Reseña: Wonder Woman. Tierra Uno, de Morrison, Paquette y Fairbairn

Iré directo al grano y diré que Wonder Woman: Tierra Uno no es un cómic para todo el mundo. Esta novela gráfica en su conjunto ofrece una versión más provocativa de la icónica heroína, una que la devuelve a su Edad de Oro, a sus raíces obsesionadas con la esclavitud y que incursiona en ciertos argumentos que algunos lectores podrían encontrar incómodos. Ya sabéis como tienen la piel de fina algunos en estos tiempos. Pero también es una historia sorprendentemente extravagante y colorida dada la naturaleza normalmente recta y sólida de la línea Tierra Uno que DC lanzó al mercado para ciertos personajes. De todos modos, si llegáis a este tomo sin otro objetivo que el anhelo de ver a Grant Morrison y Yanick Paquette ofrecer su propio giro único sobre un personaje que tiene ya más ochenta años, con Wonder woman: Tierra Uno, no os decepcionaréis.

Una historia que no brotó de un día para otro pues Wonder Woman: Earth One narra una trama que el maestro Grant Morrison estuvo años desarrollando. Morrison, como es su costumbre, utiliza este cómic para regresar a las primeras historias de la Mujer Maravilla y hacer que esos elementos olvidados funcionen en un contexto moderno. La mayoría de los creadores tienden a restar importancia al trabajo del creador William Moulton Marston, cuya princesa Diana no podía pasar más de unas pocas páginas sin ser atada o sometida a ataduras. Morrison se deleita con la idea de ponernos a Isla Paraíso como un escondite en parte utopía y en parte bacanal donde la dominación y la sumisión son las fuerzas rectoras de la sociedad. La idea era que había algo resonante y significativo en esas viejas historias detrás de las situaciones e imágenes cargadas de sexualidad y Morrison y Paquette presentan eso concretamente aquí. Uno de los temas predominantes en esta novela gráfica es la idea de que la sumisión voluntaria es un acto de fuerza, no de debilidad. No sé si lo sabéis pero se pretendía que esta trama se llamara Juicio a la Princesa Diana, el juicio que constituye la columna vertebral de la historia. El guion adopta un enfoque no lineal para explorar el origen de Wonder Woman en el universo Earth One, cuando Diana regresa encadenada a Isla Paraíso y ella y otros testifican sobre su primer viaje al mundo exterior de los hombres. Este enfoque ayuda a Morrison a abordar, si no a explicar completamente, los problemas de ritmo que han afectado a todas las novelas gráficas Tierra Uno en un grado u otro.

El formato de novela gráfica de más de cien páginas simplemente es el mejor para degustar toda la trama en las sentadas que el lector desee y abordar la construcción del mundo y desarrollo de personajes con la mejor perspectiva. Además, la estructura no lineal de esta historia le permite a Morrison ser más eficiente con el espacio limitado y, al mismo tiempo, brindar mucho por el espacio para las magníficas páginas de presentación y los collages de Paquette. Mi única queja es que la relación entre Diana y Steve Trevor necesita de más atención.

La historia de WW haciendo un breve viaje por carretera y luego, como una adolescente testaruda robándole el coche a papá, siendo castigada por ello cuando regresa a casa… le da una cercanía al personaje tremenda. Y es que Tierra Uno carece del tradicional enfrentamiento entre héroe y villano que es casi un requisito en las historias de origen de superhéroes. Pero yo diría que eso es uno de los puntos fuertes del tomo.

Morrison y Paquette ofrecen una visión muy diferente de Wonder Woman de la que ha dominado los libros de DC en los últimos años. Lo que convierte este nuevo lanzamiento de ECC Ediciones en joyita. Y es que ya solo la “descripción” que hace Paquette de Isla Paraíso ya hace que valga la pena tener el cómic. Y un trabajo con los personajes impresionante. Paquette al nivel aquí de ilustradores como Frank Cho o Terry Dodson.

La historia de cómo Wonder Woman trasciende el miedo y la crueldad del pasado y crece hasta convertirse en una figura que puede inspirar a miles de personas hoy en día.

Reseña: Batman. Año Uno, de Frank Miller y David Mazzucchelli

Fue genial que esto se hiciera cuando se hizo. Fue Frank Miller el iluminado en muchos aspectos. Fue Miller el que se paró a pensar que un personaje como Batman necesitaba un reinicio. Aunque Año Uno no fue un reinicio propiamente dicho, fue algo más, algo especial. Una mini saga donde se narra (obviamente lo que indica el título) el primer año en que Bruce Wayne decidió ser, quién llego a ser. Una historia genial que se desborda en suspense y acción donde Miller profundiza a retazos en la infancia de Wayne y en la idea de cómo quiere encauzar su vida, una vida que es como un pastel sin guinda. Algo le falta y no sabe qué es. Tiene una idea, pero hasta que no se lanza a pasear por las calles y a tener enfrentamientos de lo más real con malhechores; no descubre lo que realmente desea hacer en su tiempo libre.

