Reseña: Hércules 1417, de Enrique de Villena, Das Pastoras, Pedro Víllora y José Villarrubia

Siempre defenderé que la originalidad creativa es un don y es el más potente diferenciador que tenemos para con los animales. ¿Un súper poder? Podría decirse así. O no. Pero un don que hay que mostrarlo al mundo…, eso lo tengo clarísimo. Porque además se ve a leguas cuando esto aparece en un libro, en un guión o en un ilustrador. Y my friends, Das Pastoras (1956) es uno de esos seres creativos con dicho don. Por lo que poder volver a disfrutar de su originalidad ha sido todo un placer. Un gustazo que ofrece en este caso Nuevo Nueve Editores ya que ha conseguido junto al gran José Villarrubia (premiado autor español pero residente en USA, habitual colaborador de Alan Moore, Paul Pope y Richard Corben, además), juntos traer de vuelta después de los años al mítico artista Das Pastoras (Castaka, Heresiarcas, Thor, Lobezno). Que no sé ustedes pero yo conocí y me enamoré de sus dibujos en los primeros libros de rol de los 90; época gloriosa en nuestro país con esta forma de diversión.

Y es que fue mucho el entusiasmo que levantó el arte de Das Pastoras dentro del mundo de los juegos de rol. Ilustraciones que tengo que decir que también tenían sus detractores pero que, en general, a todo el mundo le molaban. Ilustraciones que no dejaban indiferente a nadie. Eso por seguro. Y es que Julio Martínez Pérez (nombre real de Das Pastoras) llegó a dibujar para JOC Internacional más de cien ilustraciones (Runequest, Stormbringer, suplementos de rol, revistas dedicadas a Magic The Gathering así como cartas promocionales de SATM, el juego de cartas de El Señor de los Anillos). Pero siempre un autor que ha brindado por la expresión de libertad arbitraria en su trabajo le pese a quien le pese. Y con algunos rostros inolvidables. Es por ello que no cabía duda que me moría y ansiaba por reseñar esta obra que es Hércules 1417, un nuevo libro ilustrado que recién aparece en librería y que como suponéis cuenta las hazañas del Héroe en una versión modernizada del trabajo de Enrique de Villena y que el guionista Pedro Víllora recoge y muta para con nuestro tiempo.

Una obra para el deleite visual, pensada para ser disfrutada cual tamaño considerable tal como se publica. Lo digo muy en serio, cada ilustración es digna de lienzo llevado a la pared. Son quince grandes ilustraciones a todo color y doce en color sepia las que te llevarán a imaginar todo lo que el señor Víllora propone con esta nueva adaptación de una mitología que a base de cuentecillos o fábulas aportan moral y conciencia. Los doce trabajos canónicos que son los que en su día listó Apolodoro. Pues Hércules 1417 recoge la selección de Boecio -que recopila la mayoría de los de Apolodoro-, aunque con algún que otro cambio. ¿Un ejemplo? Las aves de Estínfalo aquí son arpías o la cierva de Cerinea nunca es atrapada. Los doce trabajos o doce pruebas de Hércules llevadas a un modo ilustrado glorioso para el deleite visual, insisto. Euristeo siendo malévolo con un Hércules que empieza a destacar, solo para expiar el asesinato de su mujer, hijos y sobrinos, siguiendo el consejo del Oráculo. Y Hera provocando locura y desazón a su paso.

Víllora propone a un Hércules que no cumple encargos, que destroza fieras y bestias que devoran personas o a pobre gente que sufren semejante castigo. Un héroe de todas-todas que vemos y casi sentimos gracias al trabajazo del maestro Das Pastoras. Gracias a ellos, para mí Hércules es más héroe aún (y por fin pude quitarme de la mente ese bosquejo infantil de Disney). Además, si sois conocedores de la obra clásica, vais a ver que Víllora traslada al español actual bastante texto de aquel sufrido castellano del siglo XV. Nos hace más accesible una lectura que muy pocos acogen, sobre todo, los jóvenes. ¿Entonces qué más decir? ¿Indispensable? ¿Maravillosa edición? Relájate, relajate, aún lo tienes a mano. Estamos ante una lectura que se devora en nada. Con la que se recomienda pararte a imaginar con cada ilustración cual paseo de Museo de Das Pastoras. Va desde aquí mi propuesta.

Todo un gustazo disponer de joyitas así entre manos, de verla brillar en la cómicteca de uno con portada hacia delante. Ese tesoro que consigues y te sientes orgulloso/a de tener. Que suma y destaca junto al oro de tu montaña.

Un lujo de edición que nadie debería perderse. Das Pastoras nunca se fue.

Reseña: Aniquilador, de Grant Morrison y Frazer Irving

Con el poder fácil de crítica internetera, nos estamos volviendo bastante exigentes. La crítica fácil, hiriente, en muchos casos, está a un paso. Y encima te suele venir de un verdadero «entendido». Todo esto en el sector que quieras. Amplia oferta. En el mundo literario y de cómics, hasta te suele venir de un bebé de veinticinco años que se aburre más que respira. No obstante, leer reseñas, criticas de un cómic USA nuevo, y que el noventa y nueve por ciento de la gente lo categorice de 10; eso no es raro, sino lo siguiente. Es de extrañar y asusta. Por qué todo lo que mayoría pone por las nubes, al que mira de soslayo le tira para atrás. ¿Cierto, señor filósofo? El ser humano es bastante complejo. Y da igual si en este caso el tema viene de la mano de un autor de renombre como es Grant Morrison. O quizás no de igual por que yo con Morrison siempre tengo sentimientos encontrados. Excepto cuando hace Ciencia Ficción. CF obtusa de la buena.

