Reseña: Loira, de Étienne Davodeau

Cuando Louis recibe una invitación de Agathe, se conmueve un poco. Le intriga. Hace mucho tiempo de aquello y aunque nunca volvió a saber de ella, nunca la olvidó. Louis tiene recuerdos deslumbrantes de los pocos años que pasó con ella a orillas del Loira por eso no puede resistirse a la idea de tomarse unos días para volver a la luz del río y la sombra de aquella mujer. Pero decide ir hacia el lugar de encuentro que Agathe le indicó por correo electrónico…

Es por la tarde. Hace calor. Louis camina con gusto por el río y en una playa decide refrescarse antes de llegar. Se desnuda y entra al agua. Error. Pierde el equilibrio y comienza a desviarse. No entra en pánico y se deja flotar sin luchar. A pesar del peligro, se siente bien. El problema es que empieza a oscurecer y la corriente deposita a Louis en la otra orilla. Allí está desnudo, teniendo que caminar unos kilómetros para llegar al puente y volver al otro lado. Espera la noche oscura y comienza este largo paseo que al final resulta bastante divertido, y que luego describirá como mágico. Pero llega el amanecer. Y Agathe obviamente no está. Su casa parece vacía. En ese momento no sabe nada de lo que vendrá después. No sabe nada de la sorpresa que Agathe tiene reservada para las personas que la amaban…

Ediciones La Cúpula sabe del poder narrativo y comiquero que tiene Étienne Davodeau. Loira es el tercer título que publican en nuestro país, otra de las publicaciones por las que los amantes del buen cómic europeo damos las gracias porque con Loira, una vez más, Davodeau consigue conmoverme.
Loira es una continuación de Lulú, mujer desnuda (https://www.lacupula.com/catalogo/lulu-mujer-desnuda-integral/) y Les couloirs vins. Una ficción con mucho realismo donde los personajes se revelan lentamente, tanto a sí mismos como al lector. Y si Lulú, mujer desnuda nos habló de la crisis de la mediana edad, Loira es una oportunidad para que el autor se detenga en el paso del tiempo, piense en la muerte que se acerca inexorablemente, sobre la huella que dejamos y la que nos hubiera gustado dejar. ¿Y qué podría ser más simbólico que un río para hablarnos del paso del tiempo? Frente a él, nos convertimos en viajeros inmóviles, observadores de la vida en su interior, de vidas cortas; un lugar como el nuestro en el que suceden una y otra vez las estaciones que nos pasan por encima como el viento.

Tenemos un álbum que ofrece muchas escenas contemplativas de las que emerge una forma de apaciguamiento, de serenidad ante este flujo inevitable. Al mismo tiempo, Étienne Davodeau compartirá con nosotros el encuentro de los antiguos compañeros de Agathe, centrándose más particularmente en Louis, el mismo que desde el inicio de la historia se deja llevar por la corriente. Louis, que realmente no sabe lo que está haciendo allí pero tampoco quiere estar en ningún otro lugar. Louis que piensa en el paso del tiempo, que quiere ser padre e incluso abuelo. Louis, que se verá ante el final de su vida casi en un suspiro como tarde o temprano nos sucederá a todos.

Una vez más, los personajes interpretados por Étienne Davodeau me hablaron. Una vez más el simbolismo que utiliza me pareció acertado. Una vez más me ha conmovido.

Reseña: Armada de Locura, de Bryan y Mary M. Talbot

Ediciones La Cúpula va trayendo poco a poco las colaboraciones que Bryan Talbot y Mary M. Talbot han ido teniendo desde principios de los dos miles. Tras la La virgen roja (https://www.lacupula.com/catalogo/la-virgen-roja/) y Lluvia (https://www.lacupula.com/catalogo/lluvia/), ahora llega Armada de locura, donde como bien dice la sinopsis, se arroja luz y a la vez se celebra una viñetada sobre una de las grandes voces de la historia del arte, la vida de una mujer que, tanto en su vida como en su pintura y sus escritos, se mantuvo enfrentada a los dogmas de su tiempo.

