Reseña: Batman. La Secta, de Jim Starlin y Bernie Wrightson

Tenía ganas de un buen tomo de Batman. Una buena historia, un volumen a ser posible para degustar días atrás que he podido escaparme para levantar las piernas ante el gran azul. Y casi que lo tenía bien decidido porque este que tal anda es súper seguidor (de toda la vida) de la carrera de Jim Starlin desde que me encandiló con sus obras del Infinito. Para mí siempre fue un guionista que estuvo en un tris entre ser escritor de novelas de ciencia y ficción y guionista de cómics. Y aunque se inclinó por esto último, que duda cabe que hubiera llegado también lejos por el camino literario. Pero quizás la duda era si podía hacerlo bien fuera de Marvel, y lo más importante, con argumentos fuera del tema cósmico. Batman: La Secta o The Cult es la prueba de que sí.

Considerada una buena novela gráfica por muchos, donde Starlin aleja al Hombre Murciélago de sus enemigos habituales y saca adelante una inquietante novela gráfica dibujada por mi eternamente amado Bernie Wrightson, el que es para mí es mejor ilustrador de Terror de la historia. Así que el caviar se vende solo. Porque The Cult es una historia brutal y oscura y absolutamente fascinante. Quizás se dependa demasiado de los informes de noticias parlantes que dicen que se parece demasiado a El Regreso del Caballero Oscuro, pero en general esta es una miniserie muy bien contada. Batman rara vez ha sido llevado a estos límites y es reconfortante ver que no se trata de una trama tontuna que involucra a personas de la infancia de Bruce. Este es Batman en su punto más bajo y le toma unas buenas cincuenta páginas recuperarse incluso después de estar libre del culto al que tiene que enfrentarse. Porque Starlin se asegura de que captemos cada momento del adoctrinamiento de Batman en el culto, para explicar cómo la voluntad de Batman se desgasta hasta las vívidas alucinaciones del Caballero Oscuro. Blackfire predica la justicia, transmite el mismo mensaje que Batman, pero dice que la brutalidad es el único camino. Y lleva tiempo, pero el orejas picudas llega a estar de acuerdo con esa postura. Después de todo, ¿cómo podría alguien dudar del diácono Blackfire?

Todas las apariencias en 1988, llevaban a pensar que La Secta iba a ser una buena, pero una trama estándar de Batman. Sin embargo, unas pocas páginas del primer número demuestran que Jim Starlin y Bernie Wrightson venían dispuestos a hacer ruido. Comienza con Batman secuestrado, prisionero del carismático y atractivo en palabras Blackfire junto a su banda de almas subterráneas de seguidores. Colgado durante semanas y apenas alimentado, Batman sucumbe lentamente al lavado de cerebro de Blackfire. Sí, incluso Batman se puede romper y Blackfire hace precisamente eso. La controversia proviene, en parte, del asesinato, el que aparentemente comete Batman. Hasta ahí puedo contar.

Starlin y Wrightson en su máxima expresión. Sitúen esta obra en el pódium junto a El largo Halloween, Año Uno y El Regreso del Caballero Oscuro. Están al mismo nivel.

Reseña: Gotham City. Año Uno, de Tom King, Phil Hester y VVAA

El buen amante de la novela negra que quiera degustar historias en formato cómic, no debe tener ninguna duda a la hora de pillar volúmenes como Gotham City: Año Uno. Es concretamente eso, ese estilo, la ambientación y entorno de los benditos años 50 con su tono detectivesco, lo que vas a encontrar en estas historias ubicadas en la ciudad del Caballero Oscuro. De diez, de sobresaliente, esto es una jodida maravilla. Casi que el mejor Tom King mostrando su don. Y es que había una vez una ciudad brillante sobre el agua, un hogar para familias, esperanza y prosperidad. Era Gotham y era glorioso. La historia de su caída en desgracia, la leyenda que daría origen al hombnre murciélago más famoso de todos los tiempos, una historia que no se ha contado en ochenta años, es lo que tenemos aquí. Pero está a punto de cambiar… de hecho, ya ha cambiado. Los grandes creadores de historias como Tom King y Phil Hester se unieron por primera vez para contar el origen definitivo de Gotham: cómo se convirtió en el pozo negro de violencia y corrupción que es hoy, y cómo albergó y luego desató el pecado que llevó al surgimiento del orejas picudas. Un volumen que ECC Ediciones sacó hace unos años y se agotó al poco tiempo, un volumen que ha reeditado y diría que si no ha ocurrido ya lo mismo, poco le queda.