Aniquilador (Annihilator) es el último trabajo de una nueva era en la carrera de Grant Morrison. Uno de los autores más prolíficos y comercializables del noveno arte. Después de trabajar como un importante arquitecto y escritor en DC Comics durante décadas, Morrison pasó a proyectos propios comenzando con la miniserie Happy!, que tanto me encantó en su día. Y me remito a ella para comparar. Pues Happy! encuentra esperanza en el dolor, mientras que Aniquilador se centra en la desesperación que es el centro de la creación. Y con esto hablo del autor así como del protagonista de Aniquilador. Quien crea tiene que afrontar constantemente el abismo de la nada, creando algo de donde  no hay nada y se enfrenta al fracaso y el abandono. Con humor seco, atmósfera inquietante y una dosis de asombro de CF, es cierto friends, Morrison aquí crea una maravillosa trama.

Los eventos de Aniquilador siguen a dos personajes, ambos viviendo en una confusión de ficción y realidad. Nos presentan a Ray Spass (que no se donde oí que se pronuncia Ray «Espacio»), un guionista de cine que alguna vez fue famoso y al que se le ha dado una oportunidad de franquicia cinematográfica titulada Aniquilador, como un medio de salvar su decadente carrera. Ray quiere contar la historia definitiva de casa encantada pero ambientada en el espacio exterior. Como tal, se ha mudado a una mansión terrorífica de esas que vienen con historias paranormales detrás aparte de oscuridad y depravación. Ray tiene muy claro que su nuevo guión se centrará en el personaje de Max Nomax (un gran nombre morrisoniano que representa astutamente la dualidad), y todo como si Nomax viviera una vida normal. Dos tipos que se ven peculiarmente similares, pero tienen estilos drásticamente diferentes. Aparte de que ambos están preparados para esos agujeros negros simbólicos y literales… Es decir, el meta-cómic dentro del meta-cómic.

Los agujeros negros son un símbolo recurrente desde que empieza la trama. Lo que subraya su intención muy al estilo del film Donnie Darko. No obstante, este cómic trata al cien por cien la desesperación del acto de la creación… cuando no aparecen las musas. Para Nomax es como encontrar la cura a la muerte, para Spass es el proceso de comunicar una visión (más una pequeña cura de muerte) desde el sumidero de esa mansión ubicada en Hollywood donde los agujeros negros representan la finalidad de todas las cosas. ¿Cómo en todos lados?¿Es de extrañar entonces que se detecte otro agujero negro (juego de palabras) en una resonancia magnética del cerebro de Spass? Aquí hay que darle al coco, como suele pasar cuando Morrison se pone “durete” al intentar una renovación creativa. Spass enfrenta su desafío más difícil al escribir esta película. Depende todo del acto de borrar el interior de la mente, una idea que parece funcionar en múltiples niveles de significado. Y si no me explico bien, mejor leer el cómic… jajaj. Un tomito en el que Frazer Irving aporta un dibujo semi-realista y semi-fotográfico que me dejó ojiplático. (¿Veis a Prince por aquí?).

Aniquilador es de esas historias que dejan muy buen sabor de boca pero que casi no entiendes. Al menos, en mi caso. ¿Otra comparación peliculera? Lo mismo me ocurrió con Interestellar.

Reseña: Capitán América. La Verdad. Rojo, Blanco y Negro, de Roberto Morales y Kyle Baker

Cierto. Este es el cómic del que tanto se habló en su día. Bah, ¿ahora el Capitán América es negro, Thor es una chica, pero qué demonios está pasando? Como si estas noticias denigrantes por fuerza literal tuvieran que ser novedad….

En Capitán América: La Verdad – Rojo, Blanco y Negro los autores nos sumergen en una trama ficticia pero no muy lejos de la realidad. Roberto Morales y Kyle Baker elaboran su historia a partir de esa verdades históricas que los estadounidenses tienden a pasar por alto. Las creencias eugenésicas estadounidenses pre-nazis que juegan un papel importante en su apariencia para con el resto del mundo y ellos ni siquiera lo saben o les importa un pepino. Aunque creo que es más de lo primero. Todo se resume en el ostracismo al que se enfrentan los personajes de este cómic y en la forma en que sus superiores justifican sus acciones. Pues dicen que en cada guerra, el pueblo exige un campeón, un héroe, un líder y en la Segunda Guerra Mundial, ese héroe fue el Capitán América. No obstante, La Verdad es la controvertida y desclasificada historia de aquellos hombres afroamericanos que fueron sometidos involuntariamente al proyecto «Súper Soldado» del Departamento de Guerra de E.E.U.U. Una carrera para desarrollar un suero que podría cambiar el rumbo de la historia contra los poderes del Eje. ¡Si los nazis no lo logran primero!

Capitán América: La Verdad – Rojo, Blanco y Negro es una epopeya que abarca desde el momento anterior al ataque a Pearl Harbor, hasta la actualidad. Finalmente revela el trágico sacrificio que una unidad de infantería de gente negra hizo por su país, y lo que esos sacrificios llegaron a significar para que un hombre blanco llamado Steve Rogers llegara a ser lo que fue. Morales también trabaja en el concepto del infame Experimento Tuskegee, donde se reclutaron hombres negros con sífilis latente tardía para un experimento, y luego no se les ofreció tratamiento una vez que estuvo disponible. Todo “en honor a la ciencia”. Además, se inspira en estadounidenses negros como los Tuskegee Airmen, un grupo de pilotos de combate que lucharon en la guerra solo para volver al mismo nivel de acoso y racismo absoluto que cuando se fueron. Y friends, mis queridos friends, esto es un cómic pero sí, efectivamente este es el pensamiento USA en un cuarenta por ciento de su población. Un cuarenta por ciento de trescientos veintiocho millones de personas que son ciento treinta y dos millones de almas racistas. Tres veces nuestro país. Ahí lo dejo. También ocurre que para una historia aparentemente sobre un Capitán América negro, uno podría cuestionar la elección de Morales en el ritmo: los personajes se presentan y mueren unas pocas páginas más tarde, los conceptos, las situaciones y los períodos de tiempo aparecen y desaparecen, y nadie se pone el traje del Capitán América hasta pasada casi media historia. Me pareció un cómic de ritmo extraño. Hasta que percibí que no se trata de una historia sobre superhéroes. Esta es una historia sobre el maltrato a los negros en nombre del patriotismo. Y cada tema se centra en una forma diferente en la que fueron maltratados por aquella temible sociedad de antes de la guerra. Por los militares, por experimentadores de carta blanca y, en última instancia, por la historia.