Leonora Carrington (Inglaterra 1917 – Ciudad de México 2011), una pintora surrealista y escritora inglesa nacionalizada mexicana. En resumidas cuentas, Armada de locura, celebra la vida y la carrera de una artista y una mujer verdaderamente notable. Sentí al leer esta novela gráfica que estaba ante el enfoque perfecto para representar la historia de Leonora Carrington, con el arte antropomórfico de Bryan Talbot complementando el surrealismo del propio arte y pensamiento de dicha autora. Anteriormente no tenía conocimiento de esta figura ni de la influencia que tuvo en la escena del arte surrealista mexicano, por lo que fue fascinante interactuar con ella de una manera tan visual en un cómic medio diabólico sobre una curiosa artista y escritora surrealista donde también se hace evidente la estrecha relación entre Bryan y Mary Talbot con el personaje. Yo por lo menos pude notar el amor y la investigación que se puso en este trabajo en común. Y como decía, no sabía nada sobre Leonora Carrington antes de ver a Bryan y Mary hablar sobre ella. He aprendido tanto que ahora me siento profundamente familiarizado con este personaje histórico.

La relación entre dibujo y guion está muy logrado y tenemos como resultado una novela gráfica sobre Carrington que en mi opinión es bastante destacable. Se disfruta las interpretaciones distintivas de la historia y la biografía en las historietas y este es un buen ejemplo de cómo hacer coincidir los medios con el contenido. El tema de la locura divina que recorre la historia brinda además al dibujante la oportunidad de explotar imágenes surrealistas, especialmente los símbolos recurrentes en el arte de Carrington, en su propio estilo oscuramente fantasioso. Fue y es un icono feminista. Musa renuente y defensora heredera, rebelde, refugiada y quizás la última de las grandes artistas surrealistas. Leonora Carrington desempeñó muchos papeles en su larga y extraordinaria vida; intercambiando su educación privilegiada en la Inglaterra de antes de la guerra por la élite más apasionante de la vanguardia parisina de la década de 1930. donde llegó a codearse (y más) con personajes como Pablo Picasso, Man Ray y Salvador Dalí después de embarcarse en una complicada historia de amor con Max Ernst.

Pero los demonios que han perseguido e inspirado su trabajo se están reuniendo, y cuando el mundo se vuelve loco con el estallido de la guerra y la invasión nazi, el dominio de Leonora sobre la realidad colapsa en su propio episodio psicótico aterrador. Y finalmente huye de una Europa devastada por la guerra y emerge a una vida nueva y ricamente creativa en la Ciudad de México, estableciéndose como una pintora, escritora y defensora prodigiosa de los derechos de las mujeres.

Decidme que no tuvo una vida interesante.

Reseña: Mi Amigo Pierrot, de Jim Bishop

La Cúpula se ha marcado un cómic que muchos no esperábamos. Si me lo permiten, un cómic europeo que no casa mucho con lo que los amigos del cómic nacional suelen publicar. Pero eso no quita que tengan buen gusto para publicar cositas chulas como Mi amigo Pierrot, y eso es muy de agradecer. Una verdadera sorpresa. Agradable. Un cómic a descubrir con urgencia por muchos de vosotros. Os lo digo muy en serio. Porque Jim Bishop tiene mucho talento.

Mi amigo Pierrot tiene grandes cualidades. Sus coloridos gráficos y decoración son lo primero. Ambos están fuertemente inspirados en Miyazaki, es lo primero que se os va a venir a la cabeza, está claro. En particular, El castillo ambulante, tanto por la ambientación como por la historia. De hecho, encontramos muchos elementos similares a la historia de Sophie y el hechicero Hauru en Mi amigo Pierrot; en la trama, pero también en muchas escenas, lugares y protagonistas. No es desagradable porque, como muchos de ustedes, soy un terrible admirador de Miyazaki, y porque… más de un buen jamón… como que uno no se cansa nunca, ¿no?

Afortunadamente, Jim Bishop aporta a su historia algunos elementos más personales, y una reflexión más centrada en el sentimiento de amor y en la libertad. La libertad de elegir el amor y el camino que quiere tomar uno/a en su vida. De todos modos, el autor hace algo también para contrariar al lector: elogia el romance rebelde aunque esto signifique abandonarlo todo para vivir su amor en completa libertad. Pero también vuelve a sentimientos más celosos y elogia el regreso a una relación más sabia y sincera, para finalmente regresar a la idea inicial de abandono. Incluyendo las responsabilidades parentales. Una trama que con la decisión final de la prota, os va a dejar un poco perplejos. Amor mágico, amor tóxico. A Cléa, una joven de la nobleza, se le promete un futuro brillante junto al hijo del Conde del Agua, Berthier. Pero mientras se prepara para casarse con él, tiene un encuentro de lo más inesperado con un mago callejero llamado Pierrot. Un acróbata que hace que su corazón vuelque. Encantador, galante y un poco intrigante, le ofrece el viento de libertad que le falta en la vida. Y siguiéndolo hasta su guarida escondida en el corazón del bosque, le abre un mundo maravilloso. Pero el vértigo del amor durará poco y ya las primeras lágrimas corren por las mejillas de Cléa pues tanta pasión da pronto, da paso a la confusión. ¿Quién es realmente Pierrot? Por otro lado, Berthier, angustiado, sale en busca de su prometida sin sospechar ni por un momento que esta búsqueda podría llevarlo al umbral de la locura.