Frank Miller dotó con gran parte del protagonismo de esta historia al teniente Gordon, lo cual fue todo un acierto. También se cuenta su vida, los pormenores de ser un buen samaritano en una ciudad repleta de políticos y policías corruptos y la debilidad de un hombre contra el mundo. Año Uno es una obra cumbre en muchos sentidos. Destaca la aparición de personajes esenciales años después como Falcone »El Romano» (que hace aquí su primera aparición), una muy diferente Selina Kyle que más que ladrona, Miller encasilla como una valiente prostituta del East End y por supuesto, amante de los gatos. El comisario Gillian Loeb, la detective Sarah Essen o el fiscal del distrito Harvey Dent. Aquí se estaba gestando, se gestaba el resurgimiento de un llamado en nuestros días Caballero Oscuro.

En Año Uno se cuenta la vida del guapo y rico Bruce Wayne. Ha regresado a su ciudad natal tras doce años fuera del país. Lo que los demás no saben es que ha estado entrenándose para conseguir un propósito que lleva años regando su cabeza. Por otro lado, el teniente James Gordon también llega a la ciudad. Bruce empieza, y decide dar una vuelta por los bajos fondos de la ciudad. Es allí donde tiene un incidente con un proxeneta y una prostituta llamada Selina Kyle. Una tía que no lucha nada mal… Wayne ve monstruos en la oscuridad, uno especial que le persigue, uno que fue a por él cuando de pequeño cayó en aquella enorme cueva que hay bajo la mansión Wayne. Lo curioso es que quiere ser como ese monstruo. Quiere ser un ser oscuro con orejas que pueda aterrorizar a los criminales y… ¿empieza a conseguirlo?

Batman: Año Uno se publicó originalmente entre 1986 y 1987, entre los números #404 y #407 de la serie regular. Sin embargo, está planteada como una lectura independiente y autoconclusiva. Está considerada unánimemente como la mejor historia de Batman jamás realizada junto a El Regreso del Caballero Oscuro. Durante mucho tiempo se quiso llevar al cine. Poco antes de que se lanzara la noticia de la producción de Batman Begins, Miller confirmó que gran parte del cómic aparecería en la próxima película de Christopher Nolan.

Frank Miller al guion, David Mazzucchelli al dibujo y el coloreado de Richmond Lewis, dieron al aficionado lo que deseaban. Una obra eterna que por estos lares consideramos el mejor y más recomendable cómic de Batman que se puede recomendar a un aficionado que quiere leer una obraza del orejas picudas. Excelentes obras muchas pero que superen el sobresaliente, se pueden contar con los dedos de una mano. Los años 80 fueron un punto álgido en la historia del noveno arte y Batman debía estar ahí… Y estuvo gracias a Frank Miller. ECC Editorial lo sabe, y como lo sabe, siempre tiene en cartel esta joyita que nunca debe faltar en disponibilidad y asequibilidad. Uno de los cómics que hay que leer antes de morir.

Reseña: Los Nuevos Titanes. ¡No a las Drogas!, de Wolfman y George Pérez

Pocos cómics vais a encontrar más educativos. Y eso que lo que tenemos entre manos es un cómic o una miniserie de tres numeritos que fueron escritos y divulgados en los años 80 del pasado siglo. Un cómic que como bien cuenta Fran San Rafael en una breve sinopsis fue un proyecto en conjunta de The Keebler Company junto a DC Comics tras el fuerte empuje que la primera dama norteamericana Nancy Reagan (mujer de Ronald Reagan) quiso dar a la lucha y la concienciación en la campaña contra las drogas.

Un tomito único que recoge este proyecto y que ECC Ediciones ha tenido a bien traer a las últimas novedades comiqueras de este país. El especial de Los Nuevos Titanes publicado por primera vez en 1983. Donde Speedy y Los Nuevos Titanes exploran la adicción a las drogas. Parte de la campaña de sensibilización sobre las drogas que originalmente fue un cómic promocional, pero fue tan popular que se convirtió en un tema para recaudar fondos. Y que contiene curiosidades del mundillo como que el traje de Starfire fue modificado y Robin (Dick Grayson) fue reemplazado por El Protector (un nuevo personaje o no) debido a problemas de licencia. Y es que nada mejor que aquel joven grupo como eran Los Nuevos Titanes para representar estos temas y salir a kioscos (los de entonces) para convertirse en un fenómeno social porque fueron cómics que raro fue el niño o niña al que no le llegó en una época tan emergente de los superhéroes. El gobierno USA de entonces vio el potencial de los personajes y junto con DC y otros patrocinadores corporativos, publicaron tres cómics contra la droga que se enviaron a todo el país y poco después otros países rápidamente importaron porque el boom de las drogas en los 80s fue tremendo (I was there).

