Reseña: El Sexto Revólver. Volumen Uno, de Cullen Bunn, Brian Hurtt y Bill Crabtree

Cullen Bunn es ya el guionista de moda en USA desde hace un tiempo. Puedes llegar a él a través de diversos cómics pero con Norma Editorial, sin duda, el referente es Harrow County (https://www.normaeditorial.com/catalogo/comic-americano/harrow-county/harrow-county), titulazo de Terror que nadie se debería perder. Ahora con El Sexto Revólver lo vuelve a hacer. Con el arte maravilloso de Brian Hurtt tenemos una aventura sangrienta que combina el tiroteo del Lejano Oeste con poderes sobrenaturales y demonios. Temas que bien mezclados dan mucho juego y son garantía de éxito. Dedos muertos y fríos apretando un gatillo de forma tibia… Y como no nos va a encantar todo el elenco colorido de pícaros, bandidos, brujas, golems y momias llevados a esos tremendos días de enfrentamiento en la frontera romántica del género western. El caso es que por fin en español llega la obra que encumbró a Cullen Bunn y Brian Hurtt. Recopilada en seis volúmenes integrales llegarán de la mano de Norma Editorial. Ya tenemos el primero que pese a su apariencia tochal os aclaro que lo devoré en dos sentadas. Porque es un no parar.

Una obra que jamás fue traída a nuestro país hasta ahora. Y ha sido Norma la encargada de editar esta genial edición que pienso completar sí o sí. Porque sí friends, yo fui y soy, uno de los cansinos que lleva pidiendo hace tiempo la publicación de esto aquí. ¿Vampiros, hombres lobo, zombis, piratas, ninjas? Vamos, por Dios, son personajes o estereotipos constantes que no van a defraudar al buen friki y eso Bunn lo sabe. Tan fácil como ser uno de ellos, escribir sobre lo que te gusta y hacerlo bien con pizquitas de originalidad. Porque eso es, en definitiva, El Sexto Revólver. Y si encima le das a casi todo lo literario, si eres un lector salvaje y ávido fan de la novela western o derivados como la novela policíaca o negra, esto te puede maravillar muy mucho. ¿Aventura sobrenatural con zombis es otra forma de definirla? El pulso lo tuve a mil. Recordaba una y otra vez el Witchfinder, de Mignola; llamado aquí Cazador de Brujas, serie publicada también por Norma Editorial, que tiene el mismo tono maravilloso de ambientación.

Me gustaría decir que Bunn y Hurtt devastaron mis prejuicios y me convencieron por su genial compenetración en la obra. Se nota bastante cuando un tándem «se lleva bien”. Se nota, sobre todo, cuando terminas un cómic y estas feliz de haberlo leído. Nerviosillo/a e interesado como para querer saber más de ese armamento forjado por el diablo y aquellos malditos que han decidido usar las pistolas como arma para la fabricación de cadáveres…, por ejemplo. Y mira que me parece difícil hacer una buena historia mezclando vaqueros y no-muertos, pero Bunn y Hurtt, para más inri, le dan a la historia ese toque de inquietud de Abierto hasta el Amanecer o 28 días después que crea en el lector el miedo constante de que te pueda aparecer algo raro en cualquier momento. ¿Un demonio confederado que empuña un sable? Otro ejemplo. Y aunque suene casi ridículo aquí, así definido por mí, os aseguro que más de un malo-maluto de El Sexto Revólver, cuando menos, os inquietará.

En concreto, El Sexto Revólver tiene lugar en el Lejano Oeste de finales de 1880. La historia se centra en un conjunto de seis pistolas, cada una imbuida de poderes oscuros, cuyo portador de cada arma puede ganar una habilidad única y estará atado a la pistola hasta su muerte. Los protagonistas principales, Becky Montcrief y Drake Sinclair, intentarán reunir las seis y así conocer sus oscuros secretos. Los antagonistas de la serie incluyen al General Hume y sus cuatro jinetes, los Caballeros de Salomón, la Espada de Abraham y la Bruja Gris. Este primer integral comprende los dos primeros arcos Los Dedos del Muerto (Cold Dead Fingers) y Encrucijadas (Crossroads). En el primero, Drake Sinclair buscará la sexta pistola, que cree que le da acceso a la bóveda del General Hume, que se rumorea que está llena de tesoros que Hume había acumulado durante la Guerra Civil. Su búsqueda lo lleva a una chica llamada Becky Sinclair, que está ligada a una de las mágicas armas después de que su antiguo dueño fuera asesinado. Persecución, acción y una buena primera toma de contacto que en nada te pone «in media res».