Mi amigo Pierrot es un verdadero cuento para adultos. Bishop utiliza los códigos necesarios para hacernos reflexionar sobre la relación entre hombres y mujeres, sobre la libertad, la autonomía, el libre pensamiento, etc. Prisionera de una vida trazada por su madre, Cléa tiene un encuentro que cambiará su vida. Pierrot, un mago, la tomará bajo su protección, la seducirá y la hará descubrir la vida, a su manera y en todos los sentidos. La maravillosa relación del principio se irá transformando poco a poco en una relación tóxica, como si, una vez finalizada su obra de liberación, Pierrot perdiera el interés por su amada.

Edición, dibujos e historia, todo es maravilloso en este título. Realmente disfruté leyendo esta joyita que no esperaba. Un cómic realmente hermoso. Pero más allá del cuento, la transición de la niñez a la edad adulta está bien resaltada y, en última instancia, plantea la única pregunta real: ¿Cuándo abandonaste tus sueños para establecerte en la realidad?

Reseña: Noches de Zipango, de Hideshi Hino

Hideshi Hino es un mangaka especializado en historias de Terror. Otro de los recomendables a leer para el amante del género junto al gran Junji Ito. Se puede decir que ambos son los máximos exponentes en nuestro país, sobre todo, porque son los únicos cuyas obras se están publicando con regularidad. Ediciones La Cúpula es la culpable de que podamos hacernos con estos magníficos relatos de horror cortitos y en tomitos llevaderos y disfrutables. Tienen en catálogo los volúmenes de El niño gusano, La serpiente roja, Historias de la máscara, El hombre cadáver, Panorama infernal, Interzona, La enfermedad de Zoroku, Criatura maldita, Onimbo, El hijo del diablo, Galería de horrores, Circo de monstruos, El hombre cadáver, La isla de las pesadillas… y ahora Noches de Zipango. Un nuevo volumen donde “disfrutar” de una niña que pasa sus días observando a los ratones, de una historia de niños desaparecidos que todo el mundo los relaciona con una bruja, de una mujer que cuentan que se te aparece con la cabeza vuelta hacia atrás… Toda una serie de historias macabras de personas que ya no están entre nosotros, que vivieron y murieron en la era Heisei, a finales del macabro siglo XX. Horror de un tiempo de la que ya queda poca gente que lo recuerde.

Hideshi Hino nació en China, hijo de trabajadores inmigrantes japoneses en Manchuria justo cuando Japón se rindió al final de la Segunda Guerra chino-japonesa y el vengativo movimiento antijaponés estaba teniendo lugar en el país comunista por excelencia. Su familia no tuvo más remedio que escapar a Japón antes de ser linchada por civiles chinos. Hino ha afirmado que los pocos amigos que tuvo, casi lo matan en el camino a Japón y eso lo perturbó mucho. Sus mangas, obviamente, se han basado en el horror que vivió y las leyendas que le contaron. Por ejemplo, su abuelo fue un yakuza real y su padre era criador de cerdos y tenía un tatuaje de araña en la espalda. Hino los ha representado en su manga muchas veces (como en Panorama infernal). En Noches de Zipango, Hino vuelve a traernos sus espantos, los mismos que tenemos los que estamos enganchados a sus mangas. El horror que anida en el alma humana. Tenemos aquí uno de los grandes autores a seguir. De los que aporta con sus historias algo diferente y no solo por ser un artista oriental que ya normalmente piensan diferente a nosotros, sus temores van por otros senderos. Por eso el terror japonés normalmente descuadra tanto nuestra estabilidad. Pero también dentro del género de horror, Hino es diferente. Su horror es macabro y los finales de sus cuentos no dan lugar a la esperanza… Pero ni a la más mínima esperanza. Y eso puede ser lo que más miedo da. La realidad. O que se vuelva real una leyenda que te han contado.