Tenemos a estos superhéroes incluso llegando a ser enviados para la distribución en las escuelas uniendo gastos en cooperación con la Campaña Presidencial de Concientización sobre las Drogas (Y was there too); y lo mejor, grandes autores dándolo todo para que los cómics fueran interesantes. No meras viñetas de promoción. Marv Wolfman, George Pérez, Ross Andru, Joey Cavalieri y el gran ilustrador filipino Adrian Gonzales. Ahí es nada.

Por otro lado, lo que me parece curioso es como este tema se ha dejado de lado a día de hoy, teniendo como tenemos, un verdadero problema con las drogas, si cabe, más gordo e impactante, como es el tema del fentanilo. La droga-zombie que está dejando a muertos andantes por calles y calles del país más poderoso del mundo y que poco a poco va conquistando medio mundo. Una droga en la sombra.

Se necesitan más campañas así. Se siguen necesitando campañas así. Y los superhéroes son los mejores embajadores para esto.

Reseña: Flash. La Guerra de un Minuto, de Adams, Cruz, Díaz y VVAA

La guerra de un minuto conocida por todos comenzó oficialmente en el The Flash #791, cuando la cabecera DC era llevada por Jeremy Adams, a los lápices de Roger Cruz y con tintas y colores de Wellington Diaz, Luis Guerrero y Rob Leigh. Aunque en realidad esta sería una segunda parte de la primordial obra. Pero este #791 no fue otra cosa que el inicio de un arco argumental potente del Velocista Escarlata así como de sus respectivos rayito-brothers. Una señal desgarradora de todo tipo de intenciones. Y un arco que da mucha profundidad y peso a un cómic, una serie, una cabecera que llevaba demasiado tiempo siendo bastante ligera en cuanto a temática. Un tema peligroso ya que provocaba que ciertos personajes perdieran su regustillo lector. No obstante, Adams dejaba y deja claro en esta obra que nadie está a salvo en las primeras etapas de una historia llena de emoción. Un tema importante pero devastador, y dará un puñetazo en el estómago al lector acérrimo del personaje que dolerá por un tiempo.

Después de que una extraña nave se estrelle en Central City, los speedsters se tambalean por el ataque mientras los alienígenas hacen su primer movimiento. Y Wally y Barry intentan darle sentido a una muerte dolorosa… Esta historia es invertir desde el principio. Al afrontar las consecuencias inmediatas del ataque, los héroes se muestran inestables, separados y asustados. La inquietud y la conmoción son palpables y emanan desde la primera página. Adams vuelve a dividir brillantemente las ubicaciones, pero la estructura es muy diferente. El grupo se enfrenta a problemas distintos, desde estar atrapado fuera de la ciudad hasta que lleguen tragedias mayores. Luego, lentamente, el equipo se encuentra, reuniéndose y encontrándose contra las primeras oleadas de villanos. Todavía hay humor en la serie, pero se ha vuelto extremadamente oscuro y peligroso. Cuando la acción estalla es enérgica y hay signos de emoción en este gran arco que va desde el #791 al #796 y que ECC Ediciones ha recopilado en uno de sus maravillosos TPBs. En La guerra de un minuto es extremadamente impactante como va sucediendo todo, algo que muchos esperarían que fuera una falsa alarma, pero que resultó ser extremadamente desgarrador, se trata con el respeto y el tiempo que merece. Adams demuestra desde el principio que en este arco no se andará con chiquitas.

Y los personajes están llenos de personalidad. Esta es una comunidad de personajes impulsada y unida por la familia. Están estrechamente vinculados entre sí, quizás más que cualquier otro grupo dentro del Universo DC. Por eso duele tanto que suceda algo terrible. Aquí los vemos trasladados a aventuras y exploración, hacia lo oscuras que ciertas situaciones pueden llegar a ser. El guion es fenomenal. Cada personaje tiene una voz clara y sus reacciones son naturales e impactantes dada la intensa situación. Los villanos apenas han comenzado a actuar, pero son siniestros y están excelentemente descritos. Y el dibujo me encanta. Algo que noté llamativo es lo emotivos que son los personajes, magníficamente creados por Cruz y Díaz. La desesperación y la naturaleza inquietante de la segunda mitad del arco se capturan maravillosamente. El estilo angular del entintado es distintivo y nítido, y se intensifica aún más cuando los velocistas están en movimiento.