Dos generaciones antes de Batman, el investigador privado Slam Bradley se ve envuelto en el «secuestro del siglo» cuando el infante heredero Wayne desaparece en la noche… y así comienza una historia épica, brutal y dura de un hombre que vive al límite y un ciudad a punto de arder. Es la primera historia. Pero vendrán más. Porque esta edición ha sido seleccionada dentro de la colección Grandes Novelas Gráficas de DC que recoge los seis números que tuvo esta miniserie, muy digna de ser llevada a televisión, por cierto.

Las historias clásicas de detectives son mucho más que simples historias de crímenes narradas en primera persona. El protagonista no debe ser nada sentimental, ser resolutivo y a poco que pueda soportar muchas ostias. La historia debe ser realista sin rehuir de las escenas de violencia en entornos urbanos sórdidos y (a veces) una buena dosis de sexo tampoco viene mal. En resumen, casi todas las cualidades que se encuentran en los libros publicados por la Hard Case Crime americana que tanto amo. Por eso la escritura de King en Gotham City: Año Uno es acertada por acercarse tanto al género. Los espíritus de Raymond Chandler y Dashiell Hammett viven en estas páginas. Como comparación literaria con un autor más moderno, no son muy diferentes de lo que uno encontraría en una novela de Dennis Lehane.

El personaje principal, el detective Samuel «Slam» Bradley, es un detective privado sensato que se ocupa de divorcios, matrimonios y personas desaparecidas. Ha trabajado para fiscales del distrito y abogados defensores. Se considera un hombre de reputación y logros. Entonces, cuando una mujer le da cien dólares por entregar una carta, al principio se enfada con el trabajo: no es un “chico de los recados”. Por supuesto, todo fan de la novela detectivesca sabe exactamente lo que sucede después: el trabajo mundano comienza a salirse de control, arrastrando al detective cada vez más hacia lo inesperado y…

Friends, esto es joyita del cómic de género negro en todos los sentidos.

Reseña: Wonder Woman. Tierra Muerta, de Warren Johnson y VVAA

Tierra Muerta es otro portentoso tomo en tapa dura de la tan destacada colección Ediciones Deluxe que ECC Ediciones está publicando en nuestro país. Portentoso no por tamaño, mas bien por lo de su maravilloso contenido donde el guionista e ilustrador Daniel Warren Johnson junto a Mike Spicer y Rus Wooton, hacen un cómic tan diferente como extraño. La premisa es sencilla: la princesa Diana de Themyscira se despierta en un páramo post-apocalíptico y tiene que descubrir el misterio de lo que salió mal e intentar proteger a los pocos humanos vivos que quedan. Así por encima, el gancho no es muy diferente a El Último Caballero de la Tierra, de Scott Snyder y Greg Capullo, que publicó ECC hace unos años, pero lo que realmente distingue de todo lo demás a Wonder Woman: Tierra Muerta es el trabajazo de Daniel Warren Johnson. Y empiezo por lo obvio.

Tierra Muerta es un cómic visualmente impresionante y encaja perfectamente con el don que tiene Johnson como artista. La historia y trama es algo más complicada de analizar. En esencia, es una historia en torno a la noción de segundas oportunidades contada de manera realmente efectiva. Pero sus problemas surgen cuando la historia se coloca dentro del contexto de la fascinación para siempre introducir otros elementos de DC Comics. No solo personajes que tienen que hacer su cameo sí o sí, como si eso estuviera en alguna cláusula de contrato, también por los escenarios demasiado sombríos y la mitología más amplia de Wonder Woman que siempre-siempre parece que se debe mencionar. La mujer, sus temas y el contexto sexual de la que es icono. Una cosa que, en mi opinión, ya cansa. Fuera de esto, insisto, el arte de este volumen es impresionante. Más de un crítico lo ha mencionado y es cierto: el manga japonés (Shonen) es una clara influencia para Daniel Warren Johnson y es increíblemente evidente esto en el modo en cómo aborda cualquier tipo de escena de acción. Hay una forma específica en la que transmite movimiento al difuminar el contorno de una parte del cuerpo de alguien en líneas de movimiento, lo que constantemente hace que todo lo que Johnson está dibujando sea un poco más genial de lo que ya era. Además, hace uso de proporciones sesgadas y perspectivas diferentes, para acentuar realmente una serie de acciones y hacerlas aún más dinámicas. Gran parte de la acción se siente como un solo fotograma. Muy anime de acción todo.

