Reseña: Sharkey. Cazarrecompensas, de Mark Millar y Simone Bianchi

No sé si hay compromiso de algún tipo pero en nuestro país, las obras que va pariendo el gran Mark Millar las suele traer Panini Cómics. Son historias curiosas, atractivas, con ese toque de originalidad independiente que sólo los que tienen el don saben crear. Lo que se ha dado en llamar el Millar´s World. Ha estado trabajando con Netflix durante algún tiempo en el desarrollo de sus títulos en formato peli, de ahí que muchos de su cómics los conozcáis más por el formato film. Como guionista, a muchos nos tiene ganado desde hace años. Estamos hablando del creador de The Authority, Wanted, Kick-Ass, entre otras muchas obras, pero sobre todo el que ideó la famosa y potente etapa de Marvel denominada Civil War. Ah, y también la saga de Kingsman: The Secret Service, tan de moda ahora en cines. Vamos, que como autor, os debería sonar a casi todos. Y como seguidor de todo lo que hace este hombre, ahí estoy siempre al quite por que ya os digo, son historias que no dejan indiferente.

Y con Sharkey: Cazarrecompensas lo vuelve hacer.

La historia se centra en un cazarrecompensas calvo y de piel azul, portador de un malvado mostacho setentero y una actitud sin pretensiones llamado Sharkey. Ex-miembro de una división de élite de operaciones especiales, Sharkey ahora se gana la vida como cazarrecompensas, viajando por el espacio con su camión de helados propulsado por cohetes, y cazando a los criminales más notorios de la galaxia. Después de prender y recoger la recompensa por el criminal Multiple Jax, Sharkey queda como responsable del bienestar de su sobrino, el niño de diez años llamado Extra Billy. Sharkey, a regañadientes, acepta llevar al crío con sus familiares al planeta Odag. Pero por el camino al sector de Sin Atholl se le brinda la oportunidad de pillar la mayor recompensa de su carrera. Mil millones de kodonas por Edra Deering, la mujer más buscada y peligrosa de toda la galaxia. Una recompensa tan alta que seguramente atraerá a los cazarrecompensas de todos los rincones del cosmos, lo que mete a Sharkey en una carrera contra el tiempo. Y contra un polizón que es puro coñazo.

Pues eso. Mark Millar haciendo lo que mejor sabe hacer. Un guión magnífico con una premisa básica, o mejor dicho, un cliché bastantes veces visto, pero que el tío retuerce para hacer que te enganches. En solo un par de páginas, proporciona atractivo con la “colorida” actitud y arrogancia de Sharkey, y cómo reacciona ante el mundo que le rodea con cierta irreverencia y sarcasmo. Sharkey es un tipo rudo, machista y un tanto perverso con los demás, pero respecto al tema niño, su corazón aún mantiene ese puntito de esperanza. La segunda parte del problema es la alineación de los astros para presentar ante sus narices el premio definitivo, no sin antes saber que obviamente va a haber un cazarrecompensas rival que aún no se ha nombrado. Este otro cazador parece ser tan astuto y mortal como Sharkey, y Millar mantiene al lector pendiente hasta el final por un drama existente entre los dos, con una trama humorística que a muchos os encantará. Crea suspense, especulación y efectiva.

Otra maravilla de esta obra son las ilustraciones de Simone Bianchi. Su firma de tinta lavada, estilo de arte de acuarela, agrega una riqueza y un sentido espectacular a esta fantasía steampunk. Es una técnica que ha usado antes en títulos de Green Lantern y Detective Comics, así como en Marvel’s Wolverine. Sin embargo, aquí, no sé por qué, la veo superior. Como si hubiese evolucionado. La lleva a un nivel completamente nuevo, y representa un mundo maravillosamente extraño y colorido con calidad surrealista y onírica. Me encanta.

En general, Sharkey: Cazarrecompensas es otro titulo del maestro Millar que nadie debería perderse. Además de una excelente manera de entusiasmar a la gente sobre la próxima colaboración del autor con Netflix. Pues obviamente se prepara película y esta miniserie sirve como introducción. Ese es el detalle. No digáis que no mola.

Reseña: Frankenstein, de Bernie Wrightson y Mary Shelley

Desde nuestro lado, al menos, en este retorno a la normalidad no venimos exigiendo a las editoriales nada, sin embargo, parece que ellas mismas se autoinfligen exigencias para hacerse notar con su regreso. Virtud que repercute buenamente en nosotros como lectores. Y es que, no sólo es terriblemente maravilloso que vuelva estar disponible en librerías esta maravillosa novela gráfica llamada Frankenstein, además, es que vuelve a un precio genial. Ese mismo que resquebraja el tan odiado y dañino mercado de segunda mano especulador. Por supuesto, todo el mundo que conozco la está pillando. Ayer mismo vi que ese director friki tan guay como es Álex de la Iglesia, comentaba en Twitter lo encantado que estaba de haber obtenido por fin este titulazo. En serio, sin que sepas más, comprala y luego vienes y vuelves a leer la reseña, si quieres. O no. Lo que te apetezca. Pero no pierdas el tiempo, por que están desapareciendo a ritmo de bocadillos de jamón en la puerta de un colegio…