Con todas estas influencias trabajando juntas, Morales y Baker utilizan los experimentos del Súper Soldado como el núcleo de la historia e inyectan algo de realismo al mito. La esencia de la historia es que estos hombres, reclutados en el ejército pero no deseados debido a su raza, fueron utilizados como cuerpos desechables para probar el suero que finalmente le daría al Capitán América su poder. ¿Y ahora qué? ¿El Capi ya no era simplemente un héroe noble que tomó la admirable decisión de servir a su país? No. Esperad. Si vemos que es la culminación de cientos de experimentos fallidos que mataron a hombres negros en nombre de la creación de un ícono blanco para el excepcionalismo estadounidense, entonces sí. Pero está bien aclarar que es una verdad que se le ocultó incluso al Capitán América.

Baker utiliza su estilo característico altamente caricaturizado a lo largo de toda la historia, lo que algunos podrían pensar que devalúa la seriedad de lo que se cuenta. Pero tampoco es así. Es algo parecido a lo que ocurre con MAUS; ratones caricaturescos pese a lo que hay detrás. Además, en Capitán América: La Verdad – Rojo, Blanco y Negro, la expresividad del arte agrega una capa humana a nuestros personajes cuando somos testigos de sus vidas ya tristes antes de la guerra. Y continúa humanizándolos y sacando a la superficie sus ricas vidas emocionales mientras se dirigen al infierno. Aunque tengo que decir que todo terminará dando un giro y un giro importante al final.

Aun asi, sinceramente, es de esos cómics que no puedes creer que Marvel los publicara en su día. Sabes que va a formar revuelo, que se va a hablar incluso en los telediarios, que va a haber reacciones violentas (en USA) con su anuncio; pero también que Marvel y lo más importante el mundo del cómic, vuelve a estar en boca de los muggles no lectores. No sé… Pero si sé que hubo que calamar las aguas (en USA) con conversaciones reflexivas sobre este trabajo que es el noveno arte y sus implicaciones.

Echadle un ojo porque es un cómic único.

Reseña: La Carretera de los Huesos, de Rich Douek, Alex Cormack y Justin Birch

En La Carretera de los Huesos (Road of Bones) seguimos a Roman Ivanovich Morozov, un prisionero político atrapado en un campo de trabajos forzados por el simple delito de decir algo incorrecto sobre el liderazgo soviético. Como todos sus compañeros de prisión, Roman intenta mantenerse fuera del radar de los guardias, no sea que le den una paliza y encima tener que hacer el trabajo duro, más duro de lo que es. Sin embargo, Roman falla cuando los guardias lo atrapan acumulando comida, todo con la ridícula creencia de apaciguar a una criatura de cuento de hadas para que lo proteja. Ahora, con nuevos moretones y una sentencia aumentada, Roman se une a otros prisioneros de ideas afines para intentar escapar audazmente de este infierno helado. Y bueno, quizás la huida pueda resultar la parte fácil del “proyecto”. Seguir vivo, la más difícil.

Respeto a cómics y novelas gráficas hay que tener un ojo puesto siempre en las novedades de cada mes de Editorial Hidra. Publica cómics independientes USA muy chulos a la vez que interesantes, y que de otro modo jamás veríamos publicados aquí. Aunque no por desconocidos mundialmente, por que, por ejemplo, los de IDW son archiconocidos al otro lado del charco. Pero aún así son títulos muchos de ellos considerados independientes y difíciles de conocer si no estás muy al tanto del noveno arte norteamericano.

Rich Douek ha producido un cómic realmente fascinante en La Carretera de Huesos. La historia se siente increíblemente brutal desde el principio, y los personajes realmente imbuyen su entorno para ayudar a vender lo que se propone. El protagonista es Roman, el mismo personaje que está algo fuera de lugar aquí ya que todos los demás se sienten seguros y poderosos en el paisaje helado en el que están atrapados. Afortunadamente, el guionista hace bien en darlo todo por Roman y aportarle mucha profundidad y carácter, para ayudar realmente a que simpaticemos con él. Y lo consigue. Mientras tanto, todos los demás personajes son igualmente interesantes, y los guardias en particular parecen aterradoramente viles.

Pero ninguno esplende tanto como Roman.

Sombría, perturbadora y brutal. Esas serían las tres palabras que usaría para describir La Carretera de los Huesos. Terror real. Roman está en el infierno. En tiempos de guerra. En la época y lugar en el que una palabra incorrecta sobre un dictador puede enviarte a una cadena perpetua. Roman hizo una broma y está sufriendo las consecuencias. Cuando dos de sus compañeros de prisión deciden liberar su alma pase lo que pase, él los sigue. Pero, ¿son los horrores del mundo helado más peligrosos que los que se viven en una prisión soviética?

Esta es una perspectiva brutal de una historia de supervivencia con horror salpicado de sangre. Como si no fuera suficientemente malo ver a la gente morir a golpes, ahora hay que lidiar con personas que pierden la cordura y asesinan al de su vera solo por sobrevivir a las duras condiciones invernales. Eso como poco. Centrados, en un trío de hombres que escapan de un gulag siberiano e intentan caminar hacia la libertad. Con alguna criatura del folklore ruso de por medio. En mi opinión, no es una historia destinada a lectores ocasionales. Está escrita para el verdadero fan del Terror, ese que está acostumbrado al sufrimiento humano, a la voluntad de arriesgar la vida por esa libertad, la sed de sangre que deshumaniza a las personas. No es Terror porque sí. Es el ambiente creado, el entorno, el divertimento con el horror sabiendo lo que uno lee. Se nota que Douek realmente ha investigado sobre la Rusia soviética, ya que todo el tema realmente da una vibra auténtica y hace que te cuestiones (junto con el misterio de si el Donovik era real o no) si esta historia podría ser un drama histórico o de horror sobrenatural.