También hay mucha libertad en los diseños de página y el ritmo. Johnson dedica casi las cincuenta páginas de cada número a construir épicos momentos: Diana emergiendo de la cápsula, los Haedra atacando el asentamiento y, oh, hermosas splash-pages que nos meten en primera línea de batalla y el impacto de sus eventos. Cómics así, son una bendición para los ojos. Y también os digo que si elimináis todos los temas y el contexto y solo quieres leer a «una Wonder Woman apocalíptica luchando contra kaijus», este es tu cómic. Porque aunque mis palabras puedan dar a entender que no, también hay un poco de profundidad decente en la historia.

Dejadme deciros que en el guion hay algunos giros chulos. La premisa de que Diana se despierta en un mundo post-apocalíptico y trata de ayudar a la humanidad sobreviviente conlleva la mayor parte de los problemas, sí, pero todo se complica con la revelación al final del segundo número con esas criaturas mutadas que atacan humanos con la intención de comérselos. Pero aún más complicado se vuelve todo con la revelación del capítulo siguiente donde sucede el misterioso Gran Incendio…

El Universo DC está repleto de universos alternativos oscuros y arenosos (oh Dios, hay tantos) y, sin embargo, Wonder Woman: Tierra Muerta se siente diferente, se siente joyita. Johnson crea un cómic lleno de imágenes emocionantes y funciona completamente a ese nivel. Tras Murder Falcon y Extremity, este reputado creador lleva al personaje a una trama de Ciencia Ficción que no se parece en nada a lo que yo haya visto jamás con la Chica Maravilla como protagonista.

Reseña: Superman. La Era Espacial, de Mark Russell y Mike y Laura Allred

Argumentos originales. Eso le hace falta al personaje de Superman para que la gente se enganche. En países como el nuestro claro porque en USA siempre tiene una buena cola de seguidores detrás, seguidores muy acérrimos, y yo, que ando entre dos mares, siempre le echo un ojo a lo que ECC Ediciones nos pueda traer. Sobre todo, lo nuevo, porque uno siempre está abierto a que le sorprendan. Y las sorpresas llegan. La Era Espacial, es el ejemplo, un cómic donde conocer a un Clark Kent, un joven reportero que acaba de enterarse de que el mundo pronto llegará a su fin y no hay nada que pueda hacer para salvarlo.

Aunque esta historia se presentó como una precuela de la clásica Crisis en Tierras Infinitas (que ECC publicó en una genial Edición Deluxe: https://eccediciones.com/comic/crisis-en-tierras-infinitas-deluxe), en realidad, es más que eso. Incluso más que otro origen de Superman de los muchos que hay por ahí. Pues mediante el uso de una línea de tiempo del mundo real y eventos, Russell y Allred logran brindarnos la historia de Superman más sólida que he leído en años; con las enseñanzas de Pa Kent y Jor-El vistas a lo largo de un primer número maravilloso (esta edición en formato Grandes Novelas Gráficas DC recopila los tres números que comprendieron la miniserie). Aquí se presenta muy bien la idea de como un joven de Kansas se convierte en un héroe que une dos mundos, pero también es una historia que crea una realidad alternativa a cualquier otra vista antes. Sirviendo como origen para una joven Liga de la Justicia, con la perfidia de Lex Luthor convirtiendo a Bruce Wayne en un héroe, convenciendo a las Amazonas de enviar a una elegida al Mundo del Hombre y poniendo a un joven piloto llamado Hal Jordan en un lugar para derribar a Clark Kent y eventualmente convertirse en un Green Lantern diferente, pero chulo. Un cómic donde Allred y Laura se combinan para crear un arte increíble y colores vívidos, ya sea en la Fortaleza futurista, la granja de la familia Kent o dentro de un búnker subterráneo. Perfectamente coloreado. El estilo de Mike Allred es sutilmente diferente aquí, a lo que se puede encontrar en otras obras. Alejándose de sus estilos homenajes a Kirby, donde parece que tira más a un estilo Gil Kane, tan apropiado para el Universo DC.

