Reseña: Jóvenes Titanes. Beast Boy, de Kami García y Gabriel Picolo

El tomito de Jóvenes Titanes dedicado por enteros a Beast Boy es otro ejemplar de cómic de los que he disfrutado en estos días de esta chula colección de novelas gráficas que está rescatando ECC Ediciones. Con dibujos molones y trama entretenida aún siendo algo tantas veces contado: los problemas de la pubertad.

Mucha culpa la tiene el propio Gar. Un protagonista problemático, buena persona, un chaval guapo para lo que hay por ahí. Pero claro es bajo, no musculoso y no tiene vello facial, algo a tener en cuenta entre los que le rodean. Y por alguna razón está obsesionado con ello. Lo que provoca que sea en cierto modo vanidoso y esté obsesionado con la popularidad. Sí, el típico tema juvenil entre los chicos estadounidenses que tantas veces hemos visto en pelis. Y tanto importa que incluso Gar no tiene amigos, tenía dos, pero son descartados en favor de la gente popular. Y no creáis que no es consciente de que se está engañando a si mismo, sabe que en el fondo es una tontería hacer lo que hace solo por estar en la misma acera que la multitud popular. Pero el tema es el tema. El amor. Las chicas. Simplemente lo hace para agradarle a la chica que le gusta, una de las más populares, uno de los bombones que se pasean por el instituto. Acciones ridículas por doquier le acometen entonces. Sus increíbles amigos no lo juzgan por eso, pero a ojos de un adulto es muy juzgable el temita, ¿no? Una visión muy precisa del personaje de Gar para lo que se viene después.

Beast Boy es un superhéroe que en los cómics me parece magnifico. Intento leer todo lo que salga de él. Es un personaje de la DC de antaño que me encanta y por eso ahora que se le está dando pie a autores para “hablen” sobre su juventud, ahí estoy yo para interesarme. Aunque me gustan mucho los personajes más oscuros de los Teen Titans, Chico Bestia es mi favorito. Goza de uno de los poderes que siempre he soñado tener. Por eso me encantó también la introducción que hace Gabriel Picolo donde alega cuanto ama al personaje.

La historia encaja perfectamente con Gar. Este no es un cómic de superhéroes lleno de acción. Es una historia de un chico reconciliándose con la vida, lidiando con cosas normales que todos hemos hechos mientras crecíamos, uno de los procesos por los que un chico o chica joven debe pasar. Descubrir sus poderes -en el guion de Kami García- se vuelve secundario. Pero tenemos en esta historia grandes personajes secundarios también. Me gustó lo que se cuenta sobre Tank…

No creáis que todo esto de la popularidad es algo metido con calzador y para la ocasión en la vida del Chico Bestia. Por lo que he visto de Gar en películas, series animadas y otros cómics, sí que se le ha mostrado al público siempre como un personaje vanidoso y obsesionado con la fama. Es simplemente su personalidad. Alguien muy parecido a la Antorcha Humana o a Bart en la Young Justice. Todos tenemos un amigo o amiga así en el grupo o hemos conocido a alguien así en la vida. Y si no lo conocerás. Y no tiene porqué caerte mal una persona que actúa de ese modo si comprendes bien sus sentimientos. Quizás sea un modo cómico de mostrarse al mundo, quizás sea su sistema de defensa ante el público. O el modo de intentar superarse cada día. NO TIENE PORQUÉ CAERTE MAL. Y lo puedes comprobar leyendo este volumen.

Reseña: Superman contra el Klan, de Gene Luen Yang y Gurihiru

Aprender leyendo. ¿No es ese uno de los máximos ideales? Que todo aquel que lea, sobre todo, los jóvenes, ya que lo hacen, aprendan. Leer y aprender. O al menos que te hagan pensar, añadiría yo. Superman contra el Klan no solo contiene un mensaje importante, también una idea realmente genial. La historia está basada en un relato de Superman llamado El Clan de la Cruz Ardiente que llegó a ser retransmitido por radio para todos los públicos allá por el lejano año de 1946. Qué mensaje tan poderoso debió enviar esto entonces, ¿no? Aunque desafortunadamente, sigue siendo un mensaje importante que debe abordarse una y otra vez, y mucho más, a día de hoy casi setenta años después. Se dice pronto. El autor superventas del New York Times, Gene Luen Yang y el equipo de dibujantes Gurihiru ofrecen una tempestiva historia personal sobre inmigración y superación.