Douek, un Alex Cormack dándolo todo y las fabulosas aportaciones de Justin Birch, han producido una historia oscura e inquietante, y genuinamente intrigante, sobre la supervivencia en uno de los entornos más hostiles que este mundo nuestro posee.

Vale la pena viajar (leyendo).

Reseña: Antigua Sangre, de John Connolly

Con cada nueva temporada aparece un nuevo libro de John Connolly y eso para los que amamos el género negro mezclado con el Terror, es una alegría. Por que sabemos ya lo que hay detrás de su Charlie Parker y su casi veintena de historias donde se ha enfrentado a los más diversos enemigos tanto racionales como irracionales. De nuevo, es Tusquets Editores quien da la posibilidad al lector español de poder seguir disfrutando de un nuevo tramo en la vida del investigador que perdió a su familia en el proceso… como es Charlie Parker. Aunque en Antigua Sangre (A Book of Bones) viene otro Parker; el cazador, el vengador, ese lado de su persona que más me gusta. Además, hay algo encantador en el ambiente que se va creando en Antigua Sangre que no sé muy bien como explicarlo. Aunque sí sé deciros que es una trama oscura, cargada de profundidad, a veces francamente espeluznante, pero también apasionante por lo que se va sabiendo. A poco que os guste el Terror, ya os adelanto que cumple todos los requisitos de lectura obligada. Eso si, sugeriría encarecidamente que tuvieseis leído La Mujer del Bosque (que salió justamente el verano pasado) antes de poneros con Antigua Sangre, que aunque no es un requisito indispensable, es otro libro tremendo y además para el caso aporta un trasfondo adicional, ese «retoque de color” que hace que la imagen en vuestra cabeza sea más completa, sobre todo, con ciertos personajes y sus comentarios.

¿Concretamente? Antigua Sangre continúa la historia iniciada en La Mujer del Bosque (aquel libro en el que los muertos llaman a través de los teléfonos de juguete), y la investigación y búsqueda del libro conocido como El Atlas Fracturado (que yo recordaba como un cuento dividido en cinco partes de inspiración lovecraftiana que aparece en la antología Música Nocturna), y que al parecer va relacionado con el demonio de piel pálida y olor rancio encarnado que de nuevo regresa para poner al sombrío abogado inglés Atol Quayle y a Pallida Mors, una sicaria que pone los pelos de punta, en una encrucijada de eterna búsqueda. Encontrar esos pergaminos (el Atlas Fragmentado) pues tienen el poder de empozoñar a quien lo toca y otorga a su poseedor la facultad de transformar el mundo… o liquidarlo de una vez por todas.

Aunque vayamos por partes. En Antigua Sangre, la nueva misión de Parker lo lleva desde Maine a los desiertos de la frontera mexicana, los famosos canales de Amsterdam, las neblinosas calles de Londres… Irá tras la pista de esos seres que quieren arrojar a nuestro mundo a la oscuridad. Pero la trama comienza muy a lo True Detective con el cuerpo de una mujer muerta en extrañas condiciones. En este caso, en un depósito de chatarra en Arizona. Allí, el agente del FBI, Ross, llama a Parker para que le ayude a identificar los restos de dicha mujer. A ver si le puede contar el por qué de ciertas cosas… Pero Charlie se da cuenta que el dueño del depósito de chatarra tiene vínculos con México, de ahí que la investigación le lleve a la frontera en busca de respuestas. Por otro lado, Quayle y Mors están de vuelta en Londres y, después de muchos años, la búsqueda del Atlas Fragmentado se acerca a su cúspide, su culminación, su cenit… Pues el terrorífico libro pronto estará completo. Ese libro que ha dejado muchos cadáveres a su paso durante siglos. Un libro de otro mundo, de inmenso poder sobrenatural, un libro que irradia oscuridad, una corrupción que envenena, que contamina a quienes lo rodean y a las almas desafortunadas que entran en contacto con él. Es un libro que corrompe el mundo, que lo empaña, un libro que alterará la realidad, provocará el cambio, la muerte, la destrucción y el fin de nuestra era. Es por eso que en Inglaterra, se encuentran cadáveres de mujeres jóvenes en tierras corruptas, en tierras que alguna vez fueron iglesias. Pero no iglesias de un dios cristiano, de otros dioses más antiguos, dioses a los que la gente rezaban, adoraban y reverenciaban sin saber muy bien qué eran. El primer cuerpo se encuentra en los páramos de Hexamshire y luego se descubren más cuerpos, más asesinatos de tipo ritual, cantidad de ellos de apariencia similar en otros lugares de importancia religiosa en todo el Reino Unido. Lugares con cierto poder de conjunción de astros…

Trama donde Charlie Parker se crece con una determinación tenaz. Se vuelve implacable y quizás sea porque tiene muy claro desde el principio lo que conlleva no terminar este caso bien. Conté en su día, que llegué tarde (entre comillas) a los primeros libros de la serie. Eso si, como todo lo que a uno le flipa, me puse al día rápidamente. Quería estar al tanto, leerme cada nueva historia que escribiera John Connolly y que llegara a nuestro país. Que nadie me contara nada. Y son con estas expectativas con las que se disfrutan de todas-todas los libros de esta saga. Libros que se pueden leer de forma independiente pero que si lees uno, querrás leerlos todos. Aunque insisto, Antigua Sangre es, en esencia, la culminación de lo que se cuenta en La Mujer del Bosque. Y aunque Connolly le brinda suficiente recapitulación e historia de fondo para que disfrutes por separado. ¿Un ejemplo? El film de Aliens, El Regreso. ¿A qué se puede ver y disfrutar sin haber visto antes El Octavo Pasajero? Pues eso.