Noches de Zipango es uno de los títulos que más os recomiendo para este Halloween que tenemos tan cerca. Un nuevo título que va directo al lugar donde ubico las mejores historias de Terror.

Reseña: Cinema Panopticum, de Thomas Ott

Ediciones La Cúpula está publicando bastantes obras de Thomas Ott en nuestro país. Títulos la mar de curiosos a la vez que aterradores. El último cómic editado ha sido Cinema Panopticum, otro álbum que se lee rápidamente porque es totalmente silencioso, con pocas viñetas por página, pero que sumerge de una forma extraña en la trama y te hace dudar por un momento de la realidad. Es el toque que le da a sus historias este señor nacido en Zurich, un historietista germano-suizo que suele realizar breves cómics de terror con una técnica a la que llaman «carte-a-gratter» (en español, tarjeta de rascar).

Cinema Panopticum es una antología que vio la luz por primera vez en 2005. Son breves historias que vivimos a través los ojos de una niña que las visiona al activar unas máquinas en una feria abandonada terrorífica. Thomas Ott descorre el telón y nos invita a internarnos en la oscuridad de la psique humana con un ramillete de relatos que basculan entre la broma macabra y el más absoluto de los espantos, como indica la sinopsis editorial. Aunque más que un cúmulo de relatos, yo diría que es una historia unitaria y extensa que en torno a la repetición sucesiva de esta combinación de momentos vividos por la protagonista, le permite prever lo que va a ocurrir a través de una historia marco que presenta cada una de las historias.

Este álbum cuenta cuatro historias breves y silenciosas. Se trata de historias en forma de fábulas modernas, a menudo cercanas a los cuentos de terror. De hecho, no se me ocurre mejor recomendación ahora mismo de un cómic de Terror que se devore tan rápido. La atmósfera freak se ve reforzada por la ambientación de la historia principal, que tiene lugar en un parque de atracciones un tanto siniestro. Los gráficos rara vez no sorprenden. Por lo menos a mí, este estilo de diseño siempre me sorprende porque se me hace difícil ver como se consigue algo tan cuidado y detallado. Las historias son un poco al estilo Creepy en términos de escenarios, con un ligero toque de poesía añadido. La narración silenciosa es impecable y entendemos todo sin necesidad de diálogo alguno. Eso es muy difícil de conseguir. Pero Ott hace esto muy bien.

Una feria a la antigua, en la que descubrirá máquinas que la harán vivir diversas aventuras, pero todas caracterizadas por la oscuridad, un ligero humor (¡negro por supuesto!) y lo absurdo, incluso un fatalismo como aquello que enervaba en los mitos griegos. Una joven se encuentra en una feria de atracciones en una carpa llamada Cine Panopticum con capacidad para cinco espectadores. Cada uno sólo requiere un lugar. Eso es bueno, solo tiene cinco estancias, las mismas que no parecieron ser suficientes para las otras atracciones del parque. Cada espectador ofrece una historia en forma de cuento y son pesimistas.

Me encontré nuevamente disfrutando una obra de este señor. Realmente interesante y original. Sólo me queda recomendar este álbum y el resto de su trabajo. Para mí, este cómic es el más logrado por Thomas Ott hasta ahora.

Reseña: Ranx. Edición Integral Definitiva, de Tamburini, Pazienza y Tanino Liberatore

Aparte de ser un cómic que La Cúpula acaba de publicar en formato integral -un indispensable para todo comiquero-, esta reseña no es otra cosa que un hombre de muchas décadas redescubriendo una de sus lecturas juveniles. Porque Ranx formó parte de Cults, al igual que Nosferatu, Blade Runner, Mad Max y algunas otras; donde yo me lo encontré por primera vez. En esa publicación francesa que tan buenos momentos me dio en mis inicios lectores. Y ahora la oportunidad de tener todo-todito-todo recogido en un solo volumen, en tapa dura, con las curiosas aventuras de este monstruo, un cómic donde se mezcla ciencia ficción, aventuras, exotismo, erotismo… ¡Y terror! No es uno de los archiconocidos cómics de la historia pero es patrimonio del cómic europeo de culto. RanXerox es eterno.

