Reseña: Fafhrd y el Ratonero Gris, de Leiber, Chaykin, Mignola y VVAA

Puede ser que estemos ante uno de los cómics descatalogados más deseado de los últimos años. Ya sólo por eso, es de agradecer el esfuerzo de Norma Editorial de reeditarlo pese a los años que Fafhrd y el Ratonero Gris no visita librerías. Eso sin contar que así, por fin, sale del mercado de especulación que tanto daño nos hace a los lectores constantes.

La recuperación de esta joyita de la fantasía llevada al cómic por otros maestros del noveno arte como son Howard Chaykin, Mike Mignola, Dennis O’Neil, Walter Simonson y Jim Starlin. Madre de dios, ¿he dicho algo? Sí friends, porque Fafhrd y el Ratonero Gris es equivalente a una de esas súper producciones de Hollywood con una gran historia llevada a la pantalla por cantidad de señoras y señores famosos. Esa es la sensación. Cómic muy, pero que muy divertido, al igual que las historias que lo inspiraron. Esta adaptación de los personajes creados por Fritz Reuter Leiber Jr. (1910-1992), un novelista y cuentista estadounidense que abordó los tres grandes géneros con un alto nivel de aceptación, es una adaptación que impresiona por su ingenio y estilo. Convertido en novela gráfica por Howard Chaikin (guion) y Mike Mignola (dibujos), cautiva desde los primeros fotogramas y la historia te absorbe y no te suelta hasta que lo terminas.

Después de leerlo, ya os aviso, vais a recordar con nostalgia a estos carismáticos bastardos, como si tú mismo hubieras viajado con ellos a través de los vastos espacios del misterioso mundo de Nehwon y os hubierais metido en problemas junto a ellos en las sucias y oscuras calles de Lankmar. La ciudad más grande, más mala y mejor del mundo. Todo eso a la vez.

Fafhrd es el típico «tanque», una montaña de músculos con una espada enorme, un bárbaro clásico de los Páramos Congelados, esas personas que nacen y crecen en las montañas nevadas e inhóspitas del norte, cual roble sin miramientos por el nindundi que se abre y sobrevive a su alrededor. ¿El Ratonero Gris? Es un oscuro, astuto y yesero…, de esa gente que probablemente ha nacido en alguna estepa del sur, en el cual la picaresca está muy presente. Se dice que incluso fue aprendiz de brujo, pero de esto casi nadie está seguro. Un cómic que os aseguro que sus diálogos os enamorarán. Se pueden releer muchas veces y observar las consecuencias de las acciones y los matices que se incluido en casi cada palabra. Tremendamente interesante la labor que hay detrás de este tema del cual incluso aprendes como escritor o guionista. Y aunque el ritmo de Chaykin a veces es entrecortado, su uso del lenguaje es deliciosamente acorde con los personajes.

¿El dibujo? Como de costumbre, Mignola es una delicia, aunque es divertido verlo en una etapa mucho más temprana, donde sus líneas son más esquemáticas y su sombreado angular tiene ese aspecto «atrevido» de principios de los 90 tan favorecido en los cómics y los libros de rol de entonces. Me encanta su habilidad para dibujar, en particular los edificios y las estatuas, que logran ser intrincados y misteriosos sin depender de la miscelánea obsesiva de la historia.

Tenemos aquí entonces las adaptaciones de siete historias de la serie de Fritz Leiber sobre Fafhrd y el Ratonero Gris. Diría que es la serie clásica, la segunda más influyente en el género de fantasía conocido como Espada y Brujería (después de Conan, por supuesto). Historias ricas y sutiles, un volumen genial que además, para los que han leído esta saga en formato literario, les ayudará a hacerse una imagen real de la Nehwon de Leiber que tan sutilmente se describe en los libros. Una hermosa encarnación gráfica de una obra que es caprichosa, inteligente, llena de aventuras y emociones e infinitamente irónica.

Reseña: Marvels. Ruinas, de Warren Ellis, Terese y Cliff Nielsen y VVAA

Casi cada autor que se topa de pronto con un gran éxito de otros autores, tiene dos opciones: alabarlo o criticarlo. Todo depende después de muchos factores. Pero ante la evidencia de lo bueno, lo normal y siendo honrado es elogiarlo. Y si tienes oportunidad, homenajearlo. Sin imitarlo y sin copiarlo, sacar historias paralelas, parodias, versiones distópicas o spin-offs que gusten. Arlo, -arlo y -arlo. Marvels: Ruinas fue una miniserie de cómics de dos volúmenes escrita por Warren Ellis. La serie es un “-arlo, -arlo y -arlo”, de Warren Ellis hacia la mítica serie Marvels, de Kurt Busiek y Alex Ross. Aquella maravilla que algunos tenemos en nuestra cómicteca y que desarrolla una versión distópica del Universo Marvel, una versión de superhéroes más “reales” vistas hasta el día de hoy. Una alternativa historia del a menudo mordaz Warren Ellis, que continúa con el mismo protagonista, el reportero Phil Sheldon, deambulando por Marvel alternativa, una en la que todo lo que podía salir mal, salió mal.