Por méritos propios, estamos ante uno de los libros más chulos de los publicados en los que llevamos de año. Un lienzo complejo con una historia inteligente de múltiples capas que serpentea, que se toma su tiempo para llegar al final. Donde se disfruta cada capítulo, con un ritmo medio que nunca es demasiado lento, ni demasiado rápido. Pero potente en ambientación. Hay algo fascinante tanto en la historia como en la forma en que Connolly escribe estas setecientas páginas, que nunca-nunca se hicieron largas para mí. Y eso que yo suelo huir de los libros-ladrillo.

Reseña: Grendel, Kentucky, de Jeff McComsey y Tommy Lee Edwards

Grendel, Kentucky son cuatro números que hay que leer de un tirón. Aprovechar esta publicación que Panini Cómics hace en tapa dura y en un solo tomo, una de esas tramas que mola leer en verano. Me acerqué a él totalmente ciego, lo que comienza como un misterio de asesinato criminal se convierte de pronto en algo muy diferente. Pero, a pesar de que la propaganda del cómic revela al menos un secreto importante y (Uff…), gran parte de la exposición, es un cómic que te mantiene en vilo hasta el final. Y como yo detesto estropearlo (ah, que ahora se dice spoilear), solo diré de momento que los giros que da la historia son realmente satisfactorios solo si no tienes ni idea sobre qué trata. Así que, si os interesa, intentad no saber nada de nada antes de poneros con él. Ese es mi consejo.

No hace falta decir que Grendel, Kentucky te llevará a lugares empapados de sangre, con coreografías emocionantes, escenas de acción dinámicas fantásticamente bien ilustradas -del siempre interesante Tommy Lee Edwards-; que le dan al cómic un impulso real mientras nos encamina hacia la ruina, hacia lo sangriento. El famoso clímax de estas historias… de esas chulas historias que mezclan el género de acción con el Terror. Por que sí my friends, Grendel, Kentucky es una historia de Terror.

Jeff McComsey cuenta, en realidad, una historia extraña. Con personajes creíbles y un claro sentido de la simetría en las escenas finales. Durante el otoño de 1971, al saber de la repentina muerte de su padre, Marnie, la joven líder de una pandilla de motociclistas (The Harlots), regresa a la ciudad rural de Grendel (Kentucky), para asistir al funeral del viejo, donde vuelve a encontrarse con su hermano Denny y su abuelo. Inicialmente pensando que un oso mató a su padre, Marnie y Denny descubren un secreto familiar en forma de monstruo que vive en la mina de carbón abandonada del pueblo, capaz de desatar el infierno. ¿Y cuál es ese infierno? Durante dos generaciones, la ciudad rural de Grendel ha cumplido su trato con el monstruo que vive en la mina abandonada. Un sacrificio humano cada temporada a cambio de prosperidad agraria.

Y se ha roto el pacto.

Bastante gente ha comparado este cómic con Beowulf, una de las obras más importantes y traducidas de la literatura inglesa antigua, que ha tenido innumerables adaptaciones hasta llegar a ser un film de captura de movimiento 3D de la mano de Robert Zemeckis. Incluso tuvo cómic en Image en 2017 elaborado por Santiago García y David Rubin. Pero mirando la portada de Grendel, Kentucky, ya sabes que no. No hay nada que sugiera un elemento de fantasía medieval inglesa en este volumen (aunque obviamente «Grendel» está en el título y hay un monstruo al que derrotar). No sé, no veo porqué relacionarlos, la verdad. La historia que cuentan Jeff McComsey y Tommy Lee Edwards es un monstruo lovecraftiano en un lugar apartado del que nadie sabe. Un peli de Terror con monstruo en la América profunda. Una Bone Tomahawk o más bien una Temblores, si queréis que comparemos sensaciones respecto al cine. Hubo un aumento de pandillas de motoristas fuera de la ley en los años 60 y 70, y este cómic toma la decisión inteligente de enfocarse en esa pandilla de mujeres, que es una presencia acogedora durante el escenario de la época. Aunque muchos de estos personajes no van más allá de «la fiesta», sus interacciones son un divertido contraste con la desoladora brutalidad de la paliza que les puede dar un ser aberrante en un lugar al que nadie va de vacaciones. Además de ser para la prota, un oscuro cuento de hadas, ese horror infantil que acaba siendo una realidad a la que tiene que enfrentarse como adulta.

Tommy Lee Edwards es conocido por sus ilustraciones de gran efecto en títulos de DC como Mother Panic y Superman: American Alien. Un dibujante ideal y perfecto para dibujar Terror, en mi opinión. Mezclando tinta gruesa y una variedad de colores diferentes, Edwards hace que el entorno central se vea vibrante y turbio, lo que le da un bonito contraste visual al aterrador monstruo de silueta negra como se muestra en grandes viñetas goteantes de cadáveres ensangrentados…

Grendel, Kentucky es una lectura rápida pero tan interesante como una de esas pelis de Serie B de los 80s que al menos a mí, me pegan la espalda al sillón.

Té helado en mano, por supuesto.