Todos los trajes molan y están marcados los músculos como el que más. La musculatura y las diferencias de tamaño de los héroes son excelentes cuando están juntos en viñeta… Y como veis, todo son elogios. Pero es que un cómic de The Flash bien hecho, es un genial cómic de superhéroes.

Reseña: Justice, de Alex Ross, Jim Krueger y Doug Braithwaite

Os aseguro que esta reseña puede ser a) Irrelevante para algunas personas, b) Un asentimiento con la cabeza para otros o c) un sentimiento interior de ¿por qué diablos no he leído aún esta obra ya solo sea por el dibujo de Alex Ross? Aunque puede existir una clase más especializada que diga: Nunca he entendido realmente porque la Liga de la Justicia no ha triunfado de esta manera si fue el primer grupo de superhéroes creado de la historia.

Tenemos por un lado a Batman, porque cada vez amo más a Batman, así que me imagino que si la gente puede amar a otros superhéroes de la misma manera que yo amo a Batman, entonces claro, tiene sentido que la gente sea gran fan de Superman volando por ahí teniendo aventuras o Wonder Woman y todo su chupi-guay de la muerte. Una potente heroína teniendo aventuras o un hombre que todo lo puede haciendo lo mismo. Personajes muy difíciles de llevar en cualquier caso para cualquier guionista que se precie. Y todos los demás en sus propios microuniversos, cada uno en su propia labor, ciudad, tono y su base de fans detrás. Todo esto tiene sentido porque después salen (o salieron) obras en conjunto que hacen que todos estos universos tengan sentido. Por eso, una buena obra de La Liga de la Justicia, y tremendamente bien dibujada como es Justice, no solo es necesaria, diría que es imprescindible para todo amante del pijameo que se precie.

Justice siempre me ha parecido una obra maravillosa sobre el súper grupo. Una disolución de lo bueno de cada personaje. Estamos tratando con héroes que son fáciles de unidimensionalizar en primer lugar, pero a los que luego pones a todos en la misma habitación y todos necesitan tener una línea de diálogo lógica y mínima, su papelito en el tema para que no desencajen. Y hacer de alguna manera hacer que ese diálogo refleje su carácter. Algo súper difícil para el guionista de franquicias. Pero en Justice se consigue porque Ross bebe de DC como pocos.

Un volumen que comienza con uno de los mejores primeros números de una serie de superhéroes que se pueden encontrar en mucho tiempo en DC. Todos los héroes intentando salvar gente pero todos fracasando estrepitosamente. El mundo en llamas, como si todo se fuera a pique, y ves a cada héroe importante haciendo lo mejor que puede y muriendo… El más triste es Flash, que cree que salvó a la gente, pero obviamente no, e incluso el ¡No entres al agua o morirás quemado!, de Aquaman después de ver a su gente fritos en el agua, impone bastante. Es horrible pero todo esto marca la pauta, y los dos grandes temas a discutir son, quién diablos está dando tanto poder a esos súper villanos, su tiempo para brillar mientras uno por uno eliminan a los superhéroes y/o secuestran y hacen daño a inocentes. La Liga de la Justicia ha dejado de existir. Todo en doce numeracos que trae este nuevo volumen dentro de la colección de Grandes Novelas Gráficas que se está marcando ECC Ediciones.

Ver a los héroes fracasar es a la vez triste e interesante. Pero atrapante, sin duda. Porque es algo que no estamos acostumbrados a ver. Los siguientes números ofrecen una buena historia y una perspectiva interesante de todo ello. Alex Ross, como he mencionado en más de una ocasión, es mi ilustrador favorito desde que lo descubrí en mi amada Astro City, de la que espero integrales como el comer. Pero aquí aporta más. Las escenas de destrucción son increíbles y realmente marcan la pauta. No solo son maravillas idealizadas los personajes. Los miembros de la Liga de la Justicia han tenido una pesadilla en la que son incapaces de evitar una catástrofe nuclear. En principio, no es más que un sueño, pero cuando entra en acción la Legión de la Condena para neutralizar a los héroes uno a uno y se hace realidad… el cómic o miniserie va como un tiro. El guionista y dibujante Alex Ross le da una vuelta a la realidad y acompañado de Jim Krueger y Doug Braithwaite nos cuenta una historia atemporal de La Liga de la Justicia que todo el mundo debería leer al menos una vez en la vida. Y aunque se siente muy similar a Kingdom Come (https://www.cronicasliterarias.es/?p=14741) o Injustice (https://www.cronicasliterarias.es/?p=2720), esta es una mirada más oscura al mundo del pijameo. Una a la que vale la pena echarle un vistazo.