En Encrucijadas, Drake, Becky y Gord intentarán descubrir los secretos de Los Seis mientras varios agentes del mal intentan apoderarse de las pistolas. En el proceso se darán cuenta de un hecho curioso: el conjunto de estas armas podrían rehacer el mundo. Un mundo lleno de horror en el que cada vez se hace más dificil sobrevivir con tanto devora-carnes. Fabulosa esta trama. Por lo que maravillosa serie, maravilloso cómic y serie nominada en su día a los Harvey y Eisner.

Cómic que rompe expectativas.

Reseña: Melvin Monster, de John Stanley

En su constante publicar de joyitas de cómic de Terror, Diábolo Ediciones trae a nuestro país una joyita del pasado como es Melvin Monster. Humor y horror, esa mezcla que si está bien hecha es puro flipe por las sensaciones que deja. Como he leído por ahí: Melvin Monster es un puntazo de buena fe. El tipo de cómic que parece destinado a niños pero que disfruta, por encima de todo, el adulto. Y añado yo:  por encima de este, el fan, el friki, el amante del buen cómic clásico que algunos llevamos dentro. Saca a la luz el niño que está en nuestro interior, ese que si le ayudas y le das «comida», nunca se va. Recordad friends, que nunca debéis dejar ir la juventud, el saber difrutar de todo, es bien. Si maduras, te pudres. Eso no lo olviden nunca. Adultos que disfrutan de sus gustos sin un ápice de vergüenza o incomodidad. Melvin Monster es disfrute y al que no le guste que no mire, como decía la canción.

Volviendo al sendero reseñil, lo que es interesante para mí es cuán frenéticas y maníacas son estas historias. Especialmente, en comparación con los cómics por los que Stanley es más conocido. ¿Qué no le conocéis? Si hombre si, John Stanley (1914-1993) fue un dibujante y escritor de historietas estadounidense que llegó a ser mundialmente conocido por ser autor de La Pequeña Lulú entre 1945 y 1959. Aunque algunos viejóvenes de por aquí conocimos la serie animada en TV en los años 80. Si bien era conocido por escribir guiones, Stanley también dibujó muchas de sus historias, incluidos los primeros números de Little Lulu y su serie derivada Tubby. Su especialidad eran los relatos humorísticos, tanto con personajes licenciados como de creación propia. Fue definido por grandes críticos como «el dibujante más consistentemente divertido». El maestro C. C. Beck (co-creador de Capitán Marvel) comentó en su día: «Los únicos libros de historietas que disfruté de pequeño venían de la mano de Stanley. La pequeña Lulú y el Pato Donald».

Melvin Monster es para mí esa joyita que uno descubre de un autor famoso por otra serie. Una que parecía reservada para mí. Si bien estas viñetas clásicas son igualmente divertidas, proporcionan una sensación un poco más estructurada que lo que uno podía encontrar en La pequeña Lulú. Se gasta la misma cantidad de tiempo en la preparación que en la entrega del cebo pues aquí Stanley simplemente apila ideas una sobre otra que son maravillosas para desplegar desde ahí a otros «senderos». Refleja las mismas sensaciones que tenía de pequeño cuando leía las revistas MAD. Un cúmulo de ideas por desarrollar -café, cacao o azafrán-, las especias más preciadas en esencia. Y una tras otra. Una tras otra. Donde esplenden además las virtudes del personaje (el pequeño monstruo solo quiere ser amable, horrorizando a sus padres, y a la comunidad de monstruos en general) lo que conduce a capítulos llenos de inspiración que si en principio pueden parecer ridiculos, al poco, te ves inmiscuido en el proceso de cambio y quedas atrapado/a y maravillado/a para siempre. Os lo aseguro. Y siempre que améis el Terror en todas sus formas, por supuesto. Como cuando Melvin sin darse cuenta hace saltar por los aires a su propio colegio, para alegría de mamá. Pero el talento y el sentido de la oportunidad de Stanley hacen que todo parezca fresco y atractivo. ¿Estamos hablando del tipo de historias en la que el monstruo hace cosas malas porque lo malo es acto ejemplar para ellos, justo al contrario que para los humanos? Sí, es ese tipo de historias que tanto han promovido actualmente pelis como Hotel Transilvania. Esa es la idea. Pero aquí estamos ante la fuente de esa idea. Y es maravilloso poder tener estas viñetas, este tomo recopilatorio en mano.