Reseña: Soon, de Benjamin Adam y Thomas Cadène

Soon fue una de las grandes sorpresas de finales del año pasado dentro del cómic europeo. Y ahora Nuevo Nueve Ediciones lo publica en nuestro país. Además, nos permite familiarizarnos con dos autores como son Benjamin Adam, autor reconocido desde el Festival de Angoulême de 2017 con su thriller Lartigues et Prévert (La Pastèque) que lo petó. Y Thomas Cadène, muy activo en el mundo del cómic desde hace diez años. En Soon estaremos en presencia de mucha anticipación desde el principio, lo que, digámoslo, probablemente enfriará a los fans de las aventuras y giros peculiares de la Ciencia Ficción más convencional. Pero Soon es un cómic profundo y contemplativo. Centrado en una reflexión fuertemente política, cuyo tema central es una extrapolación de nuestro mundo actual lidiando con sus crisis sociales y ecológicas. Un cómic escrito en dos narrativas paralelas: una centrada en la relación conflictiva entre Simone Jones, una astronauta a cargo de una misión de exploración espacial, y su hijo Yuri, quien no admite su partida. Por otro lado tenemos la situación del contexto político y económico general, con una historia que explica exactamente dónde y cuándo se sitúa la historia. En 2151 la población mundial se dividió por diez debido al cambio climático. La humanidad vive en un precario equilibrio. Agrupada en siete áreas urbanas, ha inventado nuevos modelos de vida social. En otros lugares, la naturaleza se expande libremente…

Esta elección de alternar la pequeña y la gran historia da un respiro saludable al cómic que te mantiene enganchado una vez que entras en esa trama exigente en su forma de exponer todos los puntos de vista, frente a una situación en la que lo que está en juego es la propia humanidad. Esa que parece que se perdió hace tiempo. Por que la pregunta eterna siempre va a ser: ¿Deberíamos dedicar nuestra energía a colonizar el espacio o a reparar un planeta dañado por sucesivos desastres que vienen desencadenándose desde los dos últimos siglos? Todo esto hace de Soon una obra que no pasa desapercibida y justifica el interés que tenemos por el noveno arte en su capacidad para conjugar creación y reflexión. Por que Soon es exactamente ese exponente, el trabajo de dos autores creativos, ambos capaces de sostener tanto guion como pincel. Lo que da origen a este relato extremadamente lúcido de nuestro futuro odiosamente cercano, nada optimista, pero tampoco deprimente al cien por cien. El caos está cerca y es inevitable, pero veamos más allá… Eso propone Soon.

Un magnífico cómic europeo de ese tipo al que nos enganchamos con facilidad los que amamos las historias gráficas de calidad que se elaboran en nuestro continente. Es de admirar el trabajo documental y analítico sumamente detallado que ahí detrás para atrapar al lector inquieto brindándole una reflexión que hace tiempo que flota en el aire. Aquí tenéis un obra que tarda en configurarse pero que termina creando un universo complejo, rico, un futuro posible entre cientos de escenarios. Búsqueda de iniciación, vínculos familiares, aspiraciones personales y convenciones sociales, descubrimiento de uno mismo y todo lo demás. El guionista finalmente pone en la palestra varias civilizaciones que han tomado varias decisiones para su futuro y el del planeta. Y, ¿la supervivencia de la especie lo justifica todo? ¿Cómo abordar el concepto de vida y supervivencia de forma inteligente?

Varios de los temas desarrollados en este álbum me desafiaron. Me conmovió la relación madre-hijo que se desarrolló a lo largo de las páginas. También me gustó mucho la división que alterna capítulos y que nos permite descubrir esta visión del futuro, especialmente, los eventos y decisiones que instigaron esta transformación de la humanidad. Y, por supuesto, capítulos centrados en Yuri y su descubrimiento de las diferentes ciudades. Este adolescente que se rebela contra su madre (a quien ama pero no comprende), contra la sociedad (como todos los adolescentes, quiere desafiar las prohibiciones) y que poco a poco descubre quién es, qué quiere y dónde coloca sus prioridades. Historia muy creíble para nuestra desgracia.

Reseña: Bad Mother, de Christa Faust, Mike Deodato Jr. y Lee Loughridge

En este nuestro país de escasos lectores, Christa Faust (1969) no es una autora muy conocida. La señorita Faust es una neoyorquina que escribe historias originales así como novelizaciones y vínculos con los medios más mainstream del mercado. En 2009 ganó el premio Crimespree con su novela Money Shot al Mejor Libro Publicado en Rústica. Money Shot también recibió nominaciones a Mejor Original en Tapa Blanda en los Premios Edgar, Premios Anthony y Premios Barry; que no son premios mundialmente conocidos pero que dan un empujón fuerte a todo escritor que quiera dedicarse a escribir dentro del mundo del thriller o novela negra. En 2004 escribió una historia muy interesante junto a Poppy Z. Brite que se tradujo aquí como Tríadas. El caso es que le surgió la oportunidad de hacer algo en cómic con el renombrado dibujante Mike Deodato Jr. y de ahí nació Bad Mother. Una historia de las que ponen los pelos de punta.

Nos presenta a April, típica madre de barrio obrero, y ya con un solo par de páginas, aprendemos mucho sobre su vida. Tenemos una idea real de su personaje. Entonces, justo cuando nos estamos preparando para una lectura cómoda, hay un atraco a mano armada en la tienda del barrio y en un santiamén todo se va pique. Un lío de los gordos donde termina con el jefe de policía disparando a diestro y siniestro y reventándole a uno los ladrones su jodida cabeza. April está comprensiblemente conmocionada. Pero sin nadie con quien hablar en casa, su vida vuelve a ese gris de la soledad que la consume. Hasta que su hija Taylor irrumpe en casa después del toque de queda en un ataque de rabia adolescente y falta de comunicación, con un rostro lleno de magulladuras y cortes. Las imágenes y las reacciones de April desencadenan y reflejan los instintos de mamá oso que se come a un kraken, esa ira que muchas mujeres llevan dentro cuando tocan a su bebé. Intenta comunicarse con su hija para averiguar qué sucedió, pero sin éxito. Así que April decide lidiar con el novio de Taylor, Chase, y cuando va a su casa descubre conexiones perturbadoras con el atraco a mano armada que vivió unas horas antes. Y cuando regresa a casa su hija ya no está.