Reseña: Batman. Caballero Maldito, de Tim Sale y Jeph Loeb

Una edición que yo por lo menos esperaba con muchas ganas pues estaba seguro que tendría cabida dentro de estas magnificas Ediciones Deluxe que está publicando ECC Ediciones con sobrecubierta transparente. Batman: Caballero Maldito…, que menos que poner a disposición del aficionado en un mismo tomo las tres aventuras escritas por Jeph Loeb y dibujadas por Tim Sale, de este maravilloso tándem creador de El largo Halloween. Tres arcos que sirven como precuela para dicha obra de arte y que, por supuesto, os recomiendo leer antes de poneros con El largo Halloween por primera  vez. Entenderéis ciertos detallitos mucho mejor.

Un tomo que abre con el Legends of the Dark Knight Halloween Special #1 de diciembre de 1993, y que cuenta como Batman viene intentando cazar y capturar al Espantapájaros pero cuando lo consigue, todo se torna en desgracia. Un Halloween durante los primeros años de Batman, donde el Espantapájaros obliga a jugar al Caballero Oscuro a un juego espantoso del gato y el ratón. Y es que ver al Espantapájaros cantando canciones infantiles esta serie pone el vello de punta… Historias de terror. Interesante trama donde los autores nos muestran a un Bruce Wayne turbado por elecciones personales, el equilibrio entre el hombre y el vampiro.

Maldito nos lleva a la víspera de Todos los Santos donde el orejas picudas tiene una cita terrorífica a medianoche cuando se enfrenta al genio retorcido, el Sombrerero Loco. La adolescente Barbara Gordon se mudó recientemente con su tío, el capitán de policía de Gotham City, Jim Gordon. Pero una disputa en la noche de Halloween la lleva a huir… y el horror de Barbara apenas comienza cuando cae en las garras del Sombrerero Loco, uno de los villanos más inquietantes de la galería de pícaros del Caballero Oscuro. Ante una de las peores pesadillas de su vida, la única esperanza de Jim Gordon de recuperar a su sobrina es Batman. Pero los terrores del pasado y del presente persiguen al Caballero Oscuro, y eso puede costarle muy caro a Bárbara…

Después de que el primer especial de Halloween, Batman: The Legends of the Dark Knight, se vendiera tan bien, Jeph Loeb y Tim Sale tuvieron que quemar un poco de cerebro y crear una nueva historia de miedito. Cierto es que el Sombrerero Loco no es un gran villano de la Batman Rogue Gallery, pero le da cierta profundidad -y está muy conseguido aquí-, y es por eso que Batman aquí mola cuando se enfrenta a él. La razón es fácil: Jeph Loeb y Tim Sale escriben con soltura buenas historias del orejas picudas.

El torturado sueño de Bruce Wayne es violado por cuatro espectros: el espíritu de su padre asesinado, el fantasma del Halloween pasado, el fantasma del Halloween presente y un misterioso fantasma del Halloween futuro. ¿Pero qué quieren del Caballero Oscuro? Bruce Wayne tiene su propia experiencia paranormal en Ghosts. Otro especial para Halloween de este tándem que llevaría a Jeph Loeb y Tim Sale a continuar la trama fraguada que depararía en El largo Halloween, que tomaría trece meses, de Halloween a Halloween. ¿Una visita a lo Dickens para Bruce Wayne? Digno de ver. Más que nada porque este cuento tiene un ritmo diferente a los anteriores y, sobre todo, porque hay un súper emocionante atraco al Pingüino que se vuelve flipante con el paso de las páginas.

Esta edición de lujo se completa con el especial que aborda las consecuencias de dicha miniserie y lo que supuso para el mundo del cómic cada colaboración (y esta fue la última), de esta genial pareja de autores.

Reseña: V de Vendetta, de Alan Moore y David Lloyd

El primer día laborable de 2024 os traigo un clásico así como un indispensable de cualquier cómicteca que se precie. V de Vendetta, de Alan Moore, cuando estaba en todo su esplendor creativo, cosa que sabemos que no se extendió mucho en el tiempo.

V de Vendetta es, a nivel de cómic, al menos tan importante como lo podría ser en la ciencia ficción, Un mundo feliz y 1984. Simplemente, porque puede (y debe) ser leída fácilmente por un público más joven y con no mucha suerte, la disfrutará. Y no serán crucificados por considerarla novela gráfica, no son literatura real, que aportan un lavado de cerebro, torturas interminables y argumentos políticos sin gracia. Y es que a V de Vendetta las impresiones generales del ingenuo mezcladas con la escritura ingeniosa, profunda y sofisticada de Moore la hacen aún más inquietante que las distopías generales que carecen de imágenes grabadas dentro de la mente de mucha gente de a pie que solo «vive» de lo que sale en televisión. Para colmo, estamos ante una historia que no es solo pura imaginación. Aquí hay mucha subjetividad que puede incentivar y desatar el pensamiento liberal así como el radical. Por ese lado, sí que es peligrosa la lectura porque cuando el lector se entere que estamos tratando un argumento inspirado en hechos reales arcaicos, la cosa puede cambiar.