Nuestra historia comienza en 1985, cuando la Crisis de las Tierras Infinitas envuelve al planeta. Superman vuela a la Fortaleza de la Soledad para pasar sus últimos momentos con su esposa Lois y su hijo Jonathan. Veintiún años antes, el joven Clark Kent y su padre están trabajando en el campo, teniendo sus conversaciones habituales entre padre e hijo, mientras el aspirante a Superman se pregunta por qué no puede hacer todo el trabajo a gran velocidad. Jonathan Kent procede a contarle a su hijo sobre un incidente durante la Segunda Guerra Mundial, cuando el anciano Kent descubrió la diferencia entre hacer las cosas rápidamente y hacerlas bien. Es una historia inquietante, que se vuelve aún más inquietante por las noticias que se transmiten inmediatamente después: el presidente ha muerto en Dallas. Con el mundo al borde de la destrucción nuclear, Clark intenta entrar en acción por primera vez, solo para ser derribado por un piloto de la Fuerza Aérea antes de que pueda ingresar al espacio aéreo ruso. Al estrellarse contra el océano, encuentra un regalo dejado por su OTRO padre, Jor-El… Y pasan los meses y el joven Clark se muda a Metrópolis para convertirse en periodista, mientras que en Washington DC se licita un importante contrato con el gobierno, y la decisión final es elegir entre Bruce Wayne… y Lex Luthor.

Puro entretenimiento. Muy buen cómic de Superman.

Reseña: Los Picapiedra, de Mark Russell, Steve Pugh y Chuckry

Probando cositas nuevas que, en realidad, no lo son tanto, decidí ponerme con el nuevo tomo de Los Picapiedra de la casa DC pues me llamaba mucho la atención. Y aunque nunca fui mucho de esta serie cuando era pequeño, tenía toda la pinta de que iba a ser algo muy distinto esta vez. Pintaba molón y así ha sido el volumen recién editado  por ECC Ediciones en nuestro país el cual contiene todo-todito-todo de esta nueva visión de los personajes (The Flintstones núms. 1-12, Booster Gold/The Flinstones Special núm. 1 USA). Y ya que uno prueba, se lleva toda la tarta. Vaya a ser que esté riquísima…

Porque Mark Russell es el cabecilla de esta idea que consigue sacar adelante una versión actualizada de Los Picapiedra con guion y dibujo geniales, una crítica satírica de la sociedad actual muy recomendable de leer. La familia moderna de la Edad de Piedra ocupa un lugar central como la primera civilización del mundo. Pero estar a la vanguardia de la innovación podría no ser tan beneficioso para dicha familia como quieren hacernos creer. Estamos entonces ante una carrera brutalmente honesta y mordazmente directa de Mark Russell sobre los personajes de Hannah-Barbera que se recopila en su totalidad en esta encantadora colección en tapa dura, incluyendo el número cruzado de Booster Gold. Un título que se podría haber incluido dentro de las Ediciones Deluxe sin problema. Donde cada número presenta a Los Picapiedra y a sus amigos con alguna idea nueva, ya sea matrimonio, genocidio, extraterrestres o política. Y muestra el efecto que esto tiene sobre ellos. Tenemos entonces claramente alegorías de nuestra realidad y sketchs humorísticos como hacía también la serie de dibujos animados de nuestro pasado. Además, se nos presentan historias tan relevantes hoy en día como lo son para el mundo de Piedradura. Eso está muy logrado. Algunas historias parecen en principio un poco “rocosas” por temática, para después descubrir que no lo son tanto (el tipo que literalmente intenta irrumpir en Bedrock High School para enseñar a los niños sobre «economía» es hilarante y tonto a partes iguales). Pero todo se hace con la habitual ironía de Russell que consigue recordar como decía a los grandes momentos de la serie televisiva.

Sería fácil descartar esto como si Russell dijera que la raza humana estaba básicamente condenada desde el principio, pero como él mismo dice en la introducción del libro y en numerosas ocasiones a lo largo de él, todavía hay esperanza. No todos somos tan malos como pensamos y hay un camino hacia la redención si trabajamos juntos para encontrarlo.