Lo que hace muy bien la guionista es, que a medida que comenzamos a ver los hilos, nos sumerge en un misterio criminal cada vez mayor. Tras un robo que salió mal y un abuso doméstico, queda claro que April está fuera de sus casillas. Otra persona no podría ni salir de la cama. Pero como una madre herida en sus adentros con una hija desaparecida, y con la policía no pudiendo o no queriendo hacer nada, April no cuestiona qué debe hacer a continuación. Se arremanga y empieza a mutar en otra persona. En una Bad Mother.

Bad Mother es una de esas miniseries recopiladas de cinco númeritos y de editoriales no potentes o nuevas en USA, que Panini Cómics trae de vez en cuando y que intento no perderme. Suelen ser cómics notables como mínimo. En esta en particular, vi que en USA se vendía el primer número con el lema «Baking Bad», y eso me hizo gracia. En referencia a ya sabéis qué, y si no, bueno, en referencia a ese tipo de persona que lleva una vida de cierta paz hasta que tras una impactante noticia todo cambia y emerge de su interior el verdadero mal, un verdadero villano…

A Axel Alonso, ex-editor en jefe de Marvel, ahora cofundador de AWA Studios, la editorial donde Bad Mother se publicó originalmente, le gusta describir al personaje principal como un cruce entre Frank Castle y una “mamá de fútbol”. Y con una fuerte dosis de Walter White. Pero en mi opinión tras leer el número final es que April Walters es mucho más que eso. Ya me diréis, ya. No pienso contar nada más. Además, ando feliz de que a Christa Faust le vaya bien dentro del noveno arte pues tiene ese don para crear historias impactantes dentro del realismo que muchos no consiguen. Y debería ser una sorpresa para mí el arte de este cómic, pero no lo es. Conozco de sobra a Mike Deodato Jr. y su maravilloso portafolio, ideal para ilustrar historias de género negro. Viñetas muchas que son la esencia de la historia, donde se las arregla para cambiar la acción de una madre haciendo sus compras con un robo a mano armada y un secuestro con rehenes, en un abrir y cerrar de ojos. Y los colores de Lee Loughridge aportan ambiente de forma genial.

Bad Mother es otro emocionante one-shot en cinco números, recopilados ahora en un tomito chulo, una película de las buenas en formato cómic.

Reseña: Nueve Fantasmas, de R. H. Malden

¿Cuántos lectores se arrepienten una y otra vez de que no hubiera más historias de fantasmas de M. R. James por venir? Yo, por ejemplo. De vez en cuando necesito volver a él, a sus alucinantes cuentos en las antologías de Valdemar. Sin embargo, para quien no lo sepa, el maestro James tuvo una especie de sucesor muy allegado, un hombre vinculado a la Iglesia de toda la vida pero que tuvo una breve incursión en lo paranormal (estos autores suelen ser los mejores); el distinguido R. H. Malden (1879-1951). De su mano brotaron nueve historias de Terror que se publicaron en un volumen reducido, publicado por Edward Arnold en 1943, bajo restricciones económicas por estar en tiempos de guerra. Una antología de Richard Henry Malden a la que llamó Nueve Fantasmas. Y con una portada muy llamativa (una de mis favoritas) que también rescata Diábolo Ediciones para la ocasión. Por que sí, my friends, Diábolo Ediciones aparte de estar publicando y rescatando geniales cómics clásicos de Terror (Tales from the Crypt, Biblioteca de Cómics de Terror de los Años 50…) también nos trae a librerías de vez en cuando alguna que otra antología de las chulas, de autores que muy pocos conocen, pero clásicos en otros países. Para el gusto exquisito de nuestro adorado género de Terror. E indagando un poco encuentro que Rowland Hilder, un talentoso paisajista que, además de producir encargos para el Ministerio de Información durante la Segunda Guerra Mundial, produjo ilustraciones de libros y diseños para tarjetas de felicitación, es el autor de la portada. Malden escribió varios libros pero quiso que Hilder fuera quien pusiera «cara» a Nueve Fantasmas.

Por otro lado, R. H. Malden llegó a conocer a su idolatrado M. R. James personalmente. Tuvo relación con él durante más de treinta años pues al igual que James, Malden se educó en el Eton and King’s College, de Cambridge, y allí se conocieron. De la propia boca de Malden salieron palabras como que sus propios cuentos eran «un tributo a la memoria y legado de M. R. James pero nunca comparables a su trabajo». Al final de la reseña diré qué opino sobre esto. Los nueve cuentos incluidos en esta colección son: La comitiva del coleccionista, La chimenea del comedor, El rompeolas de Stivinghoe, El reloj solar, Entre el atardecer y la salida de la luna, Las hojas en blanco, El decimotercer árbol, El timonel del barco de salvamento y El latón del sacerdote.

¿Una pintura puede tener un efecto extremadamente inquietante en su espectador? La chimenea del comedor te lo cuenta. El rompeolas de Stivinghoe es una historia espeluznante, la descripción del propio rompeolas, lo es, con su siniestra capilla en ruinas y el ambiente recargado que propone. Terror que entra lentamente por las venas. Pero no fue sino Las hojas en blanco, el cuento que inyectó un escalofrío de los gordos a mi columna vertebral cuando lo leí por primera vez. Por que aluciné tanto que tuve que leer de nuevo la historia para ver si me había perdido algún detalle. Y me encontré nuevamente con aquello que se agacha sobre la hierba, su cabeza saliente perfectamente calva y colgando horriblemente como si el cuello estuviera roto… Uff. Entre el atardecer y la salida de la luna es otra de las historias atmosféricas, inquietantes y genuinamente aterradoras de la antología. Pero la mejor historia de todas, al menos para mí, es El reloj solar. Donde el narrador se enfrenta repetidamente a una aparición particularmente aterradora, cuyo cuello es anormalmente largo («tan deforme que su cabeza colgaba de lado sobre su hombro derecho de manera repugnante e inhumana»), habiendo comenzado una persecución alrededor de unos pinares, donde para su horror (y el mío) pasa de ser el perseguidor al perseguido.