Por poner alguna pega, mi única queja es la falta de información de fondo o introducción. El diseño de este volumen es encantador y aprecié mucho la decisión de darle a la reproducción un aspecto amarillento, como si estuvieras leyendo cómics antiguos originales. Pero me frustró que no proporcionaran (a mí y, sobre todo, al lector que llega de nuevas y es flojete para investigar) más información, por minúscula que fuera, sobre los orígenes de la serie. Únicamente se añadde una breve bibliografía de Stanley al final. Pero esto pasa porque Diábolo Ediciones nos tiene muy mal acostumbrados. Siempre nos mete en sus volúmenes información a cascoporro que es muy agradecida de tener, leer y conservar. Cada tomo-joyita normalmente viene repleto de información. Pero a lo que vamos. Amigos amantes del buen cómic, no os lo perdáis. Un brindis al Terror mezclado con humor.

Reseña: American Vampire 1976, de Scott Snyder, Rafael Albuquerque y Dave McCaig

Quién si no iban a encargarse del regreso a librerías de American Vampire. Scott Snyder y Rafael Albuquerque regresan con uno de los títulos que los pusieron en el candelero como tándem genial a tener en cuenta. Una nueva visión al cómic de terror con una visión muy oportuna de lo que es, o mejor dicho, fue el país de la hamburguesa con patatas fritas. Han pasado cuatro años desde que Scott Snyder y Rafael Albuquerque trajeran al noveno arte American Vampire. Pero ahora este tándem de creativos se une de nuevo en un volumen que ECC Ediciones recién publica en nuestro país y que recopila los diez números que componen la miniserie. Nos trasladan a una década especialmente trascendental para ofrecer una mirada diferente a la historia estadounidense. Un volumen que además contiene la segunda entrega de American Vampire Anthology, compilación de historias cortas en las que un variado elenco de autores visitan el mundo creado por Snyder, Albuquerque, y no se os olvide, el eterno-dios-maestro, el señor Stephen King.

Después de explorar el rockabilly de la década de los 50s, los albores de la carrera espacial y dentro de esos años llevar el tema vampírico de una forma especial; American Vampire 1976 da un salto hacia el bicentenario de los Estados Unidos con un Skinner Sweet letárgico que aún se aclimata a ser convertido en humano después de décadas de vivir como uno de los no muertos. Claro, esto va, para el que ya conozca la obra anterior e inicial de American Vampire. Si no, os recomiendo que antes os hagáis con ella y la disfrutéis. Para así, ahora, en este tomo, encontrarse con un ser temerario que desafía a la muerte y que realiza trucos en un enorme país que tiende al apocalípsis, a la soledad, donde se deambula por lugares que el tiempo y la erosión agotan como ferias deterioradas y puebluchos en decadencia. Skinner anhelando emociones y los poderes que tenía como vampiro, mientras todo lo que le rodea intenta seguir adelante sin él. Mientras tanto, el resto del elenco tendrá que lidiar con nuevas amenazas mientras un antiguo Mal resurge y comienza a acumular suficiente poder para sumergir este-mundo-agotado en una oscuridad aún mayor.

Lo he dicho en más de una ocasión. Es terriblemente chulo como se nota el aire, el ambiente y la mano de Stephen King en American Vampire. No sé como lo hace, si su sola presencia basta o solo son sus consejos argumentales, pero el guión de American Vampire huele mucho a él. Una influencia que parece haber sido absorbida por los autores de la obra principal. Un cómic que siempre diré que podría ser una continuación u off-topic perfecto del libro de King, la genial The Stand (Apocalípsis). Tiene ese poderoso ambiente de desgracia en lo que nos espera en cuanto el mundo comienza a irse a pique.

Se siente mucho en American Vampire la presencia del Rey del Terror.