Hablamos de la clásica novela de Frankenstein, de Mary Shelly, pero ilustrada por el maestro del diseño macabro, el gran Bernie Wrightson (1948-2017). Para el que no lo conozca (no tenéis perdón de Dios), un historietista estadounidense creador de La Cosa del Pantano, así como otras decenas de títulos dentro del cómic de Terror que partió de revistas de género como House of Mystery, House of Secrets, o aquellas pioneras que dieron lugar a mi tan amada Creeepy. No obstante, también tocó otras cositas en las grandes casas del cómic de superhéroes, donde en mi opinión dejó huella en Batman con su The Cult. Pero, pero, pero…, en un podio aparte, Writghtson quedará eternamente reconocido por trasladar a nuestros ojos un Frankenstein de culto. Y, por supuesto, por ser amigo y colaborador del maestro Stephen King, quien precisamente escribe el Prólogo para esta edición en tapa dura publicada inicialmente en USA por Dark Horse.

La historia es un clásico, quizás la conocéis de pe-a-pa, o quizás solo por encima; depende de vuestro nivel lector y gustos por la literatura gótica de Terror. No voy a entrar en eso. Además, hay pelis y cientos y cientos de reseñas al respecto, con algunas teorías conspiranoicas que esas sí que dan miedo. Pero la diferencia entre esta y otras ediciones es realmente las ilustraciones de Bernie Wrightson. El valor que alcanza la historia con las cuarenta y cinco ilustraciones a página completa y en blanco y negro que son simplemente impresionantes y hermosos cuadros. Lienzos, que muchos de vosotros vais a imaginar en lo maravilloso que sería tenerlas a gran tamaño en esas tristes paredes que os reguardan del frío…, bueno, ahora mismo, del calor infernal que se aproxima. Unas ilustraciones que se cruzan y entrelazan con la trama de forma increíble y que sumergen al lector en dicha trama, la misma que ya pone nervioso e inquieta con tantos momentos terroríficos.

Detalles, detalles, detalles.

Pocas obras de artistas de cómics se han ganado la aclamación y reverencia universal, como es la versión ilustrada del Frankenstein, de Mary Wollstonecraft Shelley, por Bernie Wrightson. Un lanzamiento original de 1983 donde se empareja de forma maravillosa arte y literatura de calidad.

Si no has leído este clásico y estás considerando obtener uno, esta ES LA EDICIÓN. Esta. Cuando habléis con alguien que medio sepa de literatura fantástica, y tratéis el tema de El Moderno Prometeo casi siempre os van a hacer referencia a ESTA EDICIÓN. A tal y cual de una editorial que mola pero es que…, al final, se terminará hablando de ESTA EDICIÓN. Por que es la mejor, la que todo el mundo debiera tener, así de simple. Y por que tenerla en tus manos, es sinónimo de gozar con una trama tremenda y macabramente encantadora y bellamente ilustrada.

Cuando arte y trama son joyas, una historia maravillosa se transforma en diamante tallado en oro. Decir súper recomendable es quizás quedarse corto.

Obra de arte.

Reseña: Patria, de Toni Fejzula y Fernando Aramburu

Hay historias con tanto poder que sabes-notas-percibes mientras las estás leyendo, que te están marcando al igual que una aguja graba en tu piel un tatuaje. Tanta fuerza, que seguramente tras leerla, ya no pienses igual sobre cosas a las que antes apenas pusiste atención. Y sinceramente, yo que soy más de literatura o cómic extranjero, jamás pensé que una historia así pudiera engancharme tanto. Claro que un cómic que parte de un novelón llamado Patria, de Fernando Aramburu, premiado con el Premio Francisco Umbral, un libro que como todo buen súper ventas cuenta ya con novela, en breve miniserie de la HBO y ahora novela gráfica. Algo tendrá, ¿no?

Una historia de la que empezamos a saber, el día en que ETA anuncia que abandona las armas. Bittori decide entonces ir al cementerio a contárselo a su difunto marido, el Txato, asesinado por la banda terrorista años atrás. Entre otras cosas, quiere decirle que ha tomado la decisión de volver a la casa del pueblo en la que vivían antes de su muerte. La misma que tuvo que abandonar por el acoso de sus propios vecinos y recomendación de sus hijos. Y aunque dicen que el paso del tiempo lo borra todo, la vuelta de Bittori alterará la tranquilidad de la aldea, particularmente, la de Miren, su antigua íntima amiga, madre de Joxe Mari, que fue encarcelado por terrorismo y sospechoso de haber matado al Txato. Pero, ¿qué ha pasado para que dos familias que eran uña y carne hayan terminado así con tanto odio mutuo? El regreso de Bittori a su aldea natal nos mostrará las posibilidades que tenemos para reflexionar sobre el tremendo daño que en el pasado provocaron situaciones que rompieron una sociedad que se llenó de victimas, y en muchos casos, gente que apenas tomaba parte en el asunto. Dos bandos, dos familias enfrentadas, por culpa de la política y los problemas de la sociedad. Decisiones que se tomaron en el pasado y que han transformado sus vidas en un pueblo que aunque no se aclara, se puede deducir que está en las inmediaciones de San Sebastián.