V de Vendetta fue una serie de diez grapas escritas por el gran Alan Moore e ilustrada por David Lloyd. Una trama situada en un futuro distópico (para entonces) pues fue escrita en 1980 y nos traslada a finales de 1990. Ambientada en una Gran Bretaña que anda cercana a una guerra nuclear parcial, y con gran parte del mundo destruido, en este futuro, un partido fascista ostenta el poder del país anglosajón. Pero se está dejando ver un misterioso revolucionario apodado «V», que oculto tras una máscara de Guy Fawkes, empieza una elaborada y violenta campaña con el fin de derrocar al gobierno e incitar a la población a adoptar un modelo político-social diferente.

Inglaterra es gobernada por Fuego Nórdico y se sume en un régimen totalitario que controla a la población mediante los métodos habituales: policial, propagandístico… y otros tecnológicos: cámaras, micrófonos…; sin embargo, un «terrorista» subversivo como es V, no piensa permitir que ese régimen perdure mucho en el tiempo. Ha decidido iniciar su campaña de terror.

Tenemos una trama que no es otra cosa que una potente batalla entre anarquía y fascismo así como una crítica total a la sociedad de control. Al totalitarismo. Aunque la serie originalmente fue ideada y publicada como una serie limitada de cómics, no mucho después fue recopilada y siempre vendida como novela gráfica. Y así es como se debe leer. Y así es como ECC Ediciones la pone de nuevo en cartel con esta y otras tantas publicaciones para que tengas como elegir esta joyita del noveno arte si existiera la posibilidad de que no la hubieras pillado ya. O seas como alguno de los que andan por aquí que necesitan tener todas y cada una de las versiones que existen en papel.

V de Vendetta reúne múltiples elementos propios del género literario de la distopía. De hecho, cuando alguien me pregunta por una en concreto, a mi mente siempre viene esta obra. Tras leer V de Vendetta parece que vemos todo diferente, nuestro alrededor, las reacciones y falsedades de la gente, diferente. A los políticos y mandatarios, no os quiero ni contar. Parece que alguien nos ha susurrado que hay que ser pesimista y no admirar las dictaduras reales, sino especialmente las que están en reacción por la degeneración socio-evolutiva. Teorías de la conspiración, pero la vida real.

Curioso es ver a tantos y tantos jóvenes ponerse la careta de Fawkes en fiestas, sin saber lo que realmente significa.

Reseña: Jóvenes Titanes. Beast Boy, de Kami García y Gabriel Picolo

El tomito de Jóvenes Titanes dedicado por enteros a Beast Boy es otro ejemplar de cómic de los que he disfrutado en estos días de esta chula colección de novelas gráficas que está rescatando ECC Ediciones. Con dibujos molones y trama entretenida aún siendo algo tantas veces contado: los problemas de la pubertad.

Mucha culpa la tiene el propio Gar. Un protagonista problemático, buena persona, un chaval guapo para lo que hay por ahí. Pero claro es bajo, no musculoso y no tiene vello facial, algo a tener en cuenta entre los que le rodean. Y por alguna razón está obsesionado con ello. Lo que provoca que sea en cierto modo vanidoso y esté obsesionado con la popularidad. Sí, el típico tema juvenil entre los chicos estadounidenses que tantas veces hemos visto en pelis. Y tanto importa que incluso Gar no tiene amigos, tenía dos, pero son descartados en favor de la gente popular. Y no creáis que no es consciente de que se está engañando a si mismo, sabe que en el fondo es una tontería hacer lo que hace solo por estar en la misma acera que la multitud popular. Pero el tema es el tema. El amor. Las chicas. Simplemente lo hace para agradarle a la chica que le gusta, una de las más populares, uno de los bombones que se pasean por el instituto. Acciones ridículas por doquier le acometen entonces. Sus increíbles amigos no lo juzgan por eso, pero a ojos de un adulto es muy juzgable el temita, ¿no? Una visión muy precisa del personaje de Gar para lo que se viene después.

Beast Boy es un superhéroe que en los cómics me parece magnifico. Intento leer todo lo que salga de él. Es un personaje de la DC de antaño que me encanta y por eso ahora que se le está dando pie a autores para “hablen” sobre su juventud, ahí estoy yo para interesarme. Aunque me gustan mucho los personajes más oscuros de los Teen Titans, Chico Bestia es mi favorito. Goza de uno de los poderes que siempre he soñado tener. Por eso me encantó también la introducción que hace Gabriel Picolo donde alega cuanto ama al personaje.