El QuinJet ha sido derribado matando a Los Vengadores. Más tarde, Sheldon se encuentra con Lobezno en un bar; sus huesos de adamantium le están consumiendo y propinando una terrible enfermedad. Sheldon se dirige entonces a un campo de concentración Kree donde todos están muriendo de cáncer por culpa de la radiación de misiles nucleares que destruyeron su flota después de que fuera expuesta por la energía de Silver Surfer tras un altercado pasado. Y es el Capitán Marvel quien cuenta todo esto. Luego, Sheldon conoce a Nick Furia, que es un viejo caníbal hastiado que se suicida, pero no sin antes asesinar a una mujer prostituta llamada Jean Gray… Uff. Como podéis ver, decadencia tras decadencia.

¿Mencioné la palabra «parodia»? La parodia generalmente implica risas, y uno podría preguntarse dónde están las risas aquí. Si hay alguna, solo proviene del más oscuro humor negro. Ellis quiere y propone decadencia para los superhéroes. De una pesadilla a la siguiente…

Marvels: Ruinas está ilustrada por la pareja Terese y Cliff Nielsen, así como como por Chris Moeller en la segunda mitad del segundo número. Un trabajo que sirve como contrapunto al que realizara el maestro Alex Ross con la obra original. Un desolado paisaje de la trama, totalmente opuesto a la Era de las Maravillas mostrada en Marvels. Un arte abstracto que hace pensar en Bill Sienkiewicz y sus figuras más toscas. No sé si Marvels: Ruinas, que vio la luz por primera vez en 1995, y que tuvo cierto éxito de ventas, cuenta como una sátira. Pero para mí lo es. Tampoco lo considero un What if…?, por que la sensación es que se está contando otra historia diferente con un mismo personaje. Es más bien un reflejo oscuro de la obra de Busiek y Ross. Eso es. Phil Sheldon también reuniendo información para un libro, pero aquí no se retrata a los prodigiosos héroes como estandartes de una nueva época; en vez de eso, seres que promueven lo trágico, lo oscuro, el caos.

Y el dibujo, desaliñado y onírico, ayuda a ello.

Esta nueva edición de Panini Cómics incluye además Tales of the Marvels: Blockbuster, Inner Demons y Wonder Years #1 y #2. En el primero, mola el proceso que viven distintas víctimas de un enfrentamiento entre Estela Plateada y un villano alternativo al Doctor Muerte. Tales of the Marvels: Demonios Interiores nos muestra los últimos momentos de un Namor indigente, antes de recordar quién era. Buenas lecciones para la prepotencia. Y cierra el tomo, dos numeritos de Tales of the Marvels: Wonder Years, que me parece sobradamente lo mejor del volumen. Aunque la historia haya quedado algo pasada de moda y cuando la leáis sabréis por qué.

Buena edición, con una gran cantidad de portadas, una breve introducción y una breve biografía de los autores. Una lectura desasosegante que sorprende.

Reseña: Dragonero/Conan El Bárbaro. La Sombra del Dragón

Luca Enoch lo había avisado. Fue en el otoño de 2019, cuando se anunciaron las colaboraciones entre los personajes de Sergio Bonelli Editore y DC (sí, DC Cómics); sin embargo, Dragonero no estaba entre los personajes involucrados, aunque Enoch y Vietti (los creadores de la serie) comunicaron que estaban preparados y acompañaron esta declaración de intenciones con una espléndida ilustración de Batman. Evidentemente, alguien en Bonelli se dio cuenta rápidamente de las ganas de los autores, además, de percatarse de la buena idea que era, y por lo tanto, después de haber visto las curiosas parejas entre Zagor y Flash, Nathan Never y la Liga de la Justicia y Dylan Dog y Batman, rápidamente el cazador de dragones a la editorial responsable norteamericana (Marvel y Dark Horse) las cuales dieron el sí para llevar a este «encuentro» al magnífico héroe icono de la fantasía heroica, creado en los años 30 por el escritor estadounidense Robert E. Howard. Un personaje que ya ha tenido gloriosas transposiciones al cómic, como se puede ver actualmente en nuestro país en geniales ediciones que están publicando Panini Cómics y SD.

Una historia que para la ocasión, obviamente, fue confiada a los creadores de Dragonero, Enoch & Vietti, quienes escribieron la historia en pareja, compuesta por un prólogo y seis capítulos cortos que ven la luz en este magnífico volumen en tapa dura que os reseño hoy. A los lápices, Lorenzo Nuti, un excelente diseñador cuyo estilo evocador quizás se pierde un poco con los colores, pero bueno. Como es habitual en este tipo de crossovers, no hay referencias explícitas a la continuidad de los personajes. La historia se basa en la acción, dejando poco espacio para la introspección y las relaciones entre los protagonistas, que no parecen respetarse especialmente. Conan se encuentra en el mundo de Dragonero persiguiendo a un misterioso dragón que se ha apoderado de unas gemas mágicas. Ve a sus compañeros de armas masacrados por los Algenti, clásicos adversarios de Ian Aranill, y los dos, tras cierta incertidumbre, deciden colaboran para recuperar las gemas y evitar el colapso de sus respectivas realidades.