Una historia con cantidad de personajes que llegan a emocionarte, a cabrearte, y especialmente importante en esta trama, a ponerte en el lugar del otro. Saber los entresijos de cómo una persona puede llegar a entrar en una organización terrorista, cómo una madre puede cambiar radicalmente sólo por seguir los pasos de su hijo hasta convertirse en una abertzale… Insisto, una historia muy potente en cuanto a personajes; hecho que me consta que está bien traído de la novela.

La confrontación en Euskadi, la historia de dos familias con sentimientos, vidas, errores, tragedias y alegrías, que nos llevan a una historia terriblemente atractiva a poco que te gusten las intrigas costumbristas, problemáticas y tan cercanas como tuvimos las de este tipo en este país. Teniendo claro que mucho peor tuvo que ser vivirlas «in situ».

Toni Fejzula es profesor de la Escola Joso y autor de cómics, cuyos excelentes trabajos se han publicado para el mercado USA en Dark Horse y en la BD para Glénat. Aquí se compromete a adaptar un bestseller español, una novela conmovedora, difícil de olvidar, sobre los últimos treinta años de la vida en Euskadi, pero con la que no puedo comparar por no haber leído el libro. Sin embargo, sabía que tenía que saber de Patria de algún modo; una historia que ha llegado lejos y que sus derechos se han vendido en 24 países y en el nuestro más de un millón de lectores ya sabe de ella; eso es mucho decir. Personajes eternos con los que sufrir y disfrutar en menor medida. Y otros con los que empatizas menos, pero sabes que tienen que existir por que realmente existen o existieron. Ese es su potencial.

Como decía aquel gran autor de novela negra: «Cada uno tenemos nuestra raja del culo». Nuestro modo de ver las cosas. Pero contrario a lo que parezca, Patria no es una historia de política. Trata la conflictiva vida cotidiana de cada una de las personas de estas dos familias. Con especial implicación a las etxekoandreas (amas de casa) Miren y Bittori. Mostrar una sociedad lastimada por una lucha armada con seres humanos que sufren constantemente tras ella.

Reseña: Viuda Negra. Witsi Witsi Araña, de Grayson, Rucka, Jones, Hampton y Kordey

Una de las oleadas más esperadas antes de que tuviéramos que confinarnos, venía provocada por el personaje de Natasha Romanoff; miembro potente de Los Vengadores desde su alzamiento en las primeras películas. Gracias a que la calma (o la alegría de volver a ser lo que fuimos) regresa, Panini Cómics retorna al personaje publicando sus mejores aventuras en formato cómic, aquellas de las que una vez gozó la espía soviética que desertó y se marchó a Occidente para convertirse en superheroína y vengadora.

Marvel Knights fue un sello fundado a finales de los 90s que permitía a los creadores tomar los personajes más oscuros de Marvel e involucrarlos en historias más afiladas y adultas. Viuda Negra recibió tres títulos, una especie de trilogía ordenada donde Greg Rucka e Igor Kordey demostraron que se podía sacar bastante de la reparte-patadas-voladoras rusa. Las tres miniseries (Black Widow #1-3 (1999), Black Widow #1-3 (2001) y Black Widow: Pale Little Spider #1-3 (2002)) reposicionaron a Viuda Negra nuevamente en el candelero y ahora Panini Cómics nos trae todo-todito-todo en un sólo volumen para todo aquel que desee acercarse a la verdadera figura de Natasha Romanov.

Donde una sorpresa le espera al principio a Natasha al ver que es reemplazada por una nueva chica-modelo llamada Yelena Belova. Rusia ha continuado el entrenamiento y la tecnología que originalmente dieron como resultado a la designación de Natasha como primera espía en potencia rusa, y ahora obviamente Natasha ya no sirve a la patria, así que un nuevo juego comienza. Un juego de acción efectivo que deliberadamente infunde confusión de identidad entre ambas Viudas Negras. Un thriller de espías que comienza, tal vez para nunca parar y con un potencial de suspense e intriga como en pocos thrillers he visto. Dos miniseries de Marvel Knights para el personaje que con el tiempo se recopilaron y pasaron a denominarse saga de Witsi Witsi Araña (Black Widow: The Itsy-Bitsy Spider).

Pálida Arañita (Pale Little Spider) es la tercera miniserie que se incluye en este tomo recopilatorio. Y para mí, donde confluye todo. Greg Rucka nos lleva de vuelta a los primeros días de la carrera de Yelena, cuando dicha alumna fue conducida a su primera misión. Nada más y nada menos que investigar a la persona que la acogió cuando quedó huérfana y la ha apoyado y alentado desde entonces. Pero que ahora aparentemente se revela como filtrador de secretos rusos después haber sido encontrado muerto en un club sexual. Una historia muy oscura que muestra el deseo reprimido en el corazón de muchos, presenta un alto contenido para adultos y que asusta por la cantidad de sorpresas que aporta. Una mirada inusualmente franca a los apetitos sexuales o a un sórdido revolcón en la depravación. Rucka comentando sobre el fetichismo de los disfraces, y otras visicitudes… Un escenario creíble y brutal como pocas veces Marvel muestra.

