas del siglo XIX. Pero nada más difícil de entender que la literatura que profesaba el maestro Arthur Conan-Doyle en sus inicios.

Y algo más debo contar…, ¿o no? La Primera Detective comienza con una introducción de G, donde explica cuán importante es su papel en la sociedad. Los relatos fueron escritos en algún momento de principios de 1860, cuando la policía metropolitana inglesa no tenía más de tres décadas y la rama de detectives poco más de una. Y ambos eran ampliamente conocidos por ser corruptos. Los detectives eran aparentemente odiados, aunque hay que decir que esto para nada obstaculiza a la protagonista. Por otro lado, declara ser intencionalmente vaga en muchos asuntos de la vida: afirma ser soltera y sin hijos, o cuenta que es viuda con hijos a la gente y cositas así. Nunca sabemos qué edad tiene cuando ocurren dichas tramas pero la podemos imaginar como una cuarentona a la que ya nada de la vida asusta. Además, La Primera Detective está escrito como un libro de casos de un oficial de policía de la época. Con el pretexto de haber sido escrito a partir de Notas. No parece haber ningún orden en particular en las historias. Aunque sí que arrojan pistas tentadoras de tramas no contadas (que nunca llegaron a contarse) y me encantaría saber el trasfondo del momento en que se hizo prisionera a esa estudiante de medicina que…

Y no todas las historias se relacionan con la protagonista G. Algunas sólo son historias que le cuentan algunos policías. Esto me encantó. Y pienso copiar la idea para alguna futura antología que escriba centrada en un sólo personaje. Aun asi. la mayor parte de La Primera Detective la ocupan las dos historias más potentes del volumen. Pero hay otras cinco de las que, como os dije antes, no me arrepiento de haber leído ninguna.

Las y los feministas, pero sobre todo, los completistas históricos, han de saber que tenemos una joyita del género disponible en librerías.

Reseña: Los Asesinatos Silenciosos, de A. G. MacDonell

El libro que recomendamos en el Día del Libro de este año de renacimiento que es 2022, es Los Asesinatos Silenciosos, de A. G. MacDonell. Otra de las joyitas de misterio o novela detectivesca, de las que va publicando Editorial Siruela casi cada mes en su imperdible colección Biblioteca de Clásicos Policiacos. Y es que aaaahhhh… nada como una buena historia de asesinatos de los de antaño, de esos con una proporción considerable de esceptisismo moderno o de poca consideración, pero de los que agregan varias víctimas a una narrativa tambaleante que hace que tu cerebro (muy listillo él como siempre) se pierda en un mar de dudas y pase por alto la ficción detectivesca que se propone. Ahora agarraos bien. Los Asesinatos Silenciosos (The Silent Murders) es una novela de nada más y nada menos que 1929. Es decir, ya la pudieron haber disfrutado nuestros abuelos en su niñez si hubiesen querido. Esto para gente que supere la cuarentena ahora, por supuesto, pero a lo que voy es, que estamos ante una historia que aunque obviamente se observan los puntos canosos de la trama, sí que vale la pena disfrutar por cómo, dónde y con quién se propone todo. En especial, por “dónde camina”. Y no os quepa duda que al terminar la lectura de Los Asesinatos Silenciosos vais a querer/buscar/comprar más obras de A. G. MacDonell.

En Los Asesinatos Silenciosos tenemos suficiente balística para establecer que una serie de tiroteos se perpetraron todos con la misma arma. También suficiente sentido del patrón para detectar que incluso el apuñalamiento ocasional debe vincularse ya que todas las víctimas han colocado en sus cadáveres una tarjeta con números secuenciales escritos entre ellos. Sí friends, de película y ya en el primer capítulo nos presenta a las víctimas Tres y Cuatro —un vagabundo y un capitán— y así el público que estudia historias de detectives y está acostumbrado a la repentina y violenta muerte de millonarios comienza a reincorporarse en su sofá de lectura. Pues son dos víctimas que nada tienen que ver entre ellos por lo que algo raro está pasando. Pero cuando se comete un error en el asesinato de la víctima Cinco, el hermano inocente de un canalla ampliamente conocido, hace que tenga que ser requerida la ayuda de Scotland Yard y en imagen los personajes del Inspector Dewar (sin nombre de pila) y el súper intendente Bone. Es decir, el joven, vigoroso y riguroso Dewar y el sabio, en gran parte sedentario, Bone que ambos forman una pareja maravillosa. Dos personajes que realmente ayudan a elevar esta novela por encima del status de sólo recomendable.