Era inevitable que Conan el Bárbaro y Dragonero, dos iconos del cómic de la Espada y Brujería, se encontraran algún día. O mejor aún, cruzaran sus espadas. De Erondár al continente hyborio, aquí vamos a descubrir y disfrutar del increíble viaje del cimmerio y de Ian Aranill, ambos tras la pista de un terrible dragón. Los dos héroes luchando juntos en ambos mundos, el Erondar de Dragonero, con sus dos lunas, y los reinos hiborios de Conan. Enfrentándose a dragones sensibles, wyverns salvajes, monstruos transformados por el poder de las gemas… La acción se centra exclusivamente en los dos protagonistas: poco más que una aparición está reservada a los habituales compañeros de aventuras de Dragonero.

Pero quiero que no olvidéis que Conan y Dragonero son representantes de dos géneros narrativos en parte diferentes, la fantasía integral y muy aventurera de Ian Aranill y la heroica de Conan, con diferentes concepciones de la magia. Entre los dos personajes, quizás salga mejor parado el Bárbaro que, a pesar de su carácter solitario y su costumbre de arreglárselas solo, suele formar equipo con personajes de cualquier tipo: de hecho, en su historia editorial, ha conocido incluso a superhéroes icónicos del pijameo. Por su parte, Ian se peleó con Zagor, en dos números especiales no demasiado exitosos. Resumiendo, tenemos ya disponible y yo en mi cómicteca, un inédito e indispensable crossover entre dos héroes fantásticos que todo aquel que ame el buen cómic, la fantasía heroica, así como quien quiera degustar un sándwich mixto y calentito con estos, jamás, jamás, debería perderse este título.

Reseña: Scratch, de Sam Kieth y Alex Sinclair

Ya sólo por el dibujazo de Sam Kieth uno quiere leer cualquier cómic donde participe. Los amantes de las buenas ilustraciones, a veces, somos tan facilones que damos pena. Pero quizás no tanta si eres de los que gozan de buenos ojos para el arte. El mejor. Lo que las manos de alguien con un don es capaz de hacer, de convertir en dibujo de la nada. El último cómic que he devorado únicamente por esta cuestión ha sido este maravilloso tomito en tapa dura que acaba de publicar ECC Ediciones y que recoge la miniserie de cinco números llamada Scratch. Donde el prestigioso guionista y dibujante Sam Kieth, responsable de Batman: Fantasmas y Batman: Secretos, entre otras muchas, nos trae el relato desgarrador pero emotivo de un muchacho incomprendido. Y antes de alabar sus trazos, nuevamente, voy a por más.

Zack es un adolescente que descubre que es un hombre-lobo y se va de casa hasta que puede controlar su naturaleza bestial. Camina durante días a través de muchos kilómetros hasta que se derrumba por agotamiento cerca de una cabaña aislada. Allí es acogido por la señortita Sage, y allí se queda varias semanas. Más tarde, Zack descubre que ella y los niños bajo su custodia son blanco de los prejuicios de la gente del pueblo que busca culpar a alguien del caso de una niña desaparecida. Más tarde, esa noche, Zack se convierte en Scratch -el temible hombre-lobo- y se encuentra con un monstruo que lleva a la niña desaparecida a cuestas. Scratch lucha contra la criatura pero no puede rescatarla pues llega el amanecer. Entonces, Scratch vuelve a ser Zack y la criatura escapa con la niña. Al atardecer, Zack rastrea la zona donde estuvieron y llega hasta una guarida, una cueva, donde encuentra una multitud de niños deformados…

Las cosas se tergiversan y una multitud sedienta de sangre quiere a Scratch muerto. Hasta que llega el Caballero Oscuro. Pero, ¿podrá Batman protegerlo y aparte, descubrir el secreto de los Ouroboros en medio de este frenesí?

Os decía que soy un gran admirador de Sam Kieth. Su Maxx me hizo consciente de los métodos de narración de historias de lo que un maestro es capaz a través de sus lápices. Fue mi droga de entrada a su obra. Mas, oí hablar por primera vez de Scratch allá por 2003 o 2004 y estuve ansioso por leerlo. Creo recordar que me compré en la librería de un aeropuerto la primera grapa y me encantó. Pero por cosas del destino, o de lo liado que andaba entonces, que no la continué. Se me debió ir la pinza que incluso la olvidé. Y eso que me pareció una serie maravillosa donde, ¡Sam Kieth dibujaba hombres-lobo y a Batman! Pero ahí quedó la cosa. Y más de quince años después, ahora estoy aquí, algo afincado ya, hablando de la serie en cuestión. Reseñando un tomo, un volumen donde por fin conseguí obtener la historia completa y leer los cinco números que la comprenden del tirón.