Por otro lado, con la posible excepción de Batman, no hay ningún personaje que Snyder haya creado que tenga una comprensión más firme que la voz que tiene Skinner Sweet. Incluso fuera de la visión del vampiro eterno y original que busca “entretenimiento” por el mundo, en 1976, en principio, dicho personaje anda más en un segundo plano. Pero cuando toca, Snyder lo lleva a un salto en el tiempo narrativo que justifica esa espera en el backstage y queda genial. Si bien se siente como el comienzo de una nueva historia, este es un volumen que recompensa a los lectores que estén actualizados en el título. Hay suficiente exposición para refrescar la memoria con aventuras pasadas. Insisto en que lectores que nunca antes hayan leído un número de American Vampire pueden sentirse un poco perdidos. Snyder entreteje las tramas para hacer que los paralelismos se sientan casi en cada página.

Albuquerque se desliza de manera similar para traer de vuelta el mundo de American Vampire sin problemas, junto al colorista Dave McCaig. Desde carnavales sórdidos en el suroeste hasta una cruda visión de la ciudad de Nueva York en medio de un crimen desenfrenado y discotecas repletas de gente que vive como si fuera su último día. American Vampire 1976 pisa el acelerador a fondo desde sus primeras páginas, regresando con suficiente sangre y furia para que la espera -en la que andábamos mucho- valga la pena. Esplende como Snyder y Albuquerque claramente se divierten con esta obra.

Reseña: Tomb, de Antonio Suchs y Kundo Krunch

Con ganas, la inspiración y el equipo adecuado, sí que se consigue hacer buen Terror en este país. Una buena gama de ilustradores españoles tenemos desde los gloriosos años 80, eso está claro y de eso nadie se puede quejar. De hecho, a día de hoy, tenemos bastantes compatriotas trabajando en el mercado europeo y USA. Y muchos de ellos destacando y ganando premios importantes. Pero en cuanto a guiones… Ay. O no se confía en la gente adecuada, o no destacamos demasiado. Sin embargo, muy de vez en cuando aparecen muy buenos cómics como es el ejemplo de Tomb. La excepción que confirma la regla. Cómics por los que hay que dar gracias al apoyo necesario y la iniciativa que dan a autores, grandes editoriales como Dolmen. Una editorial ya con bastante nombre en nuestro país por el tremendo trabajazo que está haciendo de recopilación con el mejor cómic europeo.

Tomb ya atrae con su portada. ¿Mis sensaciones? Correcto, lo que me llevó a querer saber más de este cómic que se acaba de publicar es el atractivo dibujo de Kundo Krunch y como recuerda directamente al Mignolaverso y toda esa serie de autores que la componen. Y porque el género gótico: vampiros, fantasmas y hombres lobo, bien ideados, siempre van a tener mi atención. Y aunque para muchos puedan resultar temas manidos, a mí personalmente me trasladan a un mundo de tinieblas, a ciudades, entornos y pueblos aislados donde a media tarde ya andan cubiertos por la niebla. ¿Qué en estas historias es muy dificil innovar? Estoy de acuerdo. ¿Qué Sachs y Krunch lo consiguen ligeramente? También. Ya solo imaginar un Madrid oscuro muy al estilo del Londres victoriano, me gustó. Porque pasa que incluso los autores españoles solemos ubicar este tipo de historias directamente en países del Este o en lugares tenebrosos de renombre. Pero sí que es cierto que España, la España profunda como la llaman algunos, tanto la de siglos pasados como la de principios del siglo XX donde había más hambre y horror que pelos…; no deja de ser un lugar ideal para estas tramas terroríficas.

Además, el argumento de Tomb es tan original como diferente. Un asesino en serie condenado a muerte recibe una oferta de un hombre lobo que quiere montar una funeraria con oscuros propósitos. Nos vamos a la cárcel de Porlier, en Madrid, en los pasados años 40. Marcel es quién recibe la visita de este ser de la noche que le propone salvar la vida una vez sea ejecutada la sentencia. No obstante, ¿quién dice no a aferrarse al último resquicio de cuerda que te salva del precipicio? Ya puede aparecer quien aparezca (en este caso, un hombre lobo de más de trescientos años de edad, propietario de una funeraria en el barrio de Maravillas) que cualquiera se agarraría a ese clavo ardiendo. Pues la propuesta es exactamente eso: una aventura de pánico, resurrección y asesinatos, un guión con la muerte muy presente…

Os contaré también que la ejecución y desarrollo de la trama de Sachs en ciertos momentos da bajona argumental. Pero todo se reinicia con la ambientación que consigue junto al ilustrador en algunas viñetas. Tomb cuenta con un final raruno que a algunos les puede gustar más o menos, pero, en mi opinión, nada que objetar porque pasa constantemente en las obras de Mignola y, sin embargo, siempre quedo encantado con el viaje.