Esta es una historia sobre los Lee. Acaban de mudarse a los suburbios de Metrópolis, donde su padre tiene un nuevo trabajo en Chinatown. Casi de inmediato se ven acosados por lo que pudiera ser una imitación del Klan (una imitación porque la historia original usaba a los mismos tipos. Hecho con fines legales en aquel entonces, ya que muchos estados tenían leyes que protegían al Ku Klux Klan). Y ahora creo que no debería, pero lo haré, pues quizás algún día lea esta reseña alguien que no sabe que es el KKK (¡Ojalá llegue ese día!). El denominado Ku Klux Klan es un grupo de odio supremacista blanco estadounidense de extrema derecha, conocido por promover por medio de actos violentos y propagandísticos el racismo, la xenofobia y el antisemitismo, así como la homofobia, el anticatolicismo… y todo lo que se le venga en gana a esos degenerados que encima se ocultan bajo un traje de nazareno blanco (cantidad de anécdotas/sustos con compis norteamericanos viendo por primera vez la Semana Santa sevillana, sí). Pero a lo que vamos, ante tal acoso a la familia Lee, Superman (de la era Max Fleischer) se involucra rápidamente y las cosas se intensifican. La historia que aborda Gene Luen Yang se centra en como esos niños, a pesar de la ayuda más potente que un humano pueda tener, y de crecer rodeados de odio, por sí mismos LO SUPERAN. Y ese es el punto fuerte de este cómic que publica ECC Ediciones dentro del sello Kodomo.

Alguien me dijo una vez que si Superman pasara más tiempo luchando contra nazis, miembros de grupos racistas y políticos corruptos, leería más cómics de Superman con regularidad. Estaría bien por un lado pero por otro, hay mucha otra más gente que prefiere verlo luchar contra monstruos o villanos con poderes que desean acabar con el mundo, el universo y demás. Aunque, en realidad, estos mismos no sean otra cosa que metáforas humanoides de nazis, miembros de grupos racistas y políticos corruptos… Además, Superman, por muy poderoso que sea, tampoco puede luchar por contrarrestar los ideales de las personas, ¿no? Sería una lucha sin fin.

Superman contra el Klan es un cómic destinado a todas las edades. Después de pasar por mis manos, se lo leí a mi peque de cuatro añitos. Está considerada por muchos la mejor historia de Superman que se puede leer de las escritas en los últimos veinte años. Y no solo es el tema a tratar la que hace de esta historia un cómic de cinco estrellas, es el dominio de los personajes de Yang. Desde los miembros de la familia Lee hasta Superman, Jimmy Olsen y los antagonistas, este es un libro lleno de personajes bien pensados y realmente retratados. Y que la historia tenga lugar en los años 40 del pasado siglo le permite a Yang interpretar a un Superman más joven y menos experimentado que todavía salta o corre sobre cables telefónicos porque aún no puede volar. No sabe qué es la kriptonita. ¡Él no sabe que es de Krypton! Y estos detalles molan. Por lo que novelita gráfica que recomiendo literalmente a todo el mundo.

Reseña: Constantine. Ilusiones Distorsionadas, de Kami García, Goodhart y Redmond

Como autor, se hace bueno ver varias versiones de un mismo personaje. Y como lector también. La variedad está en el gusto. ¿O era al revés? Cada autor puede tener una misma o diferente versión de un personaje que amamos, y respecto a nosotros, quedarnos con lo que nos gusta es lo que nos hace maduros y centrados. Y si se quiere presentar una historia diciendo que John Constantine, “no es el chico malo promedio”, estoy de acuerdo. Porque Constantine para nada es malo, al menos, no con el prójimo y estas son las palabras o citas que probablemente primero hayáis leído sobre Ilusiones Distorsionadas, una novelita gráfica sobre Constantine que Kami García se sacó de la manga en 2022 y que ECC Ediciones puso en librerías a principios de este mes que se nos va dentro de su sello Kodomo.

Y es que al igual que con el trabajo de García en la franquicia Teen Titans, Ilusiones Distorsionadas, rápidamente encuentra una manera de acceder al corazón del personaje antes de abrirlo a la audiencia, en general. Con John Constantine eso significa aprovechar su lado salvaje. Algunos, cuando conocimos al personaje por primera vez, estaba sentado en su habitación, rodeado de colillas y con una guitarra vieja mirándolo desde la esquina…, posters noventeros, los vaqueros en la silla y el tío pensando en el cómo matar a ese demonio que tenía poseído a medio Down Town (Bajo Manhattan). Pero Kami muestra al típico adolescente, a la edad de dieciocho años, Johny encontrándose en esa dura encrucijada de la vida por la que hemos pasado muchos pero también luchando con la necesidad de forjar su propio camino y probarse a sí mismo ante su familia. Y el entorno…, la racha punk que alimenta gran parte de su creatividad y que refleja la rebelión adolescente que todos pasamos también alguna vez aunque aquí prima el deseo del chico por promover su magia.