Eso sí, pese a la monstruos que contempla, Scratch no es una historia que se mueva a una velocidad vertiginosa. Simplemente, avanza, saltando de un lugar a otro y cuenta escenas que aportan, sobre todo, una tremenda ambientación. De un lugar del que se podrían sacar bastantes y buenas tramas de Terror a mí parecer. Por que Scratch tiene bastante de cómic de horror de los 50s, también muy a lo Richard Corben en relatos de la Améica profunda. Pero Kieth es excelente para establecer el terreno. Lo hizo con The Maxx, Ojo, Four Women, la serie Zero Girl o Batman: Secretos. Crea un potente ambiente, aunque aquí queden cuestiones en el aire que a muchos nos gustaría saber (¿Quién es realmente Zack? ¿Y su familia? ¿No lo echan de menos? ¿Lo tenían por loco?) ; hay ahí una pretrama a resolver, que hubiera molado que se desarrollase. Quizás el contrato abarcaba únicamente cinco ejemplares…

Scratch tiene muy buenos momentos. Algunas escenas son conmovedoras y otras incluso divertidas, pese al género que trata. Y para ser justos, algunas ilustraciones de la señorita Sage (me encanta cómo Kieth dibuja mujeres) o del hombre-lobo Zack, son absolutamente impresionantes. Lo recomiendo para fanáticos de Kieth y, por supuesto, para incondicionales de las historias de Terror en formato cómic.

Reseña: Spiderwoman. Origen, de Goodwin, Sal y John Buscema y VVAA

Siempre que hablemos de una buena época en la que la mayoría de los cómics tenían su aquel, y gracias a grandes autores que iban picando de personaje en personaje, se pueden encontrar aventuras muy chulas en series de personajes que sin haberlos leído nunca, te pueden gustar. Y eso que en ciertos casos puedes llegar a pensar que son un invento más, un copy/pasteo más que otra cosa; y aún así te equivocas. El que no prueba, no descubre. Y el que lo intenta o busca, encuentra. Pues eso, sorpresa total con la lectura del nuevo Marvel Limited Edition especial de Spider-Woman: Origen, pero cuyo contenido abarca bastante más. Un volumen de la linea de los demás especiales pero contenedor, nada más y nada menos, de sus primeras apariciones en Marvel Spotlight #32, Marvel Two-In-One #29-#33 y su genial arranque de cabecera propia con los primeros ocho números de su serie particular. Un personaje que, a priori, muchos piensan en “una-versión-del-hombre-araña-en-mujer-y-ya-está”, pero donde los ineptos (grupo en el que me incluía hasta hace poco) se equivocan. Pues anda que no tiene tramas detrás la perseverante Jessica Drew.

La superheroína Spider-Woman (Jessica Drew) aparece por primera vez en el noveno arte en el Marvel Spotlight #32 (que aquí se incluye) del bendito año 1977. Un personaje con una fuerza tremenda, como en este MLE podréis comprobar. Cuya serie particular llegó a alcanzar exactamente los cincuenta números, con los que llegaría a su fin en 1983. Y aunque las intenciones del gran guionista Brian Michael Bendis fueron buenas agregando a Spider-Woman a la lista de Los Nuevos Vengadores, e incluso realizando en 2009 una segunda serie limitada de siete números para ella, me comentó un amigo, gran fan del personaje desde siempre, que ya nada sería lo mismo. En mi opinión, merece mucho la pena conocer al personaje clásico de Spider-Woman. Al ochentero. A poco que te pongas, vas a encontrar aventuras atractivas y bien curradas de aquellos buenísimos años del cómic. Aventuras como ¡Batalla en la cima del Big Ben!, Desde Stonehenge… ¡Con muerte! O la genial, ¡El Hombre que no podía Morir!, donde hay una buena trama de un ex-soldado maldecido con la inmortalidad. Historias dentro de historias, pues de todos es sabido que esta chica no ha sido picada por nada ni por nadie, fue criada en el seno de la terrible organización H.Y.D.R.A, donde aprendió a ver el mundo desde el odio y la desazón. Hasta que un día por casualidades (o no) del destino se cruza con Nick Furia. Y en esa búsqueda de identidad que algún día tenemos todos, decide alejarse de su antiguo sino, dejar atrás el ser una vil mujer.