Y si bien la insensibilidad del autor se muestra en el incómodo cambio de tono en ciertas escenas que no esperas, escenas divertidas que muestran momentos genuinos; las resoluciones son demasiado aguzadas en ciertos momentos. A esto me refería con “canosa” en el primer párrafo. Dewar está a punto de enfrentarse a un asesino que habitualmente porta armas de fuego y no tiene escrúpulos en usarla. Es todo lo que lleva a ello lo que engancha en la trama y frases del tipo: “Ninguno de los dos iba armado, pero entraron al estudio como si fueran a una fiesta de té”. Frases de las que ama y alaba en Mientras Escribo el maestro Stephen King.  Y eso que, por supuesto, normalmente nunca asesino y perseguidor se encontrarán. Pero cuando pasa… ay, cuando pasa.

Lo decía antes. En cuanto a la trama, ha pasado de moda de alguna forma o a día de hoy os puede parecer manida o redundante. Pero amigos (sobre todo, escritores) aquí hay una frescura en los personajes que es maravillosamente atemporal. Witness Bone reprende amablemente a Dewar cuando toca. Bone es una creación encantadora: imparcial tanto en elogios como en críticas, y siempre disponible para poner cuidadosamente a cualquiera en su lugar, lo necesite o no. Y aparentemente sujeto solo a los caprichos de su propia diversión: «Era un gran lector de libros, señor». «Bueno, tú también, así que eso no cuenta mucho, ¿no?». Y Dewar es algo así como un pez anodino, totalmente comprometido con el trabajo, sin vida hogareña, sin vida interna de la que hablar. Pero un personaje intrépido cuando toca. Pero hay más. Wilkinson, el mayordomo que ha leído demasiadas historias en serie sobre mayordomos impasibles y que da gusto «escucharlo».

Y una investigación muy bien realizada. MacDonell hace bien en resaltar al lector la importancia de estar al tanto de todos los aspectos del caso en todo momento como si de un protagonista más se tratara. Y es en gran parte debido a la admiración mutua entre Dewar y Bone que esta novela de detectives se basa en gran medida en el trabajo policial metódico por lo que nunca pierdes interés ni sufres monotonía «procedimental», que es un tema muy común en este género.

Súper recomendable a tope.

Reseña: El Misterioso Señor Badman, de W.F. Harvey

Esta maravillosa colección Biblioteca de Clásicos Policíacos de Siruela Editorial me tiene encandilado. Yo la llamaría la Imprescindible Colección de Novelas y Relatos Detectivescos de la Historia. En ella están apareciendo lo mejor de lo mejor del género, pero quizás lo más chulo es que también publica títulos inencontrables en nuestro idioma y/o inéditos. Joyitas como El Misterioso Señor Badman, del gran W.F. Harvey, autor de La Bestia de Cinco Dedos, uno de mis relatos favoritos de Terror de todos los tiempos. Y es así. Solo conocía a Harvey a través de sus cuentos sobrenaturales (otro cuento que me encanta del autor es Calor de Agosto), por eso pensé que sería maravilloso conocer y reseñar alguna de sus novelas (tratara el género que fuera) y si tuviéramos suerte de que vieran la luz aquí. Y va Siruela Editorial y publica una de sus inencontrables novelas como El Misterioso Señor Badman, que se publilcó por primera vez, nada más y nada menos, que en 1934. Las coincidencias no existen, friends. Existe el poder de la mente…