La quintaesencia del movimiento cyberpunk. Donde la violencia se cuenta sin miramientos; sexo, drogas y violencia son la base de una trama futurista que se vende bastante bien en cuanto te pones con ella. Siete capítulos que recoge este integral, cada uno de ellos, en realidad, una aventura o publicación que Ranx tuvo en sus días. Donde destaco obviamente Ranx en Nueva York pero también ¡Ay, robot!, dos tramas que me encantaron a parte de no recordar haberlas leído nunca. Escenarios sencillos pero con atmósferas que hipnotizan.

RanXerox o Ranx es el protagonista de una serie de historietas de cómic underground creado en 1978 por el guionista Stefano Tamburini, con dibujos de Andrea Pazienza, primero, y, después, de Tanino Liberatore; tres grandes autores del país de la bota. El personaje principal es un androide violento, un anti-héroe y sí, es lo que estáis pensando. Su creador lo bautizó con el mismo nombre de la tan famosa marca de fotocopiadoras (Rank Xerox), y así aparece nombrado en la primera historieta (Los orígenes), dibujada por Andrea Pazienza. Pero los representantes de la marca le dirigieron una carta al autor y le instaron a dejar de usar dicho nombre sin autorización. Le amenazaron con ponerle una demanda. Lo que hizo Tamburini fue eliminar la letra «k» y unió las dos palabras y quedó RanXerox como nombre definitivo.

En nuestro país apareció por primera vez en la genial revista El Víbora en los 80. Como os decía, RanXerox es un cyborg amoral y poseedor de una fuerza, agilidad, y velocidad que lo transforman en una especie de súper hombre simiesco y salvaje. Lubna, su novia, es una preadolescente tan amoral como este semi-Terminator. Adicta a diversas drogas, solo cuenta con doce años pero tiene más calle que muchos de los adultos que la rodean. Vais a ver en el cómic que esta ausencia de inocencia en los personajes infantiles es algo común. Por suministrarle drogas, deshacerse de sus amantes y hacerla feliz, Ranx irá de Roma a Nueva York, ejecutará masacres colectivas e incluso actuará en Broadway. Ranx no le teme a nada, y menos al ridículo.

Un cómic rico en personajes amorales al borde de la desesperación.

A mí si que me parece Liberatore un gran pintor y dibujante. El surrealismo al servicio del lápiz o carboncillo. Y cuando hay colores, se usan con originalidad y arte. Por otro lado, quizás me dirías: ¿Por qué se necesita representar tanta violencia en un cómic? Les diría que, la realidad aquí es demasiado excesiva, pero no está demasiado alejada de lo que el ser humano es capaz de hacer. Algunos dicen que representa muy bien la política italiana. En ese tema, no sé… Pero tengo claro que es un cómic inmoral y me encanta por eso. El héroe “estúpido” y la adolescente pervertida forman un dúo muy interesante. Violencia, sangre, sexo, drogas, todo el lado oscuro de una vida que con el paso de los años, con el paso de las páginas, va quedando atrás. A quién no le va a gustaaaaaaaaaaaarrr…

Reseña: Taxista. Edición Definitiva, de Martí

Martí es un señor dibujante de este país que casi dejó todo para hacerse historietista en la eterna publicación de El Víbora. Revista maravillosa por la que muchos de los grandes del cómic de este país pasaron. Un señor que en sus obras consiguió un estilo pétreo y muy Eisner en ocasiones, que se volvía con los años ideal para ese género tan logrado y tan de moda ahora en el noveno arte como es el género negro. Dicen que sus cimas fueron Doctor Vértigo y este Taxista que os traigo hoy aprovechando que Ediciones La Cúpula lo acaba de publicar en una genial edición definitiva, que os adelanto ya, nadie debería perderse.

Taxista fue serializado originalmente en las páginas de El Víbora. Mientra lo leía, me retrotrajo directamente a aquellos benditos 80 donde siendo niño intentaba pillarle de extranjis a alguien algún ejemplar de esta revista de “cómics para adultos”. Underground ibérico. Muy de acuerdo con esa denominación. Todas las aventuras y desventuras de un taxista así como de los personajes con los que se va encontrando. Todo en un genial volumen. Donde Martí aprovechó las libertades de una España liberada de un dictador y sometida a sí misma al principio de los 80, para entregar un culebrón tan bizarro como entraño, toda una serie de historias que le van pasando a esta re-imaginación del Taxi Driver, de Scorsese.