Jessica Drew, hija del antropólogo Johnatan Drew y su esposa Merriam, cuando era pequeña, su padre y su amigo descubrieron uranio en una propiedad y se enriquecieron rápidamente con ello. Pero la pequeña Jessica enfermó mortalmente debido a la exposición y a la radiación del uranio. Y para salvar su vida, su padre tuvo que inyectarle un suero experimental de sangre de araña, de una investigación que llevaba en esos momentos y que se había demostrado que las arañas poseen mayor resistencia a la radiactividad que los seres humanos. Sin embargo, Jessica no respondió inmediatamente al tratamiento, de modo que el doctor Wyndham, que llevaba aquella investigación, la introdujo en un acelerador genético, para un tratamiento más avanzado. Y poco después que su madre muriera y su padre se fuera, Wyndham se hizo cargo de Jessica, manteniéndola parcialmente criogenizada durante décadas, envejeciéndola a 1/7 de lo normal, y dándole educación mediante grabaciones…

Los años pasaron y Wyndham (convertido ahora en el Alto Evolucionador) decidió liberarla al comprobar que había mutado y ahora poseía una gran fuerza, una enorme resistencia a todo tipo de venenos y radiaciones, además de un exceso de energía bioeléctrica que podía descargar en forma de rayos. Pero consciente de su humanidad, Jessica se obsesionó con encontrar a sus padres y así fue descubriendo toda una serie de seres, superhéroes y villanos que rodeaban su mundo. Hasta que finalmente, en asociación con el criminólogo Scott McDowell, se dio a conocer públicamente como cazadora de recompensas.

La vida de Jessica Drew ha estado marcada por la tragedia: su captura por H.Y.D.R.A, su enredo con el Alto Evolucionador… Pero ahora Jessica es otra. Ha decidido construir una nueva vida, y no pasa mucho tiempo antes de darse cuenta que su araña interior es más fácil de llevar que su humanidad. Un Marvel Limited Edition maravilloso, asequibe y llevadero. Un pedazo de descubrimiento.

Reseña: Mercaderes del Espacio, de Frederik Pohl y C.M. Kornbluth

En algún momento, la novela distópica se convirtió en tradición dentro de la Ciencia Ficción. Y es fácil ver por qué: las facetas que separan el género del resto de la literatura conducen a manifestar sociedades e ideologías en desacuerdo con la realidad social. Un Mundo Feliz, presentaba una sociedad en la que casi toda la humanidad se drenaba de “propia humanidad”; Fahrenheit 451, le arrebataba libros a la sociedad; 1984, imaginaba un mundo en el que la libertad personal se perdía por control del Gobierno, además de presentar un escenario donde el individualismo es aplastado bajo la esterilidad de la conformidad. Pero hay más porqués. Todos sobre Zanzíbar, Orbita Inestable o La Oveja Mira hacia Arriba, de John Brunner, son novelas distópicas que presentan diferentes facetas de permitir que la influencia corporativa usurpe las preocupaciones políticas y sociales. Congreso de Futurología, de Stanislaw Lem, mostraba una sociedad bloqueada por productos químicos. Y Mercaderes del Espacio, enseña como comercializar dentro de un escenario aterrador que estratifica a la sociedad de manera poco saludable. En definitiva, novelas con una potente carga social, con más de cincuenta años respecto a nuestra realidad, pero cuyos argumentos están demasiado cercanos. Historias de Anticipación, haciendo una fuerza honrada del significado de sus palabras.

Y es que la sociedad que Kornbluth y Pohl imaginan en Mercaderes del Espacio, se vuelve demasiado realista. Establecida nominalmente en el «futuro», las corporaciones han ganado suficiente poder para forzar los límites políticos para cambiar de lo geográfico a lo comercial. Estados que ya no están representados en el gobierno, los conglomerados empresariales y los mega-corporaciones compiten y cabildean ferozmente en su etapa más alta para garantizar que los productos se consuman y las ganancias sean súper elevadas. Y jugando el papel más importante en ello, están las Agencias de Publicidad. Capaces de usar cualquier método, el que deseen sin límites y poniendo los cinco sentidos recurridos en folletos, carteles…, y otros asuntos más turbios. ¿Un ejemplo? Productos que contienen en sí mismos altos elementos adictivos. Por lo que la riqueza se canaliza hacia la cima, la clase baja crece mientras que los ricos prosperan. Todos los servicios privatizados, incluso la capacidad de una persona para recibir protección civil se deriva a su capacidad de pago, incluyendo la propia policía. Los pobres consumen solo ingredientes de baja calidad, los países del Tercer Mundo suministran mano de obra a muy bajo precio a las potencias ricas, me cago en todo… Si es que esta novela de 1954 habla de nuestra sociedad actual.