El tema visual de este cómic es maravilloso.

Mi enhorabuena a los autores.

Reseña: Redneck Vol.1, de Donny Cates, Lisandro Estherren, Dee Cunniffe y Joe Sabino

Los doce primeros números de una serie de vampiros que no he podido parar de leer. Quizás sea la época de frío y nieve que tenemos encima, quizás haya sido el disfrutarla junto a la chimenea sin ruido alguno, quizás, es que vuelven a estar de moda los vampiros, sobre todo, con series de TV tan interesantes como Chapelwaite o Misa de Medianoche… O simplemente que no esperaba que Redneck, del siempre genial Donny Cates y el dibujante Lisandro Estherren, me gustara tanto. Para quien no lo sepa, en USA, el término “redneck” (cuello rojo), se usa de forma común y vulgarmente para hablar de forma peyorativa de un campesino de la América profunda normalmente sureño. A lo que en su día se le llamó un “poor white” (un pobre blanco). Usar el término «redneck» es despectivo en la forma que aquí podríamos usar de forma malintencionada la denominación «cateto». Aunque estos norteamericanos siempre tiran más hacia la forma pobre y desaliñada de vivir, cuya escopeta suele ser su bien para todos los males. Lo de «cuello rojo» proviene, en realidad, por la quemaduras solares que se encuentran en el cuello de estos agricultores al estar tanto tiempo agachados labrando el campo, dado que raro es el que se puede permitir maquinaria para ello.

Pero eso es otra historia.

Donny Cates… ¡¿por qué sigues haciéndome esto ?! Redneck es serie de cómics que publicó Image Comics en USA y que ECC Ediciones ha decidido traer a nuestro país en tres geniales integrales en tapa dura. He aquí el primero. El guionista Donny Cates cuyo trabajo sigo fervientemente con lecturas que me llevaron a Babyteeth, Relay, The Ghost Fleet, Interceptor (Cates mostraba vampiros en el espacio), God Country, Star Trek: Waypoint, Deviations… Tras todo esto. Tenía muy claro que no se me iba a escapar esta oportunidad de leer su trabajo en español, donde junto al artista Lisandro Estherren, el colorista Dee Cunniffe y el rotulador Joe Sabino empaquetan una historia bestial, visceral e intrigante en todos los niveles.

Pues en Redneck este conjunto de autores, nos llevan a saber de vampiros de acento sureño, una antigua familia de vampiros que vive en la zona rural de Texas. Los Bowman. Unos seres de cuidado que han estado viviendo en un pueblecito durante décadas, escondiéndose silenciosamente tras un negocio local y siguiendo reglas muy estrictas para evitar problemas mientras beben sangre de animales. Pero cuando los Bowman más jóvenes salen a pasar la noche por la ciudad, las cosas terminan siendo bastante problemáticas para la familia. Llegando a desatar lo peor. Pero no dejan de ser vampiros que parecen estar en desacuerdo consigo mismos. La mayoría no quieren ser lo que son. Aunque tienen que sobrevivir. Son dueños de un asador y crían su propio ganado en la granja. Viven de la sangre de ese ganado y usan la carne para venderla en el restaurante. Luego usan el dinero que ganan para comprar más ganado y comenzar el círculo de nuevo.