Sin embargo, Taxista se mueve en un ambiente aún más sucio donde el autor nos sumerge con este personaje rubio, un poco «tonto» y convencido de ir por el buen camino que, sin embargo, no duda en volverse espeluznante contra la familia de depravados a la que persigue tras una muy venganza macabra. Y lo esencial se desarrolla principalmente de noche o en rincones muy oscuros en una división de pequeñas viñetas y en grandes siluetas deliberadamente desarticuladas que a mi me encantan y facilitan la lectura una cosa mala. Lo podría definir como cómic ligero para esa gente que tanta prisa tiene hoy a la hora de leer.

Taxista es una obra que se devora. Se lee en nada. La puesta en escena deliberadamente retro y kitsch podría asustar a más de uno, pero el contraste entre los dibujos y el contenido de los comentarios más bien adultos son demasiado impactantes para que no te guste. Y con una especie de humor negro a través de diálogos que molan a día de hoy. Alguien me dijo una vez que si el humor aguanta, la obra es buena. La característica línea en blanco y negro de una línea clara (que Yves Chaland no habría negado) juega con profundos contrastes como se pueden admirar en los primeros cuentos de Charles Burns. Taxista consiste, por tanto, en una persecución donde lo absurdo se codea con lo grotesco en un ritmo que al final resulta bastante agradable. Podemos verlo como una crítica a la sociedad y la abolición de los hitos más simbólicos, sobre todo, porque cada personaje se lleva con un estilo que recuerda a las tiras de las series a seguir de los semanarios de antaño. Es un poco como si Dick Tracy (otra de las grandes influencias del autor) hubiera cruzado la frontera del pensamiento correcto.

Las dos historias que componen la totalidad de las aventuras de este Taxista pueden adentrarnos en un universo lúgubre y desagradable pero que algunos sabemos que están a un paso en todas las ciudades de este país. Esos barrios obreros en un principio, que se volvieron deprimidos poco después, por la tendencia a la fácil ilegalidad que todo el mundo asume. Donde hemos visto de todo. Hablamos de vendetta, venganza y conspiraciones y podríamos simpatizar con la mala suerte que acompaña a nuestro «héroe» si no fuera tan limpio, pretencioso y vanidoso porque en definitiva es ante todo un buen tipo. Ese al que muchos consideran tonto por su bondad o porque parece que el que no es “pícaro” en este país, muy listo no es.

Mi principal crítica sería la conclusión muy rápida de la segunda historia. Pero más que nada porque duele que no exista nada más de este gran personaje. Dicen que Calvario Hills sería su secuela. Tengo que comprobarlo. Más obras de tan prolífico autor, por favor.

Reseña: Agujero Negro, de Charles Burns

¿Estamos de acuerdo con que una buena obra debe reeditarse una y otra vez, tener las ediciones que haga falta para que siempre esté disponible para todo aquel que quiera obtenerla? Creo que estáis en mi bando. Por eso, y por la película en ciernes que se acerca, es bueno que La Cúpula Ediciones haga lo que está haciendo con Agujero Negro, de Charles Burns. ¿Película en breve de este cómic? Fue en 2005 cuando el message-board de Comics Journal informó que Black Hole sería adaptado al cine. En 2006, la web de noticias Newsarama informó que Neil Gaiman y el co-guionista de Pulp Fiction, Roger Avary, adaptarían el guion. En 2008, Variety informó que la película sería producida por Paramount Pictures y dirigida por el nominado al Premio de la Academia, David Fincher (House of Cards, Mindhunter, Perdida, Love. Death + Robots). Y se informó que los guionistas Gaiman y Avary habían dejado la producción, informando que Fincher no quería usar su guion. Pero en 2010, David Fincher también se bajó del carro. Sin embargo, a partir de octubre de 2013 volvió a estar vinculado a la dirección de Black Hole y todos dimos gracias al cielo por ello. Y desde entonces el proyecto salió adelante. Y en Sundance esperamos algún año el estreno como agua de mayo.

Por eso, y quizás por muchas otras cosas, quizás es el momento que sepáis del genial argumento que aporta Agujero Negro, de Charles Burns. Un cómic con un guion apocalíptico original como pocos.