…por eso, cuando a las dos de la tarde de una bochornosa tarde de julio, Athelstan Digby se compromete a vigilar y atender la vieja librería de Keldstone High Street, jamás se imaginó que su vida iba a cambiar de tan extraña manera. En parte de vacaciones, en parte para aconsejar a su sobrino Jim Pickering sobre la posibilidad de ocupar o no un puesto de médico, el Señor Digby termina por ocuparse de la librería de Daniel Lavender, con la gracia de tener disponible una habitación mientras visita la ciudad y a su sobrino. ¿Qué hay de raro? En su primer día al cargo, Digby recibe la visita de tres clientes que buscan el mismo título. Un libro llamado Vida y Muerte del Señor Badman, de John Bunyan. ¿Tres personas pidiendo un mismo libro, seguidamente, un libro que no está en catálogo y ni siquiera se sabe si existe? El señor Digby está intrigado. Pero aún más, cuando no por casualidad, un joven aparece vendiendo una pila de libros viejos y en el montón hay una copia del susodicho.

Ahora decidme qué locura espoileadora podría estar haciendo si os descubriera más sobre este original historia. El desero de poseer un libro. Pero, ¿es tan valioso ese volumen? Resulta que el libro contiene una carta bastante incriminatoria con información que podría ser perjudicial para el conocido Sir Richard Mottram. Así que tan pronto como el Sr. Digby encuentra la carta, entran en la tienda y roban el libro. Y… Paro ya. Vosotros mismos debéis disfrutar de esta genial historia que se marcó Harvey hacia el final de sus días. Donde tras el Sr. Digby nos uniremos a una interesante investigación que os puedo tener inmersos en horas de lectura sin que os deis cuenta. W.F. Harvey combina una excelente trama con el típico thriller de persecución. Y con un elenco de personajes maravilloso y atractivo.

El Misterioso Señor Badman fue una delicia de principio a fin. Un disfrute de historia que incita a querer contársela por completo a alguien. Muy fuerte has de ser para no querer contar su secreto. A tu pareja, amigo o colega, cuidado por que puede que se te escape algo. Eso sí, súper recomendar el libro ahora que está disponible. Fue una gran sorpresa para mí encontrar esta obra ya que como os decía, conocía a Harvey por sus cuentos de Terror, donde tiende a ser más sombrío, por cierto. Y con un poco de investigación encontré que Athelstan Digby (el prota) apareció anteriormente en otro libro igualmente de raro de cuentos en el que aparentemente aparecía por primera vez como detective aficionado. Si Jim Pickering también aparece o no en Las desventuras de Athelstan Digby (1920), nunca lo sabré. Una copia de este libro realmente raro apareció en una subasta en eBay hace un tiempo y se vendió por más de 200£.

¡El metajuego!

Desde ya puedo decir que me encantan los «bibliomystery», término que no conocía y en el que se engloba El Misterioso Señor Badman. El lado más oscuro de las librerías, las bibliotecas y los manuscritos raros. ¿Cómo alguien que lleva toda una vida inmerso en lecturas podría desconocer este término? Qué bonito es poder seguir aprendiendo cada día. E insisto, aprovechad la oportunidad ahora que está en novedades porque El Misterioso Señor Badman estuvo durante un tiempo muy buscado en el mercado de segunda mano, donde se veían muy pocas copias y a un precio desorbitado. Me consta que encontrar una copia en una biblioteca de USA, hoy en día, es misión casi imposible. El libro fue publicado en Inglaterra por Pawling & Ness, una editorial muy pequeña y de corta vida. Hay pocas ediciones «vivas». Pero las sensaciones. Ay, las sensaciones. Amar a estos autores, a este tipo de literatura, es algo que no se puede describir. Y como todas las cosas que no se pueden describir, son una delicia para los que amamos la lectura. El arte de leer, de encontrar un buen libro, virtud que funciona y nunca decepciona a pesar de los años.

La maravilla escrita.

Reseña: El Libro de los Dragones, de Roger Lancelyn Green

Siruela Editorial es una de las pocas editoriales de nuestro país donde se pueden encontrar joyitas de género fantástico un poco singulares. De vez en cuando, rescatan títulos casi perdidos en la memoria de unos pocos. Un libro que hace años que no aparece por ningún sitio y que necesitaba una reedición como un camión era El Libro de los Dragones, la antología que llevó a cabo Roger Lancelyn Green, volumen donde se pueden encontrar grandes relatos cortos de autores consagradísimos como Lewis Carroll, G.K. Chesterton, Edith Nesbit, C.S. Lewis e incluso el eterno dios de esto como es el maestro J.R.R. Tolkien. La mayoría de las historias que vais a encontrar en El Libro de los Dragones son relatos anónimos pues lo que hace el señor Green es ofrecernos y rescatar los mejores cuentos de dragones desde los tiempos de la antigua Grecia hasta el pasado siglo XX. Una selección. Siempre historias donde los dragones han evolucionado o no, pero donde siempre serán los protagonistas estos seres enigmáticos y ancestrales que fascinan e inspiran emocionantes y aterradoras tramas incluso a día de hoy.