A los dibujos, en su mayor parte, tenemos a Steve Pugh: sus personajes cavernícolas tienen un volumen y un peso que los hace parecer mucho más reales de lo que cabrías esperar. Todavía son reconocibles como los personajes que amas de sus dibujos animados, pero ahora definitivamente son humanos, y eso hace que sus problemas más humanos sean más creíbles. Pugh también dibuja algunos animales/dinosaurios increíbles (Dino es maravilloso) y tampoco escatima en fondos. Este tomo está repleto de detalles.

El Booster Gold/The Flinstones Special que se incluye, es más bien una historia de superhéroes sencilla, lo cual no es malo, porque son del tipo de las que yo amo. Y aunque contrasta fuertemente con los doce números anteriores, no os voy a contar nada sobre el tema porque me parece sencillamente maravillosa para disfrutar sin saber nada.

Los Picapiedra es uno de esos volúmenes que genera mucho entusiasmo cuando lo ves en la librería especializada y que puedes tener entre manos con ciertas dudas. Yo no las tendría. Logra estar a la altura, y puede ser uno de los tomos más curiosos que descansen en tu cómicteca. Y es curioso porque una serie actual sobre estos personajes no tendría porque ser tan buena. Y, sin embargo, aquí estamos.

Reseña: Los Mejores Superhijos del Mundo, de Tomasi y Jorge Jiménez

Recogida ahora en un genial tomo en tapa dura, tenemos por fin el arco completo de nueve numeritos que comprendió la miniserie Super Sons denominados por aquí como Los mejores Superhijos del mundo, ahora recogidos dentro de la genial colección Grandes Novelas Gráficas.

Y es que… ¡Maldita sea, ha sido uno de los cómics con los que más me he divertido en los últimos tiempos! Terminas amando a estos niños. Les coges cariño, Tomasi consiguió algo muy difícil de hacer. Entonces vamos a conocer a Damien, el hijo de Batman. Piensa en un pequeñito ignorante que arrastra las “quemaduras” más graves de la ciudad. Luego llega Jon, que es el hijo de Clark, que sigue sus pasos. A groso modo, este volumen es principalmente una gran historia, una noche de chicos, donde Damien arrastra a Jon a una gran pelea contra un niño que puede dividirse y crear copias de otras personas. Leyéndolo sí… ahora puedes tener la sensación de volver a tener doce o trece años. Me encanta el diálogo entre los chicos. Son maravillosos juntos y tienen algunos momentos increíbles en los que gritan, saltan, atacan a villanos… y el arte es de primera categoría y capta el estilo perfectamente para estos superhéroes en pequeñito.

Os adelanto que el #9, el último número de esta serie, es para enmarcar o usar en cursos de creatividad literaria. Todo el encanto y la aventura de Superman (es el mismo escritor) con la ventaja adicional de que dos niños excepcionales aprenden a aceptarse mutuamente mientras discuten sin parar.

Como os decía, el arte de Jorge Jiménez viene de maravilla para el estilo frenético de este título. Funciona de maravilla con niños que buscan aventuras. Y es que si os soy sincero no tenía muy claro qué esperar de esta serie porque no había leído muchos cómics en los que Jon y Damien interactuaran. En realidad, no creo haber leído ningún cómic que presente a Jon como un personaje más joven, así que esto fue nuevo, divertido y emocionante para mí como lector y reseñador de cómics.

El contenido de Los mejores Superhijos del mundo sigue un par de aventuras entre Jon (Superboy) y Damien (Robin) y está claro desde el principio que los dos no se llevan bien. Lo repito porque este es el trasfondo básico, pero esto nos recuerda a sus padres, los altibajos entre Batman y Superman, por lo que es muy interesante ver a sus hijos teniendo la oportunidad de conocerse y vivir aventuras juntos.

Encantador, divertido y emocionante. Me dijo un colega comiquero que este volumen se encuentra al otro del charco entre los 5 mejores títulos de DC en este momento. Estoy de acuerdo.