Agujero Negro fue una serie limitada de doce números escrita e ilustrada por Charles Burns y publicada primero por Kitchen Sink Press y luego por Fantagraphics. Fue publicada de forma recopilada en 2005 por Pantheon Books y traída a este lado del charco (entre otra obras del autor) por la siempre genial La Cúpula Ediciones. ¿De qué va exactamente? La historia trata sobre las secuelas de una enfermedad de transmisión sexual que provoca mutaciones grotescas en los adolescentes. Pero cuento más. Nos vamos a Seattle. A los suburbios, a mediados de los años 70. Y conocemos a un grupo de adolescentes que contraen dicha misteriosa enfermedad y vemos la repercusión en extrañas mutaciones físicas nunca vistas y como a consecuencia se convierten en marginados sociales. Muchos de ellos huyendo de casa para vivir en un bosque cercano. Pero la trama se centra en dos personajes que a menudo narran la historia. Chris, una estudiante popular y respetada, y Keith, un fumeta que parece experimentar ansiedad. El punto de vista cambia bastante (obviamente) de uno a otro. Pero están relacionados. Cuando los conocemos por primera vez, Keith está enamorado de Chris, quien es amable con él pero no le corresponde. Y es que en una fiesta Chris se enamora del popular estudiante Rob Fancicani, los dos abandonan la fiesta y tienen relaciones sexuales. Sin que Chris sepa que Rob lleva “el bicho”. Una vez que Chris se da cuenta de que ha sido infectada, ella y Rob no se hablan durante un tiempo. Keith y Chris comparten un momento en otra fiesta donde Keith venda el pie cortado de Chris. A medida que Keith se enamora aún más de Chris, ella no corresponde a sus sentimientos. Casi al mismo tiempo, Keith conoce a Eliza, una mujer joven que también tiene “el bicho”. Pero a pesar de la tensión sexual, no tienen sexo.

Mientras tanto, muchos otros adolescentes de la ciudad han contraído la enfermedad. Y empiezan a recluirse en el bosque que os comentaba. Y con la comuna formada, junto a toda una serie de sucesos, todo se torna en desgracia. Una infección no controlada que se convierte en epidemia. O pandemia. Quién sabe.

¿Os suena? Charles Burns dijo que las mutaciones provocada por “el bicho” pueden leerse como una metáfora de la adolescencia, el despertar sexual y la transición a la edad adulta. Pero creo que hay algo más detrás. Bien adaptada, puede salir un peliculón.

Reseña: Sábanas, de Brenna Thummler

Hay libros, tomos o cómics que con sólo una portada llaman la atención. Y no sería la primera vez que reivindico esto, suceso extraño en el que en nuestro poderoso cerebro contamos con un extraño radar capaz de captar en una sola imagen, una advertencia de qué paremos un momento y ojeemos eso. Ponernos en la tesitura de comprar algo porque creemos que nos va a gustar y posiblemente encantar. Sábanas hizo saltar mis alarmas en este sentido. Una de esas alarmas que creo que tengo siempre on duty por ser lector constante…, demasiado, me dicen, una y otra vez. Un cansino de la lectura de libros y cómics que hacen que me evada de esta realidad que cada vez me gusta menos.

En fin. Que me topé con una hermosa novela gráfica y una exploración sobrenatural a la amistad y el dolor que… mirad, no viene muy mal que ciertos pequeños de unos diez años en adelante pudieran empezar a leer este tipo de historias. Pues Sábanas, de Brenna Thummler, es esa chulada gráfica que os recomiendo hoy. Una exploración hermosa y conmovedora de la soledad, el dolor, la amistad y la familia; un relato que cuando lo miras con ojos de adulto resulta ser tan desgarrador como encantador y que, por supuesto, devoré de una sentada. ¿Y qué cuenta? El mundo de Marjorie parece desmoronarse tras la muerte de su madre. La familia posee una lavandería, que es su única fuente de ingresos. Mientras lucha por lidiar con su dolor y su creciente aislamiento en la escuela, Marjorie intenta desesperadamente mantener abierto el negocio, uno que se va a pique. Además de todo esto, un tipejo de mala muerte está decidido a poner sus manos en el negocio familiar y un joven fantasma ha decidido hacer de la lavandería su patio de recreo a medianoche. Un fantasmita que casi sin darse cuenta, está causando grandes problemas a Marjorie.

Jugando con la vieja idea de fantasmas que visten sábanas, la hermosa novela gráfica de Thummler deja unas geniales sensaciones tras su lectura. De esas historias sobrenaturales de “buen rollo”, de las que curiosamente sólo unas poquitas molan. Además con un concepto inusual y dulce que trata un tema muy duro pero de una forma que entra muy bien. No puedes dejar de notar que Marjorie podría ser tan real como tu propia vecina, esa con la que sólo te cruzas al tender la ropa o en el supermercado.