El dibujo en cada miniserie es diferente. Jones tiene un estilo de acción de superhéroe refinado, respaldado de una historia interesante, aunque objeta a ambas Viudas Negras, deleitándose en sus trajes brillantes y ajustados. La sección central de Scott Hampton es muy diferente, por ejemplo, hace un ejercicio de narración dispersa con un curioso uso de fondos blancos brillantes. Y los métodos de Kordey difieren nuevamente, con ubicaciones y fondos muy detallados, donde observamos a los personajes desde una distancia mayor. Tres historias que ya en el pasado eran bastante recomendables de leer cada una por su lado, y que ahora, en un solo volumen y en tapa dura, se vuelven imprecindibles con la calidad que le precede a los Tomos Únicos de Héroes Marvel. Un compendio de tramas desafiantes donde Greg Rucka demuestra su sofisticación y don para la novela negra así como las técnicas de espionaje en formato viñeta.

Guionistas que se basaron posteriormente en este trabajo, rara vez lo han mejorado.

Reseña: Las Brujas, de Pénélope Bagieu y Roald Dahl

La guionista francesa Pénélope Bagieu lleva en el mundo ilustrado bastantes años, pero fue con los dos volúmenes de Culottées (retratos cortos de mujeres que sabían cómo desafiar las prohibiciones sociales, 2016-2017), que se convirtió en una verdadera estrella del noveno arte. Entonces, ¿qué mejor manera de mantenerse en forma, seguir en el candelero que abordar un gran clásico de la literatura infantil como nuevo proyecto? ¿Una apuesta arriesgada? Todo depende, siempre depende, como cantaba el gran Pau Donés…

Pénélope Bagieu decidió adaptar a formato cómic su libro infantil favorito, Las Brujas (Sacred Witches) del eterno y siempre interesante para niños y mayores, Roald Dahl. Un proyecto arduo y arriesgado, para el cual las negociaciones por los derechos comenzaron después de que Bagieu tuviera éxito con sus anteriores obras. Sin embargo, se dice que fueron los descendientes de Dahl quienes se acercaron a Pénélope Bagieu durante el festival de Angoulême… Pero ha sido un proceso largo, que ha llevado tres años en completarse, lo que le ha permitido a la autora pensar detenidamente sobre la forma en que abordar esta genial obra que como siempre en Dahl, goza de escenas muy oscuras pese a ser obras magnas dentro de la literatura infantil.

No obstante, el resultado es excelente en mi opinión. Una magnífica adaptación, tanto para una primera lectura entre los más jóvenes así como para retorno nostálgico entre amantes que seguimos la obra de Roald Dahl desde siempre. ¿Y qué cuenta? Las Brujas trata la historia de un niño de ocho años que está muy triste porque sus padres acaban de morir en un accidente de coche. Afortunadamente, el peque cuenta con su abuela para animarlo. Una abuela bastante rockera, de cabello morado, grandes anteojos, llamativas joyas y cigarros que fuma en cadena. Y, sobre todo, ella no cuenta historias como las demás. No es la típica abuela cuenta-cuentos de ositos, conejitos y animalitos con moraleja. Cuando su nieto le pide historias antes de irse a dormir, ella le dice que ya tiene edad suficiente para saber la verdad sobre las brujas. ¿Cómo? ¿Qué-qué? Entonces, ¿existen de verdad? ¡Sí, por supuesto, más que nunca!, le susurra. Incluso a día de hoy, cien brujas anda desenfrenadas por toda Inglaterra. Sin olvidar a la Gran Bruja, la más poderosa y la más aterradora de todas ellas. Criaturas que tienen en común un enorme odio visceral hacia los niños. Los niños les repugnan, les dan ganas de vomitar, alega. Una bruja piensa en una sola cosa: hacerlos desaparecer, uno por uno. Destruirlos. Pasarlos por el molino… El problema es que estas brujas pasan desapercibidas porque se disfrazan de mujeres normales. Pero la abuela, afortunadamente, revela a su nieto que existen pequeños detalles con los que desenmascararlas. Algunos ejemplos: usan guantes tanto en invierno como en verano para esconder sus garras y dedos arrugados, tienen las fosas nasales retorcidas y rizadas para oler mejor a los niños y usan pelucas para ocultar su calvicie. Lo que hace que tengan una picazón terrible todo el tiempo… Pistas muy útiles para permitir que el joven y su extravagante abuela frustren los planes demoníacos de la Gran Bruja.

Me encantó, y también a mi familia. Pues todos y cada uno lo hemos devorado. Pénélope Bagieu logra separarse gráficamente del trabajo original pero lo adapta a nuestros tiempos de forma genial. Y todo sin traicionar el impulso de la historia de Roald Dahl, autor inolvidable de Charlie y la fábrica de chocolate, James y el Melocotón Gigante o Matilda, por nombrar solo tres libros del prolífico escritor británico. Cantidad de obras llevadas a la gran pantalla. Y Las Brujas no se escapa, pues se está preparando una adaptación en breve en cuyo reparto suena Anne Hathaway y será llevado por los grandes del séptimo arte como por Guillermo del Toro y Alfonso Cuarón.

Súper recomendable, ¿no?