Reseña: Batman y la Liga de la Justicia, de Shiori Teshirogi

No hay demasiados mangas basados en superhéroes norteamericanos. Imagino que uno de los más conocidos es el Spiderman, de Ryoichi Ikegami. Dicho esto, algunos se han localizado recientemente, por ejemplo, en DC cuando publicó la versión de Jiro Kuwata de Batman, y Marvel lanzó a Los Vengadores enfrentándose a zombies no hace mucho. Ahora tenemos una nueva toma directa que se fue publicando en la revista Champion RED, un poderoso tomo integral que publica ECC Ediciones, la versión Batman y la Liga de la Justicia, de Shiori Teshirogi.

Y comienza de manera demasiado simple. Pero hay algunas historias intrigantes que llegan a ser muy buenas no mucho después como ocurre en este caso. Para lo que ayuda probablemente que dos de los villanos más famosos de DC ocupen un lugar central en este manga. Batman y la Liga de la Justicia nos presenta a Rui Aramiya, un niño que llegó a Gotham desde Japón para encontrar a sus padres. Han estado desaparecidos desde que ocurrió un incidente hace un año, y si están vivos o muertos, tiene que averiguarlo. ¿El problema? Gotham, ya conocida por su alto nivel de criminalidad, ahora es aún más mortal ya que una misteriosa bebida se ha extendido por toda la ciudad, afectando el estado mental de muchas personas. Esto pone a Rui en una situación de vida o muerte cuando se topa con agentes de policía que están más para acá que para allá por culpa de esta bebida. Pero afortunadamente Batman aparece para salvar el día…

Y después de advertir a Rui de los peligros de la ciudad, se enfrenta al proveedor de cierto aliciente violento que como no puede ser otra, es el Joker. Después de una tensa batalla, Batman sale y se da cuenta de que algo aún más siniestro está sucediendo dentro de la ciudad y que si quiere resolverlo, necesitará ayuda. Para lo que recurre a la JLA.

Si les das al manga y al cómic americano, esto te encantará. Sentirás que ha valido mucho la pena llevarte este tomo a casa. Teshirogi aporta un estilo más inteligente y calculado al Joker, de lo que se puede ver en muchos de los últimos cómics creados en la casa DC. Y explica su extraño deseo de “rehacer” a los seres humanos. Trae consigo nuevos desarrollos y un equipo inesperado que lleva a saber qué pasó con la extraña desaparición de los padres de Rui. Un buen cómic y un buen volumen para conocer la pequeña visión del manga de Shiori Teshirogi. Sobre todo, sus geniales diseños de personajes que creías haber visto antes pero nunca así. Y futuros (como Aquaman).

En el mundo de los superhéroes es bueno sorprender de vez en cuando con lanzamientos así. Si no la conocéis, Shiori Teshirogi es la reputada mangaka de obras de aventuras y dibujante del famoso título Saint Seiya: Lost Canvas.

Reseña: Authority. Kev, de Garth Ennis y Glenn Fabry

Los personajes de Authority son unos de los que más me han marcado dentro del cómic americano no mainstream. Pero para el caso, diría que es mejor ponerse o ver Authority: Kev como un spin-off poco conectado con la serie básica, al menos, más una trama aparte que una continuación de la misma. Por que Ennis tiene un… estilo distinto. Un estilo que disfruto mucho de vez en cuando, pero que es sombrío y gratuitamente brutal. Y en Kev se explaya aún más dentro del mundo de lo violento y lo tremendamente enojado o mosqueado del ser humano. Aquí no es lo mismo. Sin embargo, gratuitamente brutal “encaja” bastante bien con el personaje de Midnighter. Y el que lo conozca, sabrá lo que quiero decir. Entonces pude ver en este nuevo tomito que recién publica ECC Ediciones que la historia se centra en ese personaje y en Kevin (en su mayor parte). Y entonces, si bien la historia funciona, estos tomitos me reportan la sensación de ser aproximadamente un 75% Ennis con solo un 25% de Fabry. Lo que es un poco decepcionante porque Authority brilla siempre mucho si guion y dibujo están al cien por cien. Pero tenía ganas y tenía muchas ganas de volver a ponerme con algo de esta temática tras las geniales sensaciones de aquel cameo de Midnighter en Sleeper.