La historia encaja perfectamente con Gar. Este no es un cómic de superhéroes lleno de acción. Es una historia de un chico reconciliándose con la vida, lidiando con cosas normales que todos hemos hechos mientras crecíamos, uno de los procesos por los que un chico o chica joven debe pasar. Descubrir sus poderes -en el guion de Kami García- se vuelve secundario. Pero tenemos en esta historia grandes personajes secundarios también. Me gustó lo que se cuenta sobre Tank…

No creáis que todo esto de la popularidad es algo metido con calzador y para la ocasión en la vida del Chico Bestia. Por lo que he visto de Gar en películas, series animadas y otros cómics, sí que se le ha mostrado al público siempre como un personaje vanidoso y obsesionado con la fama. Es simplemente su personalidad. Alguien muy parecido a la Antorcha Humana o a Bart en la Young Justice. Todos tenemos un amigo o amiga así en el grupo o hemos conocido a alguien así en la vida. Y si no lo conocerás. Y no tiene porqué caerte mal una persona que actúa de ese modo si comprendes bien sus sentimientos. Quizás sea un modo cómico de mostrarse al mundo, quizás sea su sistema de defensa ante el público. O el modo de intentar superarse cada día. NO TIENE PORQUÉ CAERTE MAL. Y lo puedes comprobar leyendo este volumen.

Reseña: Superman. American Alien, de Max Landis, Jock y VVAA

Con el paso de las horas el mundo del cine se ata más al cómic y viceversa. La máxima está muy clara: ¿Dónde está la frontera para un guionista entre guion de cine y guion de cómic? Son mundos paralelos pero con ciertos agujeros de gusanos, desviaciones estelares constantes que provocan una interconexión directa constante. Y eso amigos, sin duda, es para bien. Max Landis es guionista de Hollywood y a la vez un nominado a los Premios Eisner. Su film independiente Chronicle demostró que palos le gustaba tocar. Su participación en American Ultra y Adventures of Superman, lo corroboró. Los mundos en los que les gusta moverse. DC Cómics lo sabe y al ver su opera prima, este que os escribe, no ha querido dejar escapar la oportunidad de traeros esta chulada de miniserie que es Superman: American Alien. Siete números recopilados en un solo tomo por ECC Ediciones. Historias que narran la vida de Clark Kent, el desarrollo de como, cuando y donde, hechos que se van dando hasta que se convierte en el héroe arquetípico que eventualmente se convertirá. Pero estas no son las historias del icónico «Superman» que conocéis. Mas bien relatos consecuentes del chico de Kansas, tramas de temas aterradoramente arenosos, violentos, sexys, ora épicas, ora divertidas, sin duda, American Alien es totalmente diferente a lo que habéis visto antes.

Más info de lo que debió ser una juventud anecdótica día a día, una obra que sin pertenecer a Elseworlds, se alejan en ocasiones de lo que pudiéramos pensar como continuidad. Desde su infancia en Smallville entre los maizales de Kansas, hasta una de sus más épicas batallas en Metrópolis. Siete historias, siete momentos decisivos en la vida del Hombre de Acero gracias al talento del famoso guionista cinematográfico Max Landis; acompañado para esta antología de dibujantes algunos correctos como Jae Lee (Antes de Watchmen: Ozymandias), Francis Manapul (Flash), pero también ilustradores de una gran calidad gráfica como Jock (Scalped), Nick Dragotta (East of West), Tommy Lee Edwards (Mad Max: Fury Road) o Joëlle Jones (Ladykiller).

Desde tener a Jonathan y Martha Kent luchando por lidiar con el último capricho de su hijo de doce años, pasando por Smallville experimentando su primer crimen violento en años, encontrando una curioso guion como es un Clark Kent, de 21 años, en una cañera fiesta en un yate masivo donde es confundido con el invitado de honor, un tal Bruce Wayne… Hasta dar con historias donde Clark viaja a Metrópolis para la Cumbre de Cerbero, un raro encuentro entre tres de los más prominentes jefes de industria: Lex Luthor, Oliver Queen y el enigmático Bruce Wayne. O patrullar los cielos como una figura anónima, un Kent de de 24 años que ya se cree una celebridad local, hasta que una aberración púrpura de casi diez metros de altura comienza a destrozar la ciudad… A medida que el alter ego de Clark se hace más conocido, también lo hacen las preocupaciones de Pete Ross y Kenny Braverman que han ido a Metrópolis para ponerse al día con la gran noticia que atañe a todos, a la vez que verse después de un tiempo con su “amigo” Clark Kent. Las crecientes tensiones entre estos compañeros de estudios van a aflorar. Y así llegamos a un cierre de tomo con una fuerte explosión en el centro de Metrópolis, donde Superman se encuentra cara a cara con un alien de piel blanca que empieza a revelar algunas verdades desagradables sobre su origen…

Gran tomo. Un final de antología, o de serie (como lo queráis llamar), que se vuelve épica con el paso de las páginas. Una agradable sorpresa que, siendo sincero, no esperaba con tanta calidad. Amante del personaje o no, gustará a quién se atreva. Un vertiginoso viaje acompañando al héroe más difícil de tratar a nivel de guion pero al que Landis le ha sabido sacar punta en Superman: American Alien.