Reseña: Chandara. El Rayo y el Trueno, de Roberto Recchioni y Andrea Accardi

Después de las dos aventuras recogidas en Chanbara: El Camino del Samurái, el anterior cómic publicado de esta serie por Panini Cómics y Bonelli Editore, Roberto Recchioni y Andrea Accardi regresan a nuestras librerías con un nuevo volumen. Una serie de tomos donde ambas editoriales pretender publicar las mejores novelas gráficas de la editorial milanesa en español. En este caso, regresamos y gozamos de una aventura que nos lleva al Japón feudal nuevamente, con el anciano verdugo y ciego Ichi reuniendo a Tetsuo y Jun (protagonistas de El Camino del Samurái) y al nuevo personaje Daisuke, para formar un cuarteto variado cuya tarea es enfrentarse al despiadado ronin Ryu Murasake. No obstante, Chanbara: El Rayo y el Trueno cuenta con todos los elementos necesarios para aparentar ser el primer volumen de una serie, pues cuenta con todos los elementos necesarios para su presentación e inicio de trama, que incluso sin referirse a los dos episodios anteriores, funciona.

Todo un conjunto de tramas que nos envuelven y se disfrutan de inmediato. Diálogos nítidos, gags entre los personajes que confiesan sucesos pasados casi sin necesidad de retrospectiva… El escenario, los tonos de la historia, el ritmo narrativo utilizado en Chanbara: El Rayo y el Trueno, representan la síntesis perfecta a las sugerencias, todas aclaradas en el epílogo del volumen, esas mismas que animaron al guionista italiano a la creación de esta saga. Grandes referencias al western, desde Akira Kurosawa a Sam Peckinpah, si me permitís la comparación. Homenajes a lo bueno-bueno, a las raíces del género negro. Así que, tras un tiempo de incertidumbre en publicacaciones que salen o no salen por culpa del tema-que-quema; llega por fin a librerías el tercer episodio de las historias de samurái creadas por Roberto Recchioni con los diseños de Andrea Accardi.

En las historias precedentes, en ambas, tuvo que intervenir el maestro de espada ciego y anciano Ichi, que es para mí el personaje potente de Chandara. Pero empecemos por ahí. «Chanbara», es un término japonés que significa «lucha con espadas». Aunque también proviene de una especie de subgénero de libros o films de caballeros de la Edad Media Oriental donde se habla bastante de los valores y las bases de la cultura del país del Sol Naciente. Bien, pues El Rayo y el Trueno, es donde mejor vais a ver reflejado lo que digo. Es una demostración perfecta del término. La Espada del Samurái hace sus evoluciones letales continuamente con un gusto cinematográfico verdaderamente notable y en el sentido etimológico de la palabra “cine”, que en griego significa “movimiento”.

En Chanbara: El Rayo y el Trueno, Ichi debe enfrentar la amenaza del loco espadachín Ryu Murasaki, el Diablo Blanco, que intenta crear terribles obras de arte cortando cabezas, piernas y brazos y abriendo heridas en el abdomen a sus desafortunadas víctimas. Sin embargo, para poder hacerle frente, Ichi necesita recuperar antes, a Tetsuo y Jun para su equipo. Al que decide agregarse un nuevo héroe: Daisuke Nagata. Llamado la bestia atronadora (El Trueno, del título), una fuerza de la naturaleza y de sus designios más profundos. En los inicios del tomo intentarán reagruparse, luego empieza un viaje donde les designios del camino les llevarán a un oscuro final. Con el regalito del enfrentamiento al Diablo Blanco.

La escritura de Recchioni es breve y esencial. Lo que muchos les piden a un cómic. Estoy de acuerdo siempre y cuando la trama fluya y sean tramas como en este caso, donde se brinda por la acción y los golpes a mansalva. Además, percibes que es un género que el guionista italiano ama y conoce bien. En el artículo que cierra el volumen, Recchioni hace sus confesiones: Kurosawa, Frank Miller, Star Wars, así como una enorme lectura de textos sobre la Edad Media Japonesa (siglos XVI y XVII), propiciaron el nacimiento de Chanbara. Y otra cosa que se detecta y que confiesa, es que ha disfrutado escribiendo esta historia, sobre todo, haciéndola clara desde el punto de vista narrativo. Hermosa e hiperbólica; inspiradora, diría yo. La figura de Daisuke y sus excelentes escenas humorísticas que actúan como divertido contraste a las escenas de acción, hacen de Chanbara: El Rayo y el Trueno un cómic referente para todo lector/escritor que busque una buena aventura dinámica en la que perderse una buena tarde de lectura.