¿Y qué tenemos? Aparentemente un equipo de superhéroes telepáticos y malhablados con una estación espacial interdimensional maravillosa que viaja en el tiempo. El trabajo de los Authority es repeler repetidamente las flotas de guerra extraterrestres hostiles empeñadas en subyugar y/o vaporizar el planeta Tierra. Y Kev es un asesino a sueldo perdedor del SAS cuyo único superpoder es «el imán de mierda más grande del mundo». Su primer trabajo como guardaespaldas termina con el protegido siendo devorado por un tigre… en una bonita y tranquila casa suburbana (Jajaj… es que Ennis es genial).

Y los escuadrones de asalto del IRA siguen persiguiéndolo. Y Ennis en su salsa. Haciendo chistes de maricas frente a superhéroes homosexuales con tolerancia cero hacia los imbéciles homofóbicos; reventando cabezas de extraterrestres con malas intencioes, él es Gilligan, si Gilligan fuera un asesino entrenado pero en quiebra.

Authority: Kev -obviamente, por el autor que tiene detrás-, es un cómic que no se toma en serio a sí mismo. Parece un experimento y aun así, funciona, como es habitual para mí con un cómic de Ennis. Me encontré riendo e intentando recordar ciertas bromas para compartirlas con gente. Por supuesto, NO, con las que insultan a ciertos colectivos. Pero sin irreverencia y sin miedo a las historias ficticias de violencia en ocasiones ridícula: este es el Garth Ennis que conozco y amo. Si te gusta Ennis, te encantará. Si no, puede que te asuste lo que se cuenta aquí.

Reseña: Superman. La Orden de la Lámpara Negra, de Cantwell y Rodríguez

Me gusta cuando se intenta sacar originalidad o algo nuevo de personajes que normalmente son redundantes en sus tramas. Y para eso siempre es efectivo recurrir al antes o después. Contar algo de su infancia, de su juventud… o su senectud. Algo que nunca se contó. Por eso me gusta la idea que propone Superman: La Orden de la Lámpara Negra; una colaboración entre Javier Rodríguez y Christopher Cantwell que homenajea a la Edad de Oro del personaje así como a muchas novelas de época. Porque cuentan que antes de estar en La Liga de la Justicia, el joven Clark Kent fue miembro de un club muy especial: la Orden de la Lámpara Negra, el club de fans de Hop Harrigan, su héroe de la infancia. Y le acaba de llegar una nota en la que alguien de la Orden indica: “Sálvame”.

Hop Harrigan fue un personaje clásico de DC (All American Comics, 1939) creado por John Blummer. Un aviador con el que vivíamos trepidantes aventuras en parajes exóticos. Todo muy al estilo Indiana Jones. Pero Harrigan alcanzó una cuota de popularidad importante durante la Segunda Guerra Mundial llegando a protagonizar seriales de radio, películas y serie de televisión. Y La Orden de la Lámpara Negra trata sobre él, sobre el olvido y la memoria. Y aunque Superman y Harrigan son personajes que tienen prácticamente la misma edad, uno permanece en la memoria de todos y el otro no.

Una miniserie que ECC Ediciones ha recopilado en un genial TPB para el disfrute comiquero de todos. Tres números en uno que curiosamente fueron publicados originalmente en la serie Batman: The Brave and The Bold, en la parte «trasera», muy al estilo de lo que se hacía en los cómics que nos encontrábamos en kioscos los niños de los 80. Una trama donde Cantwell (cocreador de Halt and Catch Fire, Briar, Iron Man) y el artista asturiano Javier Rodríguez (Daredevil, Defenders), nos muestran como Superman encuentra un anillo decodificador con un mensaje secreto. Un mensaje oculto que le lleva a saber de un misterio relacionado con el pasado del Hombre de Acero, con el que descubre una curiosa ubicación y entonces se topa con una pregunta: ¿Terminará uniéndose a una persona que nunca pensó que volvería a ver mientras transita los misterios de un lugar secreto que jamás esperaba encontrar? Tenemos a Lois como jefa interina del Planet junto a Clark en este misterio. Ambos interesados en el mensaje recibido, ambos creyendo que la crónica del rescate del antiguo héroe sería mucho más interesante si la escribe Superman como colaborador especial del Daily Planet. Porque Clark de niño era fan de Harrigan y pertenecía a su club. Y todos los miembros recibían un anillo. Y ahora, en el paquete de auxilio, acaba de recibir un anillo “auténtico” que se abre y le permite seguir la pista del héroe desaparecido…

Y ya estás inmerso en la aventura.

