Hay otro George R.R. Martin ahí fuera. Una especie de autor semidios anterior al maestro de la Fantasía con su Canción de Hielo y Fuego. Ganador de un Nebula y tres premios Hugos, nada más y nada menos, y en su día famoso por su trabajo como guionista en series de televisión como The Twilight Zone y La Bella y la Bestia. Qué hubo un antes, en definitiva. Y que aún a día de hoy, uno se siente raro cuando lleva aconsejando tanto tiempo a un autor, y resulta que hasta que no se hace mundialmente conocido (¡por una serie de TV!), no empiezan a reparar en sus obras. Por ello, algunos damos gracias a Editorial Gigamesh por su intención de rescatar una nueva colección en formato bolsillo con grandes titulos del maestro. Títulos ya en librerías como Nightflyers o dos buenas antologías como Nómadas Nocturnos o este Retratos de los Hijos que os traigo hoy.
Quizás para aquellos corazones desolados que ven como nunca llega Vientos de Invierno, quizás para aquellos que amamos a Martin por encima de todo, como autor de CF y Terror, volvemos a tener más literatura suya para disfrutar. Retratos de los Hijos te invita a visitar una galería de retratos muy inusuales. Temas tan extraños como un autor que comienza a ser visitado por los personajes de sus novelas; esos señores rencorosos a quienes no les hizo ninguna gracia el trato con ellos. O tal vez prefiráis transitar por aquella antigua pintura que guarda el recuerdo del último partido de la Super Bowl que se jugó. O inspeccionar un boceto de la niña cuyo mejor amigo era un dragón hecho de hielo. Y más. Por que también capturado en esta galería de lienzos está aquel hombre que viajó en el tiempo para revertir los errores y humillaciones de su pasado, a cambio de recibir justicia. Y retratos igualmente extraños en una variedad de estilos, algunos bizarros, otros conmovedores, todos inolvidables. Por que George R.R. Martin es un maestro literario de los tres grandes géneros y en antologías así lo demuestra.
Y ahora confieso. Al señor Martin lo descubrí hará unos veinte años. Lo recomendé y lo recomendé. Sus cuentos molaban cantidad. Para mí fue un enorme descubrimiento encontrarle en un ejemplar de la extinta colección de Martínez Roca en la colección Gran Súper Ficción. Una antología que trataba los Premios Hugo (el premio más importante a nivel mundial que se otorga en CF), y que se llevan dando desde principios del siglo XX. En fin, que di con un tomo que contenía dos relatos suyos. ¡Este señor había ganado dos premios Hugos al Mejor Relato con dos cuentos propios! Un «ex-aequo» para él solito. Pero dos maravillas. El Camino de la Cruz y el Dragón y Los Reyes de la Arena. Dos joyas de la CF que recomiendo que leáis cuanto antes. Pero que duda cabe que hablo de un joven que ya venía de ganar anteriormente un Hugo con una novela corta, y que a partir de ahí empezaba a despuntar. Hasta que bastantes años después dio el pelotazo con la saga Canción de Hielo y Fuego (o Juego de Tronos para los seriéfilos), y entonces se amilanó…
¿Qué fue? ¿El dinero, la fama, la comodidad de saber qué tranquilamente todo llegará? Pero no llega. Pese a todo, soy de los que mantienen la esperanza, pues un señor que ha creado historias tan fascinantes, no puede dejarlo así como así. Y aunque nadie le pide que sea una tormenta de palabras constantes como el tito Stephen King, sí que tenemos el deseo de volver a verlo en la palestra con un nuevo titulo.
Por el momento, os recomiendo esta maravilla llamada Retratos de los Hijos, con prólogo del gran Roger Zelazny y dos relatos inéditos en español como La Última Superbowl y Hora de Cerrar. Nunca me cansaré de recomendar a alguien que me maravilla como escribe.