Tenéis que pensar que reunir historias de dragones y tratar de presentarlas con algo de cohesión es tarea difícil. El mismo acto de definir qué es un dragón es algo endiabladamente complicado (más aún con los dragones europeos) y surgen más dificultades para decidir qué historias debes dejar de lado debido a la cantidad de mitos diferentes que existen. Además, te enfrentas a las odiosas preguntas que se debe hacer un antologista como: ¿Cómo hago “la proposición”? ¿Por ubicación geográfica, por época, por tipo de mito o por elementos temáticos similares? No es trabajo fácil. Sobre todo, no lo es, si quieres que tu composición atraiga tanto o más que una novela inédita.

En El Libro de los Dragones, Lancelyn Green intenta un enfoque de mezcla y combinación. Aparentemente en progresión cronológica, con secciones como Dragones de la Edad Antigua, Dragones del Medievo, Dragones del Folclore Tradicional y Dragones de Tiempos Más Recientes; cuando lees las historias y los cuentos populares, ves que la idea funciona bastante bien. Notas rápidamente que la influencia de las leyendas y los mitos más antiguos a las historias posteriores de éxito, es evidente. Sin embargo, aparte de la primera sección, las historias están fuertemente sesgadas hacia las Islas Británicas (e Irlanda) con alguna otra europea y alguna otra referenciada a los dragones chinos. Su investigación proporciona algunos jugosos fragmentos de «hechos» relacionados con los dragones, como la Historia Natural de Plinio, que declara que los dragones y los elefantes son enemigos mortales. Esto es una jodida chulada que no había oído nunca. Y a pesar de mi queja anterior con respecto a la selección muy británica, hay que rendirse a la evidencia pues en la sección Dragones de Tiempos Más Recientes vais a encontrar las verdaderas maravillas narrativas de este volumen. Pese a los grandes autores del final, mi favorito de la antología es claramente Conrad y el Dragón, de L.P. Hartley, que combina historias de cazadores de dragones con dragones de los más chungos.

Los comentarios de Lancelyn Green son particularmente buenos, la mayoría de los cuales aparecen en las dos primeras secciones. Sospecho que esto es lo que contribuye a la desigualdad del libro: la mitad de las historias están en la voz de Lancelyn Green, mientras que la otra mitad están en muchas otras voces y estilos. Pero-pero-pero con todo el dolor de mi corazón, se echa en falta aquí las preciosas ilustraciones de Krystyna Turska, de las que gozaban antiguas ediciones publicadas y que aquí no me explico porqué se obviaron. Tambiés raruno que el libro termina, extrañamente, con un Epílogo corto, de un extracto del Apocalipsis, de San Juan. Aquel que da pie a discusión sobre el aspecto religioso y draconiano en la cultura occidental.

El resultado es un libro que es en un porcentaje altísimo una joya. Con un tema que a todos atraen, al menos, a todo amante de la literatura fantástica debería atraer. Las historias que presenta Lancelyn Green son dignas de leer en cualquier lugar. Tiene una habilidad deliciosa para volver a contar historias a partir de la información más básica como ocurre en El Muchacho y el Dragón; historia tierna que promueve la amistad. Pero si sois totalmente desconocedores de la literatura draconiana, esta es una oportunidad irrepetible. Roger Lancelyn Green es famoso por sus colecciones similares a esta, tiene sobre mitos griegos, historias del Antiguo Egipto, leyendas de Robin Hood y cuentos artúricos. En Siruela podéis encontrar varios de ellos.

Lectura imprescindible para ávidos lectores de todas las edades. Lo aclara muy bien la editorial.