Un cómic de Superman que, más que clásico, funciona muy bien al estilo pulp de las novelas de aventuras de los años 50. Homenajea a los personajes que llenaron nuestros sueños, los de una dinastía anterior y algunas posteriores a los niños de los 80 que andamos por aquí. Los diálogos entre Superman y Harrigan están repletos de contenido y de significado metalingüístico que si los pillas, vas a sonreír cada poco. En el apartado gráfico tenemos a nuestro paisano Javier Rodríguez que además es el entintador y colorista. Y nada mejor que sus ilustraciones para una historia así. Le da un aroma clásico a la obra que pocos podrían conseguir.

Una historia breve pero apasionante del superhéroe más poderoso de todos los tiempos.

Reseña: Green Arrow. Carcaj, de Kevin Smith y Phil Hester

Carcaj ha sido clasificada dentro de la colección Grandes Novelas Gráficas de DC pero es el tomo de Green Arrow contenedor de la genial serie que se marcó Kevin Smith con el personaje. Sí, el director de pelis como Clerks, Mallrats o Dogma. Unos cómics en los que se unió al dibujante Phil Hester para contarnos una de las historias más aplaudidas de la trayectoria de Green Arrow. Dicen que es como pocas, la que recupera la esencia clásica de este héroe que también brilló con su reciente serie de TV, aunque en mi opinión, por otros temas. Pero estoy de acuerdo. Carcaj es una miniserie que Kevin Smith convirtió en clásica pocos momentos después de publicarse. Tiene un regustillo clásico que deja muy buen sabor de boca. Donde tenemos uno de las eternos secundarios de DC convirtiéndose en prota.

Para mí, lo mejor que ha hecho Kevin Smith en el noveno arte. Y eso que la exigencia era alta porque yo que degusté los años dorados de DC, sí que era un gran fan del Green Arrow (Flecha Verde) de antes (me encantan los héroes que tiran flechas). ¿Fan de Kevin Smith? Por supuesto. De su cine. Además que estamos ante un ejemplo de que se le puede dar una oportunidad a un friki lector de cómics y hacerlo bien creando guiones geniales. A Kevin se le asignó la tarea de resucitar con éxito al Green Arrow original después de haber estado muerto durante años. No era un trabajo fácil. Y lo hizo de maravilla. Esta es la prueba. En primer lugar, el diálogo de Smith mola. Es un maestro en ello; lo sabe el que ha visto sus pelis. Pero también es bastante bueno con las interacciones de los personajes. Compro las emociones que desprende. Oliver volviendo a conectar con Dinah (Canario Negro) mola y no resulta cursi ni forzado. También me gusta la forma en que Kevin se toma su tiempo para llegar al punto de explicar completamente el regreso de Ollie de la tumba. Una historia que tampoco pasaba nada si lo hubiera hecho en diez números más porque es un súper emocionante. Y la naturaleza espiritual de la resurrección. Smith nunca tuvo problemas para incluir la religión en sus trabajos. De hecho, hizo que el viaje al cielo fuera divertido, ¿no? (Algunos lo pillarán).

¿Y qué hay de los invitados? Oliver se fue un tiempo y ahora tiene mucho que hacer para ponerse al día. Y va reencontrándose con viejos amigos. Ahora es cuando encontramos como el autor lo clava con Batman aquí. Los primeros momentos de Bruce con el recién regresado Ollie son ya clásicas viñetas dignas de estudio. Aunque el encuentro de Oliver con Arthur (Aquaman) también es divertido. Y el resto de JLA, JSA, Etrigan, Deadman y un par de estrellas invitadas más también se unen a la diversión. A lo que suma el característico sentido del humor de Kevin Smith con declaraciones como “Mis pezones ahora están un poco duros», con los que me partía la caja.

El trabajo de Phil Hester y Ande Park, bastante válido. Aunque brillan más en páginas de gran tamaño. Me gusta el trabajo de líneas gruesas y oscuras y podría ser lo mejor que he visto de estos chicos. Haciendo guiños a Matt Wagner en lo que respecta en sus impresionantes portadas.

Buen material.