Reseña: Wild´s End. Primera Luz, de Dan Abnett, I.N.J. Culbard y VVAA

Si tampoco es tan difícil encontrar una buena inspiración. Es leer a los clásicos, empaparse de lo mejor de cada género, para que de un buen creativo parta una historia que como mínimo pueda ser interesante. Y saber trasladarlo. Un ejemplo muy bueno de lo que digo es Wild’s End, este atractivo titulo que recién publica Dolmen Editorial. Escrito por el guionista británico Dan Abnett (Guardianes de la Galaxia, Warhammer 40.000) y dibujado por I.N.J. Culbard (En las Montañas de la Locura, de H.P. Lovecraft), un titulo que recurre de lleno a una de las mejores historias de Ciencia Ficción jamás creadas, pero metiendole esta vez un rollo antropomórfico que le viene de perlas. Provocando que H.G.Wells se encuentre con A.A. Milne en esta obra independiente de la editorial BOOM! Una serie donde unos amenazadores alienígenas mecánicos descienden sobre una comunidad rural somnolienta en la Gran Bretaña de 1930, poblada completamente por animales que hablan. Un glorioso choque de estilos y géneros traídos por los maestros del mash-up, Dan Abnett e I.N.J. Culbard, una asociación creativa que parte de su colaboración en The New Deadwardians (Vampiros y zombies en la Inglaterra victoriana) y Dark Ages (Mercenarios medievales y, ¿monstruos? ¿extraterrestres? Algo horrible, desde luego).

Ambientada en la Inglaterra de 1930, Wild’s End: Primera Luz gira en torno a un grupo improbable de héroes que deben unirse para salvar a su comunidad rural de ciertos “postes de lámparas extraterrestres” que vienen empeñados en matar a todas las criaturas vivas con las que entran en contacto. Los visitantes no deseados disparan rayos de combustión brillante. En cuanto a los protagonistas, consisten en Clive, un perro sensato con un misterioso pasado militar; Gilbert, un conejo elegante rico y con prestigio, y también está Peter, periodista y ojito derecho de Gilbert. Pero esperad, esperad, la estrella de la trama es Faukes, un zorro residente al que le gusta empinar el codo, personaje que disfrutas cada vez que aparece en viñeta.

A pesar de ser una historia antropomórfica, los personajes son muy humanos en sus maneras y rasgos, y no lleva mucho tiempo desarrollar una conexión con ellos. Sus historias particulares simplemente se insinúan a lo largo de la serie, pero todo pinta a que obtendremos más información sobre ellos en próximos volumenes. Hay un aire de misterio sobre ellos, especialmente en Clive, el viejo perro de la marina, que no se asusta tanto y dice haber visto ya en su vida » algunas cosas». Mi única queja con Wild´s End (algo menor), es que el flujo de la historia se interrumpe ocasionalmente con relleno como recortes de periódicos, entradas de diarios y cartas. Y eso me pone de los nervios, sobre todo, por que la trama esencial está súper interesante y se para. Por supuesto, le dan algo más de significado a la historia y agregan algo de sustancia, pero surge en momentos puntuales en los que narración principal va viento en popa. Pero se nota que es un cómic hecho por profesionales y se recupera el suspense pronto. Algo parecido a lo que sentía cuando me topaba con Relatos del Navío Negro, en Watchmen.

Se ve fácilmente que Wild’s End: Primera Luz es una excelente introducción a una saga que puede dar mucho que hablar. Es apasionante leerlo, y cuando terminas, ya tienes ganas de leerlo otra vez. No quiero contar nada-nada de lo que va sucediendo, lo siento. Al inicio, se nos presenta a los habitantes de Iglesia del Cuervo de Abajo, donde visualizamos una comunidad pueblerina tranquila y también vamos conociendo a los principales protagonistas; personajes fuertes y distintivos, y para ser honesto, muy pronto olvidas que son animales que hablan. Tienen más personalidad que muchos otros. Lo cual, en muchos sentidos, resume el verdadero atractivo de Wild’s End. Y hasta aquí.

Eso sí, el hecho de que la historia se desarrolla en lo que generalmente consideramos un ambiente seguro y amigable agrega una emoción adicional a procedimientos que de otro modo estarían ausentes. Esto no es Will Smith con una Uzi defendiéndose de invasores extraterrestres; aquí lo que mola es el suspense, el ambiente, el entorno, el escenario, la introducción de una amenaza tan violenta para este mundo relajado que da a la trama un gancho atractivo. Debido en gran parte a la excelente construcción del mundo, una gran cantidad de personajes bien llevados y una narración imaginativa y absorbente que es una alegría leer. Una aventura antropomórfica que recuerda a El Viento en los Sauces, de Kenneth Grahame, fusionada con La Guerra de los Mundos, de H.G.Wells. Si esto suena atractivo para vosotros, que sepáis que el cómic está a la altura de la premisa. Pero resumiendo, Wild’s End: Primera Luz, es uno de los mejores ómnibus que he leído en mucho tiempo. Y eso que sólo es el primer volumen.

Reseña: Los Vengadores. Primer Signo, de Mark Waid, Mike Deodato Jr., Jimmy Cheung y VVAA

Si no sabes nada de nada de cómo está el tema ahora, te contaré que a raíz de The Crossing, los superhéroes más poderosos de la Tierra estaban desunidos, casi perdidos. Thor no tiene poder y Iron Man ha sido reemplazado por él mismo. Pero cuando el grupo terrorista Zodiac invade la ciudad de Nueva York, el Capitán América decide intentar reunir a Los Vengadores una vez más. Además, después de ser lanzada una bomba nuclear sobre Hulk y Thor… Ufff, Los Vengadores deciden pararlo todo y empezar a buscar todo tipo de bombas (las Gamma, por ejemplo) plantadas por toda USA. Y ahí es entonces dónde empezarán a dar con toda una serie de planes paramilitares que se estaban proponiendo en la oscuridad y de los que no estaban al tanto.