Además, se rodean de algunos “familiares” que les trabajan haciendo cosas que ellos no pueden hacer durante el día. Es un pequeño sistema que funciona hasta que Bartlett lo arruina todo tras una noche de fiesta. Y ahora uno de los suyos ha muerto. Y para más inri la gente del pueblo se enteran del secreto y van a por ellos. Y JV ha encerrado a estos jóvenes en el sótano para evitar que hagan algo imprudente y estúpido otra vez. Solían tener un credo por el que vivían. Cuando uno de los suyos era asesinado, independientemente de los hechos que los rodeaban, se marchaban del pueblo no sin antes exterminar a toda alma viviente. Y sabiendo esto los más jóvenes claman venganza. Pero JV está tratando de ser más diplomático esta vez, tratando de aclarar los hechos antes de que todo se vaya a pique.

Donny Cates es uno de esos guionistas que amo y odio. Lo amo porque todo lo que escribe es bueno. Es genial. Y ahora mismo está rozando la cima con sus trabajos. Por otro lado, también lo odio porque tiene ideas muy chulas que encima las lleva a cabo demasiado bien. Es tan bueno que hace que el resto de los que intentamos ser guionistas/escritores de renombre, parezca que estamos arrojando mierda a las pantallas de nuestros portátiles. Con Redneck ha creado algo enorme. Una colección que la quiero tener sí o sí al completo en mi cómicteca en la sección de joyitas de temática con vampiros. No queda otra. Haceros un favor si habéis leído hasta aquí y pillad ya este primer integral y decidme si estoy equivocado y esta historia no es indispensable de tener, o al menos, disfrutar.

Reseña: Guía del Club de Lectura para Matar Vampiros, de Grady Hendrix

La pregunta que más me llega por diversos medios es: «¿Estás preparado para Halloween?». Si me conocieran bien sabrían que nací preparado para Halloween. Que nací en una noche de viento y tormenta y que me enamoré de esa sensación de miedo constante al poco de nacer. Que esa sensación que tiene el ser humano a poco que el clima empeore, me inspira lo más grande. Que amo el género de Terror en todas su facetas. Que lo que más disfruto es una buena historia de Terror con todos sus avíos de sofá, palomitas, mantita y libro, cómic, serie o peli delante de mi persona. Que para mí todos los días del año son Halloween. Y por eso que duda cabe que octubre es el mes que más disfruto. De hecho, es el mes que más veces sonrío, sobre todo, cuando veo a mi hijo pequeño correr tras los dulces de chocolate rodeados de fantasmas, vampiros y brujas. O una década y media ya viendo a mi hija mayor (cuyo nombre se puso en honor a la mejor escritora de Misterio de todos los tiempos) ilusionada con la época, disfrutando desde hace años a todo lo que concierne esta festividad. Porque en casa somos así. Disfrutamos Halloween fuera de todos los comentarios troles que se refieren a que no es una fiesta nuestra y demás. ¿Nuestra? Siéntete ciudadano del mundo, friend, y luego me llamas. Así nunca estarás solo.

Tras un año en el que nos hemos visto en crisis como sociedad, una de las recomendaciones lectoras que os traigo para este Halloween, es un libro que en esencia habla de eso mismo. La sociabilidad de las personas, de un grupo de mujeres y por supuesto, del Terror que las engloba. Los vampiros que acechan a una comunidad. Guía del Club de Lectura para Matar Vampiros empieza con una Nota del Autor y con un Prólogo que os pondrá los pelos de punta. Habla de las madres, de lo tontas que las veíamos cuando éramos pequeños y del palo que te llevas al madurar y ver que no han sido otra cosa en la vida que escudos humanos sobre nosotros. Seres que dedicaron su tiempo a que nunca nada nos hiciera daño. A paliar el máximo posible. Cosa con la que a más de uno/a se le saltará una lagrimita. Todo antes de empezar un libro que está hecho para pasar miedo… Por que Grady Hendrix no es nuevo en esto. Sabe lo que hace y conoce y ama el género casi por igual. Es autor del mejor ensayo sobre libros de Terror ochentero que se puede recomendar (¡Qué no tiene edición en español!), la joyita que es Paperbacks From Hell, que nunca entenderé como no existe en el segundo idioma más hablado del mundo.

Tras leer esta novela decidí tener un día de reflexión sobre Guía del Club de Lectura para Matar Vampiros (The Southern Book Club’s Guide to Slaying Vampires). Llevo unos meses pensando en como acabar un relato de vampiros que tengo comprometido con una editorial y ya sabéis algunos y algunas como jode encontrar una idea que creías tuya en la obra de otro compañero. Tras leer el libro he decidido que el relato siga en el cajón. Porque nadie tiene la culpa que Hendrix sea un gran autor y que vaya unos años por delante de este que os escribe. Y no pasa nada. Además tiene frases tan buenas como “Con este libro, quería enfrentar a Drácula contra mi mamá”. Y ante eso, poco puedo decir.