Una sátira del capitalismo y del mundo de la publicidad que casi setenta años después se hace realidad. Y así nos topamos con la historia de Mitchell Courtenay, el mejor publicista de la Sociedad Schoken, y el encargado de elaborar la campaña publicitaria de un poderoso proyecto. El besar culos (por no ser más borde), emplear trucos del oficio y una capacidad instintiva para explotar las lagunas legales, lo han colocado como uno de los favoritos de Schocken. Y es así cuando llega un gran contrato, uno obtenido de manera cuestionable, en el que es elegido para encabezarlo. El Proyecto Venus. La humanidad está enviando a sus primeros humanos a colonizar a nuestro vecino verde-oscuro, y depende de Courtenay asegurarse de que contenga personas esa nave. Después de elegir a mano a su equipo, investigar la demografía y entrevistar al único astronauta que realmente ha puesto un pie en Venus, pone en marcha sus ideas. Pero tras una sucia maniobra de sus competidores en el que hay un intento de asesinato, el mundo de Courtenay se desmorona. Se verá relegado a los más bajos niveles de la sociedad, desde donde deberá ascender de nuevo acercándose (tal vez demasiado) al mundo del terrorismo y el sabotaje.

Mercaderes del Espacio no deja de ser una novela fascinante, llena de ideas, a pesar de los años. Un titulo indispensable de leer y que, por supuesto, aparece en la lista de Science Fiction: The 100 Best Novels, así como en la muy seguida Ciencia ficción: Guía de lectura del gran Miquel Barceló.

Reseña: Batman. Failsafe, de Chip Zdarsky, Jorge Jiménez y Morey

Tras gozar de lo lindo con la serie de TV de El Pingüino…, ya sabéis como va esto. Corriendo a buscar algo relacionado o más Batman. Porque en el maravilloso mundo de los cómics es donde se pueden encontrar historias más historias, más arcos chulos en los que perderse. Por eso, centré mi atención en la sinopsis de Failsafe:

El Pingüino ha vuelto a las andadas, y esta vez amenaza con matar a todos los millonarios de Gotham City a menos que donen todo su dinero. ¡Dioses, podría tener algo que ver con la serie! Pero no. El primer arco argumental de Chip Zdarsky y Jorge Jiménez sobre el título principal de Batman de DC va por otros lares. Pero atractivo también. Y es que si alguna vez hubo alguna duda sobre qué tipo de Batman está escribiendo Chip Zdarsky, las primeras siete páginas del último número de este arco (el Batman #130) te lo aclara: lanzado al espacio, el Caballero Oscuro se precipita a través del vacío (como Sandra Bullock en la mareante Gravity), sin el beneficio de otra estación espacial cercana o incluso un traje presurizado que lo proteja. Seguramente va a morir, ¿verdad? Tendrás que leerlo. ¿Y cómo llega a eso?

Es el comienzo de una nueva era en el Universo DC, ya que el escritor estrella y ganador de varios premios Eisner, Chip Zdarsky, se enfrenta al Caballero Oscuro habiendo terminado su carrera con Daredevil, Zdarsky salta de un personaje oscuro con un pasado complejo a otro. Zdarsky parece la elección perfecta para escribir la serie insignia de Batman, y parece tener mucho planeado para Bruce Wayne. Las ilustraciones de Jorge Jiménez y Tomeu Morey apoyan este arco debut cuya publicación en USA desencadenó una reacción en cadena asombrosa entre los fans. Un cómic que nos lleva de regreso al pasado mientras un pitido siniestro anuncia la siguiente escena de los tres Jokers sentados sobre un montón de aliados muertos de Batman. Bruce se despierta de su pesadilla y se prepara para otra noche de lucha contra el crimen. Un asesino en serie anda suelto y los ricos habitantes de Gotham están en la mira. Los pingüinos se atribuyen los crímenes en la televisión nacional, lo que lleva a Bruce a asistir a una gala en la que espera encontrar al maestro criminal. Como Batman había anticipado, el Pingüino intenta liberar un gas venenoso que Robin ya ha saboteado. Pero no tiene idea de que el hombre que tiene frente a él podría no ser el Pingüino en absoluto…, y es…

Un vistazo genial a cómo Bruce normalmente pasa sus días y noches ahora que no tiene el mismo respaldo financiero que antes. Bruce se ha sumergido por completo en el superhéroe, y el estrés resultante del trabajo se acumula sobre él, causándole pesadillas inquietantes. La historia avanza a un ritmo vertiginoso como un espectáculo de Polaroid que lleva al protagonista de una escena a otra con unos breves momentos de autorreflexión entre ellas. La narrativa se centra únicamente en hacer avanzar la trama, y cada fragmento de diálogo e interrogatorio sirve a ese objetivo. Pero cómic no exento de momentos impactantes y, francamente, la cantidad de giros que Zdarsky da son impresionantes.

Veredicto final: COMPRA.