En su “vuelta a la normalidad”, Panini Cómics publica este tomito llamado Los Vengadores: Primer Signo, del siempre recomendable Mark Waid. Un volumen que recopila los números de las diferentes colecciones Capitán América #449, Thor #496, Iron Man #326 y Avengers #396, que en su conjunto forman el arco argumental de cuatro capítulos First Sign. Una historia donde se explora el nuevo status-quo después de los eventos de The Crossing. Aquel donde se contaba como un extraño campo de fuerza separó a Manhattan del mundo exterior, ideado por el retorno de un grupo terrorista muy conocido. Una historia además que comienza con las aventuras del Tony Stark (en edad universitaria), ocupando el lugar de su futuro adulto. Un genial inicio y tranquilo, antes de meternos en vereda.

Los Heroes Reborn, con nuevas historias que intentan centrarlo todo de nuevo en los cómics tras los parámetros seguidos en los films; Capi, Thor y Iron Man formando de nuevo Los Vengadores, Manhattan yéndose a la m… Pero aquó el renovado Zodiac ataca. Los terroristas empiezan parapetándose dentro del Lincoln Memorial y exigiendo sólo como recompensa al Capitán América.  Y si no se cumple su demanda. explotarán todos los que están dentro del monumento-edificio…, ¿qué os parece? La Encantadora le echa una mano a Thor en la batalla, mientras que las maquinaciones malvadas del grupo Zodiaco continúan desarrollándose. Además, en un mundo sin energía, ¿cómo puede Stark recuperar su traje? Mientras Los Vengadores se enfrentan a los terroristas, un adolescente Tony Stark hace un valiente intento de crear un portal temporal con el terrible problema que si algo falla, pagará todo Manhattan. Un alto precio impuesto por el plan maestro de Kang.

¿Quién diría no a una aventura moderna pero dentro del clasicismo que Waid suele crear en sus cómics actuales?

Todos los requisitos, todos los contrapuntos, para que guste tiene este Primer Signo son: entretenido, bastante, un cómic que además sirve como reflejo del estado de la editorial Marvel. Con una parte creativa e ilustrada que asusta de lo buena que es. Encontramos a dibujantes como Mike Deodato Jr. con su megapotente Thor, o a un Jimmy Cheung en Iron Man con un curioso toque de semirrealismo a lo Sandman. Además, estamos hablando de una historia, de un cómic, que tiene cierto valor histórico por lo que se cuenta. Heroes Reborn tenía unas buenas ideas y buenos puntos de partida pero no acabaron de cuajar. Eso me contaron. Puede ser. No lo discuto, ya que no soy muy de cómics “actuales”. Sin embargo, en mí sí que ha despertado algo este Primer Signo. Algo que no sé que es, y que ha provocado que quiera leer más arcos del estilo.

Recomendable. Te hace sentir lo que uno siempre espera como mínimo de un cómic.

Reseña: Batman. Yo Soy Bane, de Tom King y David Finch

Batman: Yo Soy Bane está ilustrado por David Finch. El trabajo de Finch es fascinante. Su obra de arte es fascinante, especialmente las escenas de lucha entre Batman y Bane. Y la historia nunca abarata la batalla. La lucha es larga pero nunca se prolonga, las ilustraciones de Finch son tan poderosas que los lectores pueden sentir cada golpe y cada mueca de sangre. En resumen, tras una historia con un clímax fantástico, ya merece la pena muy mucho comprarse este tomo.

Bane es un villano muy singular en la galería de malos-malutos del Caballero Oscuro. No solo le destrozó la espalda a Batman en La Caída del Caballero Oscuro a principios de los 90, también es uno de los raros villanos que lograron prominencia fuera de la Edad de Oro de los cómics donde el Joker, el Pingüino, el Acertijo, Catwoman y El Espantapájaros eran toda una serie de villanos que surgieron sobre 1940 y desde entonces han seguido atormentando al orejas picudas hasta el día de hoy. Pero es raro que aparezca un enemigo y se coloque en la categoría de dicha lista clásica (Ra’s al Ghul llegó en los 70s) y se quede, como Bane se quedó, para volver a grandes arcos donde se brinda por la venganza en sus más altas cotas.

Escrito nada más y nada menos que por el tan de moda Tom King, Batman: Yo Soy Bane (números de Batman #16-#20) es para muchos de nosotros el clímax al King’s Rebirth of the Batman. Eventos anteriores como Yo Soy Gotham y Yo Soy Suicida forman junto a Yo Soy Bane una trilogía con un clímax que muy pocas historias consiguen en conjunto. La espera ha valido la pena.

