Gente que me conoce sabe que mi época histórica favorita, de la que más intento saber es, sin duda, la Edad Media. Por eso, libros como el de Katherine Harvey intento leerlos, asimilarlos y comprenderlos dentro de la medida de lo posible, para ponerlos en mi bagaje literario. Y, por supuesto, reseñarlo, para darlo a conocer a todo aquel interesado en dichas curiosidades de las que, aún, hoy en día, queda mucho por descubrir. Pero también os digo que este no es uno de esos libros de no-ficción que todo el mundo disfrutará. La narración y el valor por contar lo que se cuenta en Los fuegos de la lujuria proviene enteramente de las muchas, muchas fuentes históricas a las que se hace referencia en todo el libro, por ello, se hace imprescindible tener interés en la historia (en la Edad Media o el sexo, o ambas), para que este libro os sea súper atractivo.
Tenemos entonces un libro con capítulos claros y bien definidos. Hay muy pocas repeticiones (una de mis manías personales a las que a veces tienden los libros de este tipo es fijarme en eso), porque para ser un libro tan breve -tiene algo más de 400 págs. pero a poco que os guste se pasa volando-, cubre una amplia gama de temas con sorprendente detalle. Y está muy bien documentado, con descripciones que evocan con gran riqueza la vida en la Edad Media en muchos aspectos. Y algo que os va a sorprender es que cualquiera que se acerque a este libro con una mínima noción de lo que denominaron dentro de la Edad Media como “Edad Oscura”, el inicio de los inicios de los que supuestamente casi no se sabe nada porque no hay escritos; os vais a dar cuenta de lo mal informado que estabais.
A todas las generaciones les gusta imaginar que ellos han sido quienes descubrieron los placeres del sexo. Sus padres pudieron haberlo disfrutado, pero era un empleo sin pasión en aras de la procreación. Los victorianos levantaron considerables barreras contra el coito, creyendo que los botones, las hebillas y los corsés frustrarían la intimidad física; se suponía que los amantes debían mantenerse a raya hasta el matrimonio. Pero el éxito de la estrategia fue… problemático. Entonces, ¿qué pasó en la Edad Media? ¿En aquellos días sabían cómo aplastar los deseos de la carne «legalmente» o era todo jolgorio, orgías a cascoporro y sin miramientos como se piensa? La historiadora medieval Katherine Harvey concluye en su libro que, como hoy, la lujuria, en todas sus innumerables formas, se salió con la suya.
Y A LO GRANDE.
Harvey ha escrito un estudio entretenido, reflexivo y descriptivo sin llegar a ser didáctico o pedante. Lectura sólida, bien documentada, informativa y entretenida.
No se puede pedir más.