Aparte del hecho de que Malden era muy bueno creando atmósferas, un fuerte pavor en sus lectores, también tenía cierto sentido del humor. Lo podréis encontrar en el comienzo de El timonel del barco de salvamento donde… Ah no, no, leedlo, leedlo. No cuento más. Mi opinión es que no creo que Malden tuviera intención de imitar a James. De hecho, no creo que esa fuera la intención de ninguno de los primeros “jamesianos”. Y no creo que sea justo juzgar su trabajo simplemente comparándolo con James por muy en alto valor que se tenga. Para mí es un dios Stephen King en lo que hace, ¿y por eso ya en todo lo que escribo intento imitarlo? Para nada. Todos tenemos inspiraciones en la vida. Malden tenía su propia voz y no solo porque admirara a M.R. James, sus cuentos de fantasmas, iba a escribir exactamente lo mismo. Tenía sus miedos propios y un gusto muy sutil por… ¡¿Qué le pasaba a este hombre con los cuellos, dios mío?!

Una antología que fue cara y difícil de conseguir en su día, ahora disponible para todo amante de las historias de fantasmas que se precie.

Reseña: Marvel Integral. Ojos de Halcón, de Jeff Lemire y Ramón Pérez

Creo recordar que fue viendo el principio de Vengadores: Endgame que le dije a mi mujer: «Mira, mira, fíjate en ese detalle. ¿Sabes por qué? Porque, de hecho, tienen una serie en cómic juntos…». En la escena se ve a Clint Barton en su casa de campo con su mujer y sus hijos y este está enseñando a su hija mayor a tirar con arco. Bueno, luego su familia desaparece y demás, ya sabéis… Pero yo sabía que existía ya por entonces un miniserie que todo el mundo ponía muy bien donde Ojo de Halcón y su hija (algo más crecidita que en la peli) ponían a caldo a más de uno con sus geniales arcos y flechas trabajadas. Y una de esas series era Ojos de Halcón, una de las que incluye este genial Marvel Integral que publica Panini Cómics este mes. La colección de Marvel Integral de tapa dura y lomito de decorado chulo donde ya se publicaron otras genialidades como el Ojo de Halcón, de Matt Fraction y David Ajá, La Muerte del Capitán América o la eternamente recomendable La Visión, de Tom King y nuestro paisano Gabriel Walta. Y es que todos y cada uno de los títulos de esta colección son maravillas en sí mismas, no solo en cuanto a guion y dibujo, también en calidad de tomo, páginas…, etc. Diría, sin temor a quemarme, que es la colección más cuidada de la editorial. Este volumen contiene los tres arcos argumentales o miniseries en los que se pueden encontrar trabajando juntos a padre e hija. Wunderkammer, El Hombre de Bishop y Ojos de Halcón. Fue curioso pero después de la exitosa carrera de Fraction con el personaje se decidió pasar el turno a Lemire (que tiene experiencia de Green Arrow), por tanto, encontramos varios aspectos de la carrera anterior aquí también: un perro, los dos Hawkeyes, Clint y Kate, y héroes mucho más humanos (realistas) que sus compañeros.

Ahora, en esta primera aventura, el Equipo Ojo de Halcón es enviado por S.H.I.E.L.D. a una base de HYDRA. Existen indicios de que en ese lugar se está probando una terrible arma secreta. Pero la misión no va bien, el arma, obviamente, no es lo que parece. Pero lo más importante es que S.H.I.E.L.D. sigue sin funcionar como le caracteriza. Sigue siendo una empresa de planes no cuidados y para nada salvaguarda la vida de los Hawkeyes. Aquí hay gato encerrado. Una historia donde al mismo tiempo aprendemos más sobre la juventud de Clint Barton tras la muerte de sus padres.

En El Hombre de Bishop no todo es tan directo como una flecha para Clint y Kate. Una grieta profundamente arraigada que se extiende a lo largo del tiempo, une al anciano Clint y a una Kate más sabia mientras persiguen los errores de su pasado. Aunque la trama del presente es interesante en cuanto a los efectos sobre ambos socios y algunas cuestiones éticas, el pasado arroja luz sobre el primero al explicar el pasado de Clint. Por lo tanto, nos damos cuenta que, pese a estar separados, están muy juntos, y son almas bien dirigidas y equilibradas. Una miniserie que deja con ganás de más, sobre todo, a los cotillas que queremos saber todo-todito-todo de un personaje que gustaba «algo» en su día y ahora mola un montón. Pero no hay que esperar más para saber. Por que el tomo cierra con la miniserie de tres números, Ojos de Halcón. Una aventura completamente nueva sobre Kate y Clint Barton. Donde un adelanto del pasado de Kate revela más sobre su misterioso padre. No obstante, de vuelta al presente, Clint dirige un nuevo equipo de S.H.I.E.L.D. para rescatar niños de las garras de HYDRA. Pero durante los últimos meses, Clint y Kate han estado enfrentados. Los flashbacks continúan explorando la infancia de Kate y lo que la llevó a su camino heroico. Y ahí es donde una joven Kate Bishop comprende la clase de hombre que realmente es su padre. Clint Barton deberá demostrar que, pese a todo, es alguien en quien Kate puede confiar. Una historia climática que define para siempre lo que significa ser parte del Team Hawkeye.

No me extraña que se haya decidido sacar Ojos de Halcón en esta colección. Historias así lo merecen. Merecen estar en una edición chula porque además pega bastante tenerla junto a los acontecimientos narrados en el Ojo de Halcón, de Fraction y Ajá. Situarlos juntitos en nuestra cómicteca, tal como se sitúa en nuestra linea argumental cerebral después de haberlas leído. La etapa completa de Jeff Lemire (Gideon Falls, El Viejo Logan) y Ramon K. Pérez (Cuento de Arena, Lobezno y La Patrulla-X), dándolo todo sobre los mejores arqueros que vais a encontrar en el Universo Marvel.