Una novelita gráfica que tiene un ritmo excelente, dividida en varios capítulos que nos llevan a una capa adicional de accesibilidad pese a casi sus doscientas páginas que apenas se lee en dos sentadas. Y cuyos primeros capítulos se centran en el funcionamiento interno de Constantine mientras establece su situación familiar antes de ponerse manos a la obra. La línea central de la trama se centra en su comprensión de sus habilidades mágicas, algo que agrega elementos mucho más fantásticos al libro… y que se agradecen (¡Para eso hemos venido!). Pero todo presentado de manera perfectamente lógica y accesible para los lectores más jóvenes. La historia presenta un pequeño elenco de apoyo para completar el mundo de Constantine; está su padre ausente, su madre y su padrastro. Pero más importante para el impulso narrativo es su amiga Verónica, y su posible interés amoroso por Luna. Todos juegan un papel importante en empujar a John a convertirse en el personaje que conocemos y amamos. Con problemitas por el camino: un hechizo que salió mal y tal y que muy al estilo Jennifer´s Body todo se torna en desgracia con el tema del grupo de música de por medio. Así, lo que queda, es un escenario muy chulo para un personaje que jamás vimos joven, o al menos, yo no había tenido ese honor hasta ahora.

Un escenario que permite un maravilloso desarrollo del personaje en su juventud. A lo largo del cómic, vemos a John lidiando con sus inseguridades y enfrentándose a sus defectos. García ha demostrado en todas sus historietas DC que es más que capaz de lograr el aterrizaje de esos «altos vuelos» propuestos. Ilusiones Distorsionadas no es diferente. La novela gráfica termina con una magia épica muy chula, una recompensa emocional convincente para el personaje. Además de la incertidumbre y la angustia que van de la mano de la adolescencia.

Reseña: Jóvenes Titanes. Beast Boy ama a Raven y Yo No Soy Starfire

A los que me preguntan últimamente por cómics o novelas gráficas ligeritas o incluso para regalar a jóvenes, historias de superhéroes que dejen buen sabor de boca, lo que hago es remitirles a Kodomo y sus publicaciones en formato libro de los Jóvenes Titanes que están haciendo. Se leen en nada. Son «historias de instituto» que disfrutará todo el mundo. Es una colección que gusta y con cada nueva historia de un personaje, se reinventa. Para que veáis, hoy os reseño como ejemplo, dos de esos títulos, los dos que más me han gustado de dicha colección.

Jóvenes Titanes: Beast Boy ama a Raven se publicó en enero de este año en nuestro país y originalmente sería la tercera publicación de esta serie. Humor, confusión interior y encanto, es lo que aporta este cómic sin dejar de lado el romance que anuncia el título y que nos llevará a recordar a más de uno o una, lo felices y bien que nos sentíamos con aquel amor, el primer amor de instituto. ¿La época de la “depre”, ¿no? Menuda palabrita. Una historia que comienza después que sepamos que ambos chicos están en conflicto con Slade. Ambos buscan respuestas de la única persona que parece conocer las respuestas a sus problemas. Fue hace nada que Raven Roth recuperó la memoria y atrapó a su padre demonio, Trigon, en su amuleto. Y ahora quiere deshacerse de él para siempre. Por otro lado, Garfield Logan aún no puede creer que tenga poderes que le permitan transformarse en diferentes animales. Pero no puede controlarlos. Se le va la pinza a veces y hace cosas peligrosas. Sus padres le ocultaron ese secreto, y ahora tiene a Raven para refugiarse en su comprensión. Y ese tal Slade Wilson, por lo visto, sabe el porqué de todo. Una historia de cómo el amor, el sentirse acompañado en las penurias, ayuda bastante.

Yo no soy Starfire va por otros derroteros. En ella tenemos una historia de una autora de renombre, autora de best-sellers del New York Times, como es Mariko Tamaki. Para este cómic se juntó con la ilustradora Yoshi Yoshitani para contarnos una historia de Mandy, la hija de la superheroína Starfire. Y, ¿qué ocurre si Mandy, de dieciséis años, se considera a sí misma la anti-Starfire? A diferencia de su madre, el cuerpo no le acompaña. Eso de ir con poca ropa… Además, no tiene superpoderes, no puede volar. Como una hija más que opina todo lo contrario a sus padres, por ser diferente o solo por querer serlo…, Mandy se tiñe el cabello y se viste de negro para resaltar aún más lo diferentes que son. El mejor amigo de Mandy, Lincoln, cuyos padres nacieron en Vietnam, resume perspicazmente esta ruptura como una división intergeneracional que ocurre si los padres y los hijos provienen de diferentes países o diferentes planetas. Mandy intentará descubrir en esta historia qué tipo de futuro quiere para sí misma, mientras lucha con las inseguridades y el acoso de la adolescencia. Su relación con su madre, lo más difícil de todo.

Historia de identidad, familia, amistad y salvación del mundo con el conflicto de la mayoría de edad de por medio. Una lectura rápida pero matizada. Además de un cómic que goza de una ilustraciones chulas y coloridas de Yoshitani que combinan maravillosamente bien con el mundo Starfire.

Dos cómics, dos novelitas gráficas con los conflictos emocionales de la juventud muy presentes. Una mirada a nuestro pasado.