¿Y Wendell? Wendell es un fantasma que murió joven y se siente atraído por la lavandería, donde juega durante la noche y se convierte en sábana durante el día. Ambos niños tienen dificultades para aceptar lo que les sucedió, pero su amistad puede ser justo lo que necesitan para ayudarlos a procesar y seguir adelante yendo a -ya sabéis-, yendo hacia la luz.

Si tuviera que recomendar ahora mismo una novela gráfica a alguien sin pararme a pensar en sus gustos, su edad y su poco tiempo…, lo tengo claro, Sábanas, de Brenna Thummler, sería la primera opción. Y me da que lo sería durante bastante tiempo. Desde aquí ya rogando ya a La Cúpula para que traiga esas otras obritas de la saga que me he enterado que existen.

Reseña: Chartwell Manor, de Glenn Head

Chartwell Manor es una novela gráfica recientemente publicada por Ediciones La Cúpula. Una buena obra del veterano caricaturista de cómic independiente, el señor Glenn Head. Si bien es intrínsecamente inquietante, el cómic detalla un internado cuyo director fue culpable de abuso sexual y emocional de niños, siendo el propio Head una víctima. Pero por encima de eso, también es una obra maestra de cómo hacer un cómic autobiográfico. Un trabajo asombroso y honesto en el que un gran talento procesa sus recuerdos más difíciles para llevarnos junto con él al patetismo abrasador donde muchas veces se encuentra el ser humano.

Lo peor del ser humano.

Chartwell Manor abarca la mayor parte de la vida de Head, utilizando una estructura bifurcada en la que la primera mitad se centra en el trauma infantil, mientras que la segunda detalla las consecuencias, no solo para Head, sino también para otras víctimas de aquella siniestra escuela. Y hay una cualidad en esta historia que afina la gravedad de los eventos de manera sorprendente pues la trama está muy bien narrada; esencialmente, la narrativa es tan clara y está tan bien hecha que el lector tendrá la sensación de que algún amigo o amiga le está contando esta… tragedia.

Y como resultado Chartwell Manor es tan compulsivamente legible como difícil de procesar. Una inquietud constante lectora por las decisiones en la narración. El trauma detallado en la primera mitad involucra los dos años que Head pasó de niño en Chartwell Manor, un internado ahora desaparecido de Nueva Jersey, frecuentado por la progenie de la riqueza de la costa este. Como material promocional para las notas del libro, este es un trauma que Head tardó casi cincuenta años en procesar/asumir/decidir contar. Y la forma en que se representan los eventos es la forma maravillosa en el que está elaborado el cómic donde esplende el contexto de poder mirar hacia atrás a través de una larga vida adulta. El abuso ocurrió en los años 70, fue expuesto y el victimario fue sentenciado por sus crimenes. Pero ya sabemos que las víctimas de abusos rara vez consiguen dar un caso asi como cerrado. Te hundieron para toda la vida.

Glenn Head sabe todo esto, sabe cómo se sintió mientras sucedía todo, y sabe cómo repercutió en la vida de muchos incluido él. Dicho esto, el abuso sexual y emocional sufrido por Head y otros es impactante en esta lectura por la sencillez (¿naturalidad?) con la que se explica la historia. Se entrega de una manera clara y casi separada. Como señala Head en la introducción: “Mi objetivo al completar esta novela gráfica era ser lo más sincero posible. No hay ningún intento de hacer que ninguno de los personajes, especialmente yo mismo, sea simpático. En consecuencia, no hubo ningún intento de hacer quedar mal a nadie. Simplemente, describir mi vida tal como sucedió y lo que es más importante, cómo me sentí”.

El cómic concretamente logra esto. Y con momentos muy potentes ilustrados como la descripción fundamentada de lo que ocurrió hasta los segmentos en los que Head abusa de sustancias alucinógenas. Hay una escena donde se muestra a Head inmerso en la adición sexual en la ciudad de Nueva York, otro que muestra la explosión de sus habilidades como dibujante alternativo… y toda una serie de horrores y momentos de lucidez del autor para con su don.

Chartwell Manor es, en pocas palabras, una obra magna, una de las mejores memorias gráficas de todos los tiempos.

No hay más palabras, señoría.