Reseña: Thorgal. Segundo Integral, de J. Van Hamme y G. Rosinski

Tras los anuncios constantes del coleccionable, aún me lo siguen preguntando y sigo respondiendo lo mismo: la mejor edición actual en la que vais a encontrar esta maravilla del cómic como es Thorgal, son los integrales recopilatorios que está publicando Norma Editorial. Es la mejor edición, sin duda, y a la larga -pero no en mucho tiempo-, también la más económica y maravillosamente guapa a los ojos ideada para cualquier cómicteca que se precie. Y es que Thorgal es esa obra indispensable del noveno arte que por una razón u otra siempre dejé escapar. Una vez quise y no pude, otra, por circunstancias de la vida, leí el primero y no pude continuarlo… O me dije que era mejor seguir leyéndolo en serio, en otro momento, una historia tras otra o estaría poniéndolo todo en el asador para que me defraudara. Y no quería. Así que digamos que no era el momento. Pero es curioso como el subconsciente de muchos de nosotros, retiene. Y parece quedarse activo para estar a la que salta con ciertas cosas cuando se ponen a huevo. De ese modo pude hacerme con el primer volumen de estas geniales ediciones integrales que está poniendo en el candelero la siempre recomendable Norma Editorial. Ahora es el momento. En especial, de relataros como el segundo integral es igual o más bueno que el primero. Por los menos en sensaciones, no he parado de asentir casi con cada historia, un integral maravilloso, sinceramente.

Este segundo volumen de la esperada colección integral de Thorgal, la gran obra maestra de Van Hamme y Rosinski que lleva décadas fascinando a lectores de todo el mundo; una edición definitiva acompañada de extensos dosieres finales repletos de arte inédito; contiene los álbumes correspondientes del #5 al #8 de la serie. Comienza con Más Allá de las Sombras, considerado por el fan acérrimo como una de las mejores historias que vais encontrar, donde por mi parte diría que no se debe descartar ninguna secuencia, ya que cada página contiene su propia dosis de emoción. La inventiva del escenario es inmensa, oscura, lenta, incluso deprimente para encerrarte en lo que se cuenta. El dúo Thorgal-Shania se vuelve conmovedor. Un viaje a la tierra de las sombras de Thorgal para salvar a su esposa moribunda. Ir donde ningún mortal ha llegado. Pero, ¿hay que pagar el precio reclamado por las fuerzas del Mal de las que depende el destino de Aaricia? Un álbum que se puede leer de forma independiente. Muy emotiva. Alucinaréis. Y voy a dejar esto claro ya sin ánimo de extenderme mucho en una cosa que es bastante clara: el dibujo de Rosinski aquí se vuelve inconmensurablemente bueno. A nivel de lienzo para los mejores museos de la ilustración casi cada viñeta.

Le sigue La Caída de Brek Zarith. Este álbum cierra por completo la historia comenzada dos tomos atrás. Thorgal esta vez toma el pelaje de la bestia, y finalmente listo para recuperar a Aaricia con la ayuda de los vikingos, se lanza. Pero ella guarda un secreto que jamás podría imaginar Thorgal, y él intentará derribar el sórdido reino de Brek Zarith, donde existe un personaje de una maldad inusitada.

El Hijo de las Estrellas es por excelencia, el álbum del origen de Thorgal. Interesante historia para entender su misterio, muy buen guión que produce de manera agradable y diferente a los demás, tres tramas en sí mismas. No diré más.

Otra gran historia es Alinoé, el álbum que cierra el volumen. Considerada como una de las mejores historias de Terror (sí, de Terror) que puedes encontrar en Thorgal. Diría que muy buen escenario sin Thorgal (o casi), donde se revela parcialmente los poderes de Jolan (un verdadero descendiente de las estrellas). Alinoé es cautivadora de principio a fin y nos sumerge en una atmósfera aterradora, donde este niño resulta tener un instinto asesino terrible.

En fin, deciros que Thorgal vio la luz por primera vez en la edición belga del semanario Tintín, de marzo de 1977. Bendito año. Dicen que fue un debut discreto, pero de esas veces que una historia llega al gran público como una pequeña bola de nieve que empieza a crecer y crecer a menudo que desciende por el camino de la publicación. Una maravilla. Ya tardas en ponerte con ella si aún no la conoces de primera mano.

Reseña: Sana Starros, de Ireland, Pérez, Ramos y Photobunker

La historia de Sana Starros es una trama que se desarrolla bastante bien y me gusta cómo Ireland ha construido la historia hasta ahora. Se apoya en una rápida acción inicial familiar para captar la atención, pero la mayor parte se dedica a explorar las relaciones y dinámicas familiares más adelante sin profundizar demasiado en ellas para que parezca más natural. El resultado final de esta miniserie súper indispensable para todo amante del Universo Expandido de Star Wars es, es algo que se mueve continuamente y nos hace aprender cada vez más sobre lo que impulsará a estos tomitos independientes pero de los que dependemos muchos para quitarnos el gusanillo de leer/saber cada más y más sobre La Guerra de las Galaxias. Muy buenos cómics para quitarnos el gusanillo para los que llevamos tiempo esperando más Star Wars. Este cómic que recién publica Planeta Cómic en nuestro país, te engancha desde muy pronto. Después de una serie de decepciones, Sana Starros regresa a la casa ancestral de su familia para descansar un poco, pero el tiempo en familia está lejos de ser relajante. Especialmente, cuando los soldados de asalto se cuelan en la cena… ¡Tenéis que ver como Justina Ireland y Pere Pérez llevan a Sana Starros a lo más alto! Esperad. Lo cuento mejor.