Aunque no sea una pelea justa.

Guía del Club de Lectura para Matar Vampiros sigue a Patricia Campbell. Una esposa, madre y ama de casa extraordinaria. Su esposo es un adicto al trabajo y sus dos hijos se están convirtiendo en adultos que tienen intereses muy diferentes y que los mantienen ocupados. Patricia también cuida de su suegra, que vive con la familia, ya que sufre demencia. La única vez que Patricia logra escapar de la interminable lista de tareas que presenta la vida familiar es cuando puede relajarse en las reuniones del Club de Lectura. El club está formado por un grupo cercano de amigas que disfrutan leyendo verdaderas novelas de misterio, aparte de charlar sobre la familia y hablar de asesinos en serie a la vez. Pero una noche, después de una reunión, Patricia es brutalmente atacada en su propio jardín y no sale ilesa. Es por esta época cuando conoce al apuesto desconocido James Harris. Un tipo guapo, encantador y culto que gradualmente se hace amigo de Patricia y se establece como miembro respetable de la comunidad de Mt. Pleasant. Patrica (que no es tonta) cree que la llegada del nuevo vecino está relacionada con algunos niños desaparecidos o extraños suicidios que se están dando en un pueblo vecino. Patricia está convencida de que James Harris tiene algo que ver.

¿Todo muy Noche de Miedo (Fright Night), la genial película de Tom Holland? En sensaciones, muy similar. Con lo que para mí se volvió un libro chulísimo imposible de no seguir leyendo. Y es que Guía del Club de Lectura para Matar Vampiros goza de una lectura adictiva desde el principio. Tiene buen ritmo y se disfruta muy mucho del estilo de escritura ingenioso y agudo de Hendrix. Está ambientada en un Charleston agradablemente que te traslada a finales de los 80 y principios de los 90. Ese mismo entorno que muchos hemos vivido en primera persona y que tiene además ese toque a El Tiempo Entre Costuras con momentos de personajes contando sobre el hogar, la vida familiar y el drama de amigos y amigas que chismean sobre los acontecimientos del vecindario. Momentos que queramos o no, atrapan. El alcahueteo es un droga. Aunque la novela luego arroja momentos horripilantes algunos muy gráficos, espeluznantes descripciones de lo que James Harris les hace a sus víctimas, eso sin contar con el espantoso y brutal final.

Una experiencia terrorífica brillantemente elaborada que no me cabe duda llegará a formato visual.

Reseña: Yo, Vampiro (Integral), de Joshua Hale Fialkov, Andrea Sorrentino, Daniel Sampere, Fernando Blanco y Szymon Kudranski

Tras los zombies (que fueron los primeros monstruos con los que me topé cuando tenía casi cinco añitos), con los vampiros he tenido mis más y mis menos. Con ellos voy por épocas. Después de haber leído mucho-mucho sobre ellos, tanto historias basadas en hechos verídicos como de seres relacionados, teniendo en cuenta el país de procedencia de la leyenda; me he llegado a dar cuenta que me atraen más, o menos. Quiero decir, depende del lugar de donde provenga de la historia, el modo en el que se abarque el tema vampírico y la época del año en la que estemos, me entran bien o no. ¿Un ejemplo? La primera vez que lo intenté con Drácula, de Bram Stoker, fue un verano de mucho calor y lo leí a pie de playa. No me gustó, no entraba en sintonía (como digo yo), no me enganchaba la historia. Unos quince o veinte años después, lo intenté otra vez. Volví tremendamente excitado tras haber leído una maravilla de relato de Alexei Tolstói (primo del famoso), llamado La familia Vurdalak (1839). Una forma diferente de ver a los vampiros. Y así me quise enfrentar de nuevo al clásico por excelencia. Empecé un día gris y frío de noviembre y lo terminé una semana después, un día gris, lluvioso y oscuro de diciembre.