Reseña: Harleen. Edición Deluxe, de Stjepan Šejić

Ya solo los dibujos de Stjepan Šejić merecen ediciones deluxe. Leí esta novela gráfica de una sola vez, anoche mismo para ser exacto. Empecé poco a poco diciéndome, tranquilo, esto hay que disfrutarlo, saborearlo, pararse en los detalles… y terminé quedándome despierto un buen rato al terminar los tres libros que trae esta magnífica edición que propone ECC Ediciones. Porque hay que procesar toda la historia en una edición que cuenta como digo los tres books que vieron la luz para este título; contundente y efectivo devorarlo todo de un tirón. Harleen fue realmente una lectura cautivadora. Soy un gran admirador de Batman, Harley Quinn y el Sr. J (tengo un colega que hizo una boda temática Harley/Joker y no paraba de pensar en ellos mientras leía). Esto debería dar una perspectiva de mi nivel de fan para con esta lectura. Y puedo decir honestamente que si no es la mejor, es una de las mejores historias de Harley que he leído en toda mi vida. Harley se ha convertido en una especie de personaje «convencional», y lo que una vez comenzó como una relación divertida y bufonesca con el Joker y su determinación resistente de hacer de Gotham «una gran broma» ahora se ha transformado y ha adoptado un enfoque más retorcido dentro de la sociedad moderna. Esto incluye una relación abusiva con el Sr. J, con más matanzas que el truco del agua en una solapa de flores. Lo que significa también que no hay reglas particulares sobre hasta dónde un escritor puede llegar con esta pareja. Por eso no estaba seguro de adonde Šejić se dirigiría.

¿La idea? La doctora Harleen Quinzel tiene una misión: curar la locura que campa a sus anchas por las calles de Gotham City. Y entonces cuando su misión está casi perdida, aparece un hombre muy especial. Parece perfecto para ella, siempre le dice lo que quiere escuchar, y encima, es el candidato perfecto para probar el remedio que ha inventado. Lo que desearía toda mujer… loca. ¿Y quién es ese muchacho? Sí, quién imagináis. Se hace llamar Sr. J pero que duda cabe que se le conoce como el Joker, una de esas personas en cuyas redes más te vale no caer. Pero Harleen, la bella, preciosa y majareta, cae de todas-todas.

Tres historias que se unen en un todo con un ritmo constante. No hay prisa por contar todo lo que se quiere contar pero tampoco se prolonga sin sentido. Como lector, vas siguiendo poco a poco el descenso a las sombras de Harleen, rampa de bajada hacia la locura, como si estuvieras allí con ella. Esto me encantó: las noches de insomnio, los pensamientos intrusivos, las pesadillas cuando lograba dormir y la dependencia constante del alcohol… El gran texto combinado con el increíble arte realmente te cautiva mientras te subes a la montaña rusa que es la psique de Harley. ¿Qué pasa? Que todos sabemos que el Joker es la definición de locura por excelencia. Y al leer estas historias casi que tendrás que luchar por no encontrarte sonriendo junto con Harley. Sientes que a esta rubia el Joker sí le importa todo lo que dice y sientes como ella lo ama, como una cabra podría amar un trozo de papel encontrado en el desierto. Y cuando Batman le pregunta si de verdad ama al tontolaba del pelo verde, si es amor verdadero o no, puede que tú también te lo cuestiones. El interrogatorio en sí fue otra razón por la que disfruté tanto de este cómic. Provocó que mi cerebro se activara como si hubiera ingerido dos cafés de un sorbo. Me dejó completamente absorto.

Como siempre, es genial leer un volumen centrado en villanos DC. Ya no os digo una Edición Deluxe con sobrecubierta como estas que propone ECC cada poco tiempo. Obras que merece tenerlas, sin duda, en ediciones así. Insisto, sobre todo, de villanos de Gotham. Mola de verdad. Es lo mejor de DC, sin duda. Para colmo, un volumen donde se pueden encontrar incluso momentos sensuales o de camaradería entre Ivy y Harley que… Uff. ¿Recomendaría encarecidamente a cualquier verdadero fan de DC o de Harley que se sumerja en este tomo como hice yo? Lo que sí recomiendo es disfrutar de la obra de arte absolutamente increíble que sacó aquí este genial guionista e ilustrador croata.