Después de sus hazañas con la Doctora Aphra y Crismon Dawn, Sana regresa a la casa de su familia y se reencuentra con su prima, su tía y su abuela. Sin embargo, las cosas no son tan tranquilas y relajantes como esperaba, ya que su prima revela que está embarazada del hijo de su esposo imperial, lo que pone a Sana y a toda su familia en la mira del Imperio. Así empieza el lío.

Este cómic que hoy os reseño es la primera serie en solitario de Sana. Un cómic que logra ofrecer la suficiente información sobre la historia del personaje y al mismo tiempo usa esa trama para mantener al lector involucrado en el presente de Sana, además de encender una misión emocionante. Y es que al igual que la serie de televisión de Andor (¡Qué ya tiene fecha su segunda temporada!), estamos ante una historia que explora también a ciudadanos aparentemente promedio que intentan existir en un momento en el que el Imperio estaba llegando al poder. Sana Starros parece estar explorando de manera similar las áreas grises de la vida bajo el gobierno fascista del Imperio y las luchas de menor riesgo que vienen junto con él. Aunque el cómic presenta algunos de los conflictos esperados que hemos visto en otros cómics de Star Wars centrados en villanos y contrabandistas, estos pequeños ajustes sobre las relaciones imperiales aportan bastante como fondo informativo al lector. Y da finalmente a Sana Starros un acabado genial, a uno de los personajes secundarios más atractivos del Universo Expandido.

Una narrativa digna de sus complejidades y encanto.

De ahí mi recomendación.

Reseña: Vanguardia es una Mujer, de Clara de Frutos

Acabo de dar con novela gráfica histórica impresionante. Y mira que sabía que Vanguardia es una mujer iba a ser plato fuerte porque ser Obra Ganadora de la 1ª Beca de Creación El Arte de Volar no es moco de pavo. Pero me ha impresionado. No tardas mucho en darte cuenta que estás ante una historia bien construida, un proyecto absorbente y obsesivo y bonito. Sin duda, Clara de Frutos es una autora de cómic e ilustración a la que no hay que perderle la pista; cuenta que lleva dibujando toda su vida y es colaboradora con su particular visión de mundos gráficos infantiles y juveniles en películas como Wolfwalkers o My Father´s Dragon.

Vanguardia es una mujer es una intensa historia gráfica donde la protagonista es María de la Concepción Méndez y Cuesta, más conocida como Concha Méndez, una de las muchas mujeres que formaron parte de la Generación del 27 con su poderosa poesía, por mucho que su nombre y obra apenas resuenen en los manuales de literatura española. Y esto que hoy os traigo es un homenaje a mujeres que, a pesar de su inmenso talento, fueron invisibilizadas durante décadas. Una novela gráfica también que narra las vivencias de Concha Méndez junto a las Sinsombrero. Señoritas que desafiaron las normas de su tiempo y aportaron un importante legado en los campos de la literatura, el arte y el pensamiento y las mismas que compartieron lucha intelectual con grandes de la época pero que obviamente no recibieron el mismo reconocimiento.

¿Una historia necesaria? Sí. Y tanto. En Vanguardia es una mujer sabremos de Concha Méndez, la cual, exiliada en México como consecuencia de la fatídica Guerra Civil, llega a ser visitada por periodistas y académicos de la época interesados por su relación con los grandes de la Generación del 27. Se sabe que además Concha Méndez mantuvo noviazgo en su juventud con el mismísimo Luis Buñuel y estuvo casada con Manuel Altolaguirre hasta 1944, colaborando con él en la edición de revistas tan importantes para la poesía como Héroe, 1616 y Caballo verde. Y fue verdaderamente amiga de voces irrepetibles como Luis Cernuda, Federico García Lorca o genios como Salvador Dalí. Sin embargo, una señorita de armas tomar a la que nadie le preguntaba por sus creaciones.

Un cómic que Norma Editorial publica en una genial edición, en tapa dura y que cuenta con 144 páginas a todo color. Y a un precio genial para que llegue a bastante público. ¿La idea? Llevar esta historia a cuantos más lectores, mejor. Porque estamos ante un cómic digno de ser leído en las escuelas de este país.

Donde los colores cálidos ayudan bastante para con la agradabilidad de la lectura de la obra (algo hecho a conciencia según la autora). Porque que duda cabe que el cómic no solo es un recorrido por la vida de estas mujeres, sino también una reflexión sobre la importancia de la memoria histórica y cultural por la que ha pasado este país. Un ejercicio de memoria y reivindicación, un cómic de Clara de Frutos, detallista, cuidadosa y capaz de dominar muchos más estilos por lo que se ve.

Cómic que no deja indiferente.