No pasó lo mismo con Yo, Vampiro. En su día, leí sus dos primeros números y me gustaron mucho. Pero no quise leer más. Algo que digo bastante es que a estas alturas veo rápidamente si una historia se puede seguir lentamente o si es mejor devorarlas de un tirón. Me ocurre con las series de TV. Y Yo, Vampiro «lo pedía». Nadamos en una época donde todos alucinamos con un tremendo mar de integrales que se publican casi cada mes y Yo, Vampiro tenía que leerse así. Pese a sus 19 números. Y mis ruegos llegaron de alguna forma al centro de mando de ECC Ediciones que acaba de publicar este mes esta maravilla de integral. Una obra de Joshua Hale Fialkov (He-Man y los Masters del Universo) y Andrea Sorrentino (Joker: Sonrisa Asesina), una tremenda obra en la que también participan Daniel Sampere (Flash), Fernando Blanco (Batwoman) y Szymon Kudranski (Superman). Y todo con una máxima en condicional que pone los pelos de punta:

¿Qué pasaría si la última esperanza de la humanidad fuese un vampiro?

Joshua Hale Fialkov ya me demostró lo que era capaz de hacer con horror puro en Tumor y Echoes. Pero cuando se publicó Yo, Vampiro se enfrentaba a una tarea abrumadora, a un frente de batalla casi perdida: los fans de Crepúsculo. En el deseo de DC de llegar a todas las audiencias, lanzaron esta serie con romance intrínseco entre vampiros para atraer a más adolescentes y madres de mediana edad que le hicieron ganar a Stephenie Meyer una fortuna. Pero lo que se le ocurrió a Joshua podría asustar a esas mismas personas que llevan camisetas «Equipo Edward Cullen».

Yo, Vampiro presenta un romance oscuro, sangriento y retorcido entre un vampiro (cazador de vampiros) y la Reina de la Sangre. Un enorme arco con subtramas que empieza con dos narrativas distintas que se superponen y se entrelazan. La primera muestra al vampiro Andrew convertido en cazador de vampiros matando seres de la noche, mientras que por otro visualizamos a la reina Mary debatiendo con él las diferentes filosofías sobre ser criaturas no-muertas y a la vez no morir en el intento. Ambos geniales para crear una atmósfera aterradora y temperamental por lo que se cuenta, pero la segunda historia termina siendo más interesante porque llega al corazón de cómo estos dos amantes se convirtieron en enemigos. Mary preferiría ser un monstruo chupa-sangre, orgullosa, egoísta como todo ser que sobrevive cual león en la sabana. Antes eso que ser un simple humano dócil con sus preocupaciones y vidas de mierda. Es entonces cuando Andrew se arrepiente de haberla convertido en lo que es y está decidido a matarla para salvar el mundo. Mientras tanto, los dos coquetean entre una poderosa tensión sexual similar a una tormenta que se viene hasta romper sobre sus/nuestras cabezas. Sensualidad y sexualidad de forma abierta antes de…

Una escritura hábil salpicada de información sobre los diferentes poderes y debilidades de los vampiros. Con el paso de las tramas establece un mundo de conflicto entre el bien y el mal, el amor y el desamor, la luz y la oscuridad. La sangre o la vida. Porque no tienen por qué ser sinónimos, si no se quiere. ¿O sí? Dos amantes que tienen mucho que decir en la DCU pese a ser una historia que se puede leer indistintamente y fuera de todo concepto súper-heroico. Aunque mola ver como Fialkov vincula sutilmente el eje de la trama de manera excitante poniendo a estos vampiros en desacuerdo con los héroes con capa que controlan el mundo.

Fialkov y Sorrentino han tomado los conceptos más inverosímiles y lo han convertido en éxito en este tochal que ningún amante de los chupa-sangres debería perderse. Se hace difícil no usar esta reseña como tributo para difundir el evangelio de Yo, Vampiro. Se hace difícil no elogiar la serie como testimonio de la calidad de unos creadores que parecen haber encontrado una armonía grupal para dicho trabajo. Un trabajo donde todos apuntan en la misma dirección. Pero tambíen se hace difícil no decir que el final de Yo, Vampiro, sobre todo, significa el último aliento del compromiso de DC con personajes que no pertenecen a la Liga de la Justicia…, con personajes que nunca se deberían olvidar.