El Árbol de Saliva es Aldiss rindiendo homenaje a H. G. Wells y un poquito a Lovecraft. Una historia que les hubiese encantado a los lectores de la famosa Weird Tales en los años 20. Contiene un horror del espacio, y esto para los amantes de Lovecraft y todo lo que rodeó y rodea al maestro de Providence -que a la vista está que sus ideas trascendieron más allá gracias a otros-, en definitiva, ciencia ficción y horror, ese cubata bien cargado de sensaciones que a los amantes de la buena literatura fantástica gusta.
Aldiss ganó un Premio Nebula por The Saliva Tree y se lo merecía. Estamos ante una novela corta que hasta no hace mucho era dificil de encontrar en nuestro país. Se ha reimpreso a menudo en ciertas antologías norteamericanas o inglesas pero en nuestro país, nunca fácil de encontrar. Así que no lo dudé un momento cuando vi que Edhasa recuperaba esta joyita del maestro de Norfolk. Pero además un volumen que contiene otros relatos, un titulazo y clásico en su conjunto de la más potente CF inglesa. Y en una nueva edición con una traducción revisada.
El Árbol de Saliva es una historia del escritor británico Brian W. Aldiss que fue publicada por primera vez en la edición de septiembre de 1965 del The Magazine of Fantasy and Science Fiction. Ganó el Premio Nebula de 1965 a la mejor novela corta, ex aequo con He Who Shapes, de Roger Zelazny. ¿Y qué cuenta? La historia comienza cuando Gregory y su amigo Bruce Fox ven un meteorito en el cielo que parece haber aterrizado en algún lugar fuera de la ciudad. Tal vez, en la granja de Grendon. Al día siguiente, Gregory va de visita. Gregory Rolles, un joven de poco más de veinte años pertenece a esa clase social que no trabaja, pero tiene preocupaciones intelectuakes. Tiene una rara ocupación: escribe cartas a personas famosas y revistas y quiere escribir un libro, pues Gregory es un hombre de ciencia moderno del siglo XIX, un soñador de utopías, uno que espera unirse a las filas de los experimentados defensores del amor libre. Su héroe es H. G. Wells, por cierto. Pero Gregory confía en ese agricultor local que pide instalar un generador eléctrico en su granja, y por ahí, podrá echar un ojo. Y luego una mini-historia de amor con la hija del granjero, Nancy. Pero aquí lo chungo es que el meteorito caído del cielo ha traído consigo a unos extraños seres que quieren acabar con la humanidad… Y hay que investigar el porqué de tanto odio.
Dicen que el El Árbol de Saliva es el historia más famosa de Aldiss. Es inquietante y potente, no lo dudo, aunque yo me aficioné a este autor con Los superjuguetes duran todo el verano y otras historias del futuro, relatos que inspiraron la película Inteligencia Artificial, de Steven Spielberg. Una antología que aboga bastante más por la CF pura. Y ahora un disclaimer: El Árbol de Saliva tiene un problema y es que la trama sólo transmite sensaciones. Lo que todo libro debe hacer, ¿no? Pero no veo yo esta historia en la gran pantalla, ni de coña. El monstruo de esta historia es invisible y, por lo tanto, difícil de ilustrar. Quizás por eso de todas la ediciones que he visto, ninguna portada ha sabido hacerle justicia…
¿Los otros relatos de la antología? Especial mención a Peligro: Religión, una historia graciosa, curiosa como se interpretan en su trama ciertas cosas. Cierto es que hasta el momento en que Meacher conoce a Rastell solo tenemos paja, comienzo débil, pero después despega que te cagas con un protagonista con buenas intenciones que va siendo arrastrado a las acciones de los demás. Con el tema de los multiversos, como telón de fondo, por cierto.
La joven y el robot con flores, es un relato muy diferente a todos los relatos de CF leídos en mucho tiempo. Trata algo en el género con lo que nunca me había topado: la banda sonora de un libro. Un escenario muy logrado con el jazz como entorno.
Un hábito solitario, está muy bien escrito y tiene muy buenas escenas y razonamientos en las divagaciones de un asesino. Es cierto lo que me dijo un amigo: en todo el relato se espera un giro que nunca sucede. Pero me da que esta tensión fue provocada por el autor. Y cierra la antología, Un placer compartido. Una historia que lucha con la que da título al libro por ser la mejor. Un asesino en serie comparte casa con otras dos personas, y en contra de su voluntad, acaba liándose con las dos. Una trama con gancho que muestra que Aldiss era un maestro, escribiera lo que escribiera.
Antología indispensable. Más publicaciones de este autor, por favor.