Batman: Yo Soy Bane comienza con el Cruzado de la Capa capturando al que capturó a su vez al Psico-Pirata y lo colocó en los cálidos confines del Arkham Asylum. No obstante, Batman necesita al Psico-Pirata. Es el único que puede salvar a Gotham Girl, aunque necesitará cinco días para hacerlo. Bane quiere recuperar su premio. Y no se detendrá ante nada para recuperar a su colega. Su primer ataque demoledor es contra los confidentes más cercanos a Batman; Nightwing, Capucha Roja y Catwoman, por nombrar algunos. Un terrible ataque que sacará a Batman de las sombras… Aunque también a un Caballero Oscuro que ya viene con su propio plan. Lo malo es, que ese plan propone enfrentarse cara a cara con Bane, una vez más. Y en su territorio. Dentro de la fría pesadilla conocida como Arkham Asylum…

Una excelente miniserie. Claro, que se complementa con los dos arcos de la historia anterior, pero Batman: Yo Soy Bane se entrega en cada página, dentro de cada viñeta y se puede disfrutar de forma independiente sin ningún problema. Tom King hace un gran trabajo elevando la tensión entre los dos combatientes antes de que ninguno de ellos haya lanzado un golpe. Y cuando los golpes comienzan a volar, es pura armonía ilustrada para cualquier fan del género de superhéroes. Además, en uno de los números se trata un tema muy interesante. En él, los pasados individuales de Batman y Bane se desarrollan a la vez pero a distintos lados de cada viñeta. Aquí, los lectores obtienen una visión comprensiva de ambos personajes cuando eran niños, después de haber perdido a sus madres, sin embargo, la vida de uno es nadando en la riqueza y la comodidad, mientras que el del otro rasga todos los aspectos de la pobreza. Quizás, Tom King sea capaz de conseguir que tengas cierto feeling por Bane durante este tramo.

Pero ambos les une el impulso del odio. A ambos, los alimenta. Solo sus entornos los distinguen y conducen a elecciones inevitables. Uno busca detener el crimen. El otro busca gobernar sobre aquellos que los cometen. Son dos caras de una moneda similar. Pero solo una cara de la moneda puede quedar sobre la mesa.

Muy disfrutable Batman: Yo Soy Bane, uno de los últimos tomos publicados dentro de Batman Saga. La colección de tomos de franja frontal amarilla de ECC Ediciones; que centran una idea, un todo, una colección de buen ver con la que El Caballero Oscuro celebraba el pasado 2019 sus ochenta años de existencia. Tomos hechos para coleccionar y recopilar sus mejores arcos argumentales.

Reseña: Herbert West. Reanimador, de H.P. Lovecraft y Edu Molina

Herbert West: Reanimador puede ser una de las obras más veces traducidas y remodeladas a los diferentes modos media de diversión (cine, videojuegos, cómic), que hemos conocido. Este cuento del famoso escritor H. P. Lovecraft cuenta la historia de un estudiante de medicina que suele trabajar en la Escuela Superior junto al notorio médico llamado Herbert West…, que ahora anda desaparecido. La notoriedad del Dr. West es conocida gracias a sus experimentos mórbidos realizados con animales muertos. Cree haber ingeniado un nuevo reactivo para su interés constante en su esfuerzo de reanimar a los muertos. En última instancia, el alumno cree que quizás esta sea una solución final para resucitar a un ser humano muerto, como todos hemos soñado siempre. Pero bueno, todos sabemos de sobra que esas ideas nunca llegan a buen puerto. ¿O no?

La siempre genial Diábolo Ediciones nos trae este cómic de Terror. Una fiel adaptación de este chulo relato que el artista mexicano Eduardo Molina ha adaptado fielmente y de forma espectacular, con un ritmo narrativo y un estilo de dibujo clásico muy a lo Creepy. Un blanco y negro de setenta páginas que transmite toda la angustia y el horror de un drama que nunca debiera haber ocurrido.

Contaros que, Herbert West: Reanimador es uno de mis relatos preferidos del maestro de Providence. El loco Herbert West es fácilmente un personaje admirable, a pesar de su fascinación por la muerte y sus perversos experimentos, se le describe fantásticamente como un «…joven pequeño, delgado y de anteojos con rasgos delicados, cabello amarillo, ojos azul pálido y una voz suave…». Su imagen se yuxtapone a ese amigo empollón que todos hemos tenido alguna vez. Un tipo que esplende inteligencia, un amigos al que se le daban bien las ciencias, pero que tras sus gafitas seguramente ocultaba horribles pensamientos… Lovecraft es maestro en contarnos sobre esa «gente que hemos conocido». Especialmente, si has ido a la Universidad. Por ello siempre pensé que hay más lectores universitarios enamorados de la prosa de Lovecraft. Crea monstruosidades grotescas e indescriptibles, sí, eso gusta, pero normalmente Lovecraft se movía entre gente de alta alcurnia y de un alto nivel cultural, y sus personajes lo representan. Te indentificas más con ellos si has vivido, te has movido o conocido gente de este tipo. Como ocurre en Herbert West: Reanimador.

Como dice la sinopsis editorial, probablemente la historia más particular y sangrienta del maestro del horror. De los pocos que se alejan de Los Mitos de Cthulhu. Asesinatos, profanación de cadáveres, zombis, violencia extrema; pocas cosas faltan en esta historia. Estoy de acuerdo.

Si no lo has leído aún, pecado. Si lo leíste en su día pero nunca en formato cómic, blasfemia. Si eres como algunos (yo) que lo necesitas leer cada poco y te gusta tenerlo en tu biblioteca en todas las ediciones posibles; cómo se dice por estos lares, estás peor